REPERTORIO AMERICANO 221 Las mujeres que Jesús miró declaró a sus discípulos la sentencia de su congoja. Quiénes son mi madre y mis hermanos? Vosotros sois mi madre y mis De La Nación. Buenos Aires hermanos. como sintiese hambre, miro el camino tentado con mujer, Jesús no quiso labios de que bajaba hasta el pozo de Jacob, desde amor para sus labios.
la ciudad, por ver si regresaban sus discíLos lirios vestidos por el Señor andaba Jesús con su espíritu en la pulos. Pero vió venir, en cambio, a una mucarne del hombre, pero sin perder la me jer con el cántaro sobre el hombre y el Nº o parece que Jesús, como lo piensa la moria de su Reino.
Iglesia Romana, conociera todos los debrazo desnudo alzado para tener el cántaro le seguian, con sus discípulos, algunas signios del Señor. Al revestirse con el hupor el asa. Vestia túnica rica, de colores, y mujeres: Juana, mujer de Kouza, intendente su cabello trenzado le adornaba los houtmano lodo, faltó al Hijo, y esta fué su pride Herodes; y Susana, que le servía con su mera inmensa tristeza, la omnisciencia que bros. era hermosa y sonreia entre si.
hacienda, y Salomé, la madre de Juan, y sólo hay en las regiones de arriba. Por No saludo a Jesús, porque los samaritaMaría la de Magdala, y otros.
eso le maravilló, en Capernaum, la fe del nos no se trataban con los judios, antes centurión cesáreo, que deploraba su bajeza la orilla del lago Tiberiades, a la hora bien habia odio entre ellos. bajó su carrde la tarde, oía El a su padre, y por sus y creía en Él. los cronistas evangélicos, taro, lo lleno en la fuente y miró al Macs.
labios descendia a la tierra la noticia celeste, tro con desdén. no nos cuentan que levantó su imploración de la Verdad y de la Vida.
para que se iluminaran sus dudas y sus anPero el Cristo sintió piedad, y tainbién Cuando subió al monte, juntando sus dis deseos de conversar con ella.
gustias? Creyó posible, además, en el huerto cípulos, comunicó las palabras más claras de Dame de beber, le dijo.
de Gethsemani, apartar de si las amarguras la Revelación, palabras que hacían llorar. La samaritana se maravilló.
supremas. Un ángel tuvo que bajar para les enseño también, con figuras de canreconfortarle. Clavado en la cruz, imaginó. Cómo tú, siendo judio, me pides a mi tar, el olvido de los trabajos terrenos; les por las tinieblas de su espanto, que le hade beber, que soy mujer samaritana?
enseñó a despreciarlos. Porque nada vale Entonces Jesús quiso darse a conocer y bia abandonado el Padre. también, con afanarse por cosa mortal. en la tarde señalarle el Reino de los cielos.
la turbación de su carne, pidió que no cala hermosura de sus palabras subía, voyera sobre sus verdugos la justicia, que. Si supieras quién es el que te pide de lando de su boca, y ya no eran cosa de la beber, tú pedirias de él, y él te daria agua tan ciertamente merecían ellos, y clamó tierra. les decia Jesús. por el vestido, viva.
para salvarlos. Perdónalos, Señor, porque ¿por qué os acongojáis? Reparad en los li como ella entendiese algo de intentno saben lo que hacen. rios del campo, cómo crecen; no trabajan ni ción, se maravillo más y le dijo: No, Jesús no podía escrutar desde la bilan. Pero ni aun Salomón con toda su. Eres tú mejor que nuestro padre Jacob, tierra los pensamientos de Dios. Pesaba gloria fué vestido como uno de estos lirios. que nos dio este pozo, del cual el bebió, y sobre su corazón la obscuridad del hombre. eran también lirios, vestidos por cl sus hijos, y su ganado?
Ir con las miserias y también con las po Señor, las mujeres que seguian a Jesús. Pero Jesús discurrió, para que la inujer bres dulzuras del hombre fue condición de entendiera que luego de beber el agua de su existencia redentora.
II aquel pozo, cualquiera volvía a sufrir la sed, Por eso, cuando Él hallaba, en su andar La Samaritana y que el tenía un agua nueva, no conocida de bienaventuranza, una mujer con gracia de las gentes, agua para vida eterna.
de alma y con ensueño en los ojos, se pre Empezaba el Hijo del Hombre a predicar. La samaritana sonrió, como sonreía a los guntaba si el Señor, su Padre, le prohibiria Pero no había dado aún otras señales de su hombres.
acercar a los labios la copa transitoria del gloria que cambiar en vino el agua de las Dame, pues, de tal agua, le dijo, para amor terrenal. La flor de loto no se conta tinajas, en las bodas de Caná, ni cumplido que no tenga sed, ni venga acá a sacarla, mina con el agua de fango que la sustenta. actos de escándalo para el fariseo sino echar creyó que le hablaba él con sabiduria, Otras cosas humanas también gustaba, sin del templo, con azote de cuerdas, a los quie y con ingenio, para enamorarla. buscú levadura del mal, sin turbación de pecado. allí vendían bueyes, ovejas y palomas. que su sonrisa entrase en el corazón du Gustaba, en las tardes cálidas, la frescura Una tarde, volviendo con sus dicipulos a Jesús. Porque siendo mujer de caprichos, le del sicomoro, bebia en bodas vino de ale. Galilea, pasando por Samaria, llegaron a las nacieron deseos de enloquecer al judio.
gria, dulzura de afecto lo unía a la familia afueras de una ciudad, en el sitio en donde Pero Jesús conoció su pensamicuto, y amiga de Bethania. Pero el Padre celeste estaba el pozo de Jacob. Junto a la fuente para destruir su malicia, le dijo: no disipaba la duda del Hijo, y la duda era se sentó Jesús a descansar, mientras sus Ve, llama a tu marido y vuelve acá.
pesadumbre de su encarnación. El demonio, discípulos entraron en la ciudad para com No tengo marido, le respondió la Samaal trasportarlo sobre el monte, y sobre la prar de comer.
ritana, para mostrar su intención de scdutechumbre del templo, le había tentado con Era como la hora sexta y una quietud cirlo.
visión de poderío, con imagen de vanidad bajaba del cielo para el alma fatigada del Bien has dicho, porque has tenido cinico y pecados inicuos, pero no le había tentado Redentor. En todos aquellos días su palabra maridos ya, y el que aliora tienes no es tu con mujer. Jesús pensaba, por eso, que había llenado de claridad la Sinagoga, con marido.
aquellas mujeres con ensueño en los ojos y asombro de sus principes, y Juan el Bautis. Pareces profeta! exclamó la Samaritagracia de alma eran como la sombra del ta, interrogado maliciosamente por gente na. dejando su cántaro en la piedra de sicomoro, como el vino de las bodas y como amiga de rencillas, habia declarado que Je la fuente se sentó al lado del Maestro, y el la amistad de Lázaro, hermano de María. sús era el Hombre anunciado por él en el Maestro le explicó la Verdad que traia de Meditaba, luego, sin embargo, que convenía desierto.
su Padre Celeste, que no conocían los hijos no quitar espinas a la corona de su martirio. Después pensó con tristeza en sus paisa de Jacob, ni los otros hombres de la tierra, Las otras dulzuras no le apegaban a la vida; nos de Nazareth, que dudaron de su Reve el agua viva que quitaba la sed de la tierra le tocaban solamente, como la claridad del lación, porque le habían conocido pequeño, y la sed del espíritu.
sol y la blancura de la luna tocan las aguas y murmuraban. No es éste el hijo del car. como entraba la Verdad en el corazón del lago, en el espacio de algunas horas y pintero José. de la mujer, ella desechó todo mal pensa.
se van luego. Pero había vértigo de hon Pero también su madre y sus hermanos miento, y dejó de sonreir entre si. Una mandura en el amor de la mujer, que hizo co dudaban de El, mirando con recelo su pre sedumbre que no era de su vida le tomó el meter a David el crimen de Urías y pros. dicación. Por eso cuando vinieron a decirle, alma. por entender mejor a Jesus adujo ternó a Salomón ante el altar de los dioses mientras cosenaba. Ahí afuera están tu Juego: infames. Bien que el demonio no le hubiese madre y tus hermanos que buscan hablarte. Sé que el Mesias ha de venir; cuando. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica