200 REPERTORIUMMIERICAN patria de Bolívar y Bello puede ufanarse ante el mundo de haber prol11cido una pléyaile de héroes e ingenios que, si otros títulos no tuviera, eso sólo bastaria a darle puesto de honor entre los pueblos cultos y lugar muy señalado en la historia universal.
Ha florecido alli la literatura con la exuberancia propia de estos países que, solientos de libertad, cuando la luubieron, acompasaron con ella no sólo el andar político de las nacientes nacionalidades, sino toilas las manifestaciones que afectan integramente su existencia colectiva: esu explica por qué ilustraban nuestros proceres sus discursos y escritos militares con citas más o menos oportunas de hombres y hechos vinculados a Grecia, Roma y demás pueblos que dieron la ley al mundo en punto de libertad, derecho y vigor intelectual; y acaso sea la clave de la ceñida imitación en todo orden de cosas extrañas a nuestro medio y disconformes con nuestra idiosincracia, que ha sido el escollo en que hemos dado para no adelantar como debiérainos, no sólo en letras pero en los deinás ramos de la pública actividad.
Publicistas eminentes, prosistas y poetas de alto bordo merecieron con Manuel Diaz Manuel Díaz Rodríguez Rodriguez, claro renombre intelectual, en el vasto escenario de la literatura venezolana. Pero este espíritu de selección, como de aprisionar en un solo haz el mundo de las sensaciones, el de los colores y el de las Rodó en el Uruguay, como García Calideas. es así como, por la originalidad de la derón en el Perú, como Carlos Arturo Toforma, con un estilo espiritual y curioso, rres y otros dos, en Colombia, les ha echado vibrante, nervioso y pintoresco, se impuso el pie adelante a los mejores por el aspecto artístico y armonioso de las cláusulas, que, a la admiración de sus contemporáneos; por pese a los que crucifican la substancia ineso, por la conciencia de su propio estilo. telectual en la bronquedad de los conceptos, que fué su sorgullo, de escritor.
Para llegar a este punto hubo de hacer sin la nobleza de expresión es difícil domiestudios de varios linajes, uno de ellos el nar las cimas de la belleza literaria: ya de las lenguas; y especialmente el de la dijo Alfonso el Sabio en sus. Saberes del nuestra, como se nota a través de su disTririo del Cuadrivio, que la forma ha de eser fecha por palabras apuestas et fermocurso, donde sin esfuerzo se puede advertir que los motivos de su predilección fueron sas ct bien ordenadas. Desde este punto de vista contemplado, el cainpo, la patria, el idioma y el arte.
Ofrecióle la naturaleza circunstante anchos Díaz Rodriguez puede considerarse como un marcos para sus cuadros, si ya no forina ella virtuoso del estilo, pues la gracia, donosura el fondo de sus producciones, en la doble araire aristocrático que a modo de fragan.
monía de que habla Pombo en estos versos: cia exquisita despiden casi todas las páginas de este maestro del buen gusto, que también entran en comunión de simpatía nuestro mundo interior y el mundo externo es un esteta consumado, rara vez, si alguna, se encuentran con tanto relieve y es Amó a la patria en Bolívar y en su tieplendor en otros escritores. En sus obras ira, no menos que en la lengua, ésta incomparece haber seguiilo muy de cerca el querer parable lengua nuestra, fuerte y ruda, suave de Vigny, para quien un libro debe estar y dulce, porque para ella la tizona del Cid compuesto, esculpidlo, dorado, tallado, rema segó flores de los cárinenes moros; porque tado, limado y pulido como una estatua de hacia ella vinieron como trofeos, en la punta mármol de Paros. Se le ve, como a Flaubert. de las picas, las bárbaras voces Hlainencas; presa de la tortura de la palabra justa, del porque fué enriquecida por los tercios de epiteto exacto, de la frase sonora, impeca Italia con deliciosos italianismos: porque ble, sin repeticiones; o cono a Gaultier, po le trajeron los conquistadores la sangre y seído de la curiosidad especial por la palabra el perfume de la América india en la menueva y coloreada, con la preocupación del dialuna de sus partesanas. Formada en los joyero que monta piedras raras; si ya no combates, al choque de mortíferos lierros, es obsesionado por aquel deseo insaciable e no es extraño que fuera inflexible y pesada, insaciado de comunicar al estilo, de encesiendo a la vez noble como uma armadura.
rrar en sus trabajos la siirema emoción Pero a la burda coraza de hierro se sobresentida por escritores que, a un mismo tiem puso una fina coraza luminosa. la desapo, fueran artistas insuperables del dibujo pacible inúsica del hierro se sucedieron más. la acuarela, maestros en iyuas fuertes, deleitosas músicas. En las inismas rudas raballores, cinceladores y pintores, a efecto corazas florecieron imprevistas tlorestas de oro. La lengua, si antes fué pesada y uniforme, dejó de serlo. para hacerse lever ductil, inaleable, iridescente de matices. Fue sonrisa, fué luz, fré sarta de gemas. Bajo la pluma de fray Luis de León, el perfecto la pidario de los Nombres de Cristo, se tornó en substancia incorruptible y perfecta, linnpidisima y dura como un diamante. Seca y severa en la pluma de la Santa de Avila, es inuchas veces, en esta misina austera pluma, uma aglia ingenua que salta a empa parse de sonrisa y de sol en el cavo de las rocas. Y, unas veces cuajando en la perfección diamantina, otras veces corriendo con la fácil fluidez y la ingenuidad transpårente del agua, se desborda siempre del alma de Luis de Granada con incomparable ternura, en un solo rio de leche fragante y sabrosa, cuando no en varios y dulces arroyos de vinos donceles. Viajó Díaz Rodriguez. El camino amaestra, adoctrina y agudece. Fruto de ello fué s11 primer libro Sensaciones ile riaje, premiado por la Academia Venezolana de la Lengua, que reveló los quilates de juicio, observación y arte contenidos en aquel espíritu armonioso que no hubiera desentonado en el banquete ile Platón. El éxito de esa obra fué estímulo para la otra que emparienta con ella, intitulada De mis romerias, a las cuales se siguieron Confidencias de Psiquis, Cuentos de color, Idolos rotos, Sangre patricia, Camino de perfección, Ser.
niones líricos y Peregrina o el Pozo Encantaclo, que fué la última.
Rebasaría los límites de esa nota un comentario detenido sobre esos libros; cada uno de los cuales no sólo contiene un rayo de luz como la piedra misteriosa del templo de Salomón, sino un liaz de ellos, que alumbrará perennemente el nombre de su autor y pondrá, como en el suelo el sol que se filtra por los intersticios de las puertas, medallas gloriosas sobre los fastos literarios de Venezuela.
Lo menos importante para las crónicas futuras ha de ser lo que se relaciona con su biografía, para lo cual bastara saber que nació en Caracas por los años de 1870 a 1872; que se doctoró en inedicina y pasó a Italia a perfeccionar sus estudios; que vivió muchos años retirado en su hacienda de Chacao, de donde salía pronunciar algún discurso o a enfrentarse a luchas cívicas; que fué ministro plenipotenciario de Venezuela en Italia; que en 1910 fué delegado de sul país a la Conferencia Panamericana de Buenos Aires; que en 1912, el gobierno del general Gómez lo llamó a servir la dirección de instrucción superior en el ministerio respectivo; que, siendo ministro de relaciones exteriores en 1914. propuso la Conferencia de Neutrales para ofrecer la mediación a las potencias en guerra; que en 1916 fué ministro de Fomento; presidente del estado Nueva Esparta en 1925 y 1926; presidente del estado Sucre; varias veces senador; académico de la Lengua y de la Historia; filósofo y periodista. aming ile perferion (Inasan la pagina Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica