REPERTORIO AMERICANO La civilización contemporánea De Cromos. Bogotá EN algún latino, que corrijan poco a poco al. satisfecho sino cuando le fueran revelados blemas de cada país para no perderse en confusas orientaciones: la formación de uia raza, su dotación industrial, su cultura y cl esclarecimiento de su posible misión histórica.
Para lo primero tiene el estadista latinoamericano un medio ambiente conocido, un grupo de población regional, conocido, también, y un almácigo de razas europeas prontas a la emigración. Dentro de ella puede escoger las que mejor satisfagan a sus propósitos. Para él se da el milagro histórico de una migración de pueblos seleccionable a voluntad, ya no bárbaros, sino cultos y pacificos creadores de riqueza.
Puede prever, en gran parte, la resultante de esas mezclas, y plantar aqui un escandinavo, allá un inglés o alemán, más allá.
gunos defectos de nuestro carácter, pierdan otros que a ellos pertenecen, y se adapten a la cordillera o la llanura tropical, a la industria urbana o a las labores del campo, inediante un estudio previo particular a la región.
Vigilar el desarrollo de las industrias, según las posibilidades del comercio, interior y exterior; ser mentores del cainpesino y del aldeano, que casi siempre ignoran el aprovechamiento de su tierras, de sus bosques, de las aguas, y que a veces tienen hambre en donde árboles frutales y legumbres solo aguardan una pequeña labor bien conducida para abastecer la despensa familiar; estudiar las materias primas y de mejor porvenir, y determinar sus mejores sitios de producción para ahorrar al pueblo esfuerzos ingentes e inútiles.
Orientar la cultura del espíritu, conforme a las virtudes y defectos de la raza. Ahorrar el esfuerzo mental desordenado, las nociones vagarosas e infecundas de una instrucción de manuales añejos, atiborrados de enseñanzas pueriles que luego nos de mandan toda una existencia para expurgarlas y poderlas utilizar en algo.
Crear un ideal de raza. Enseñar al pueblo que tiene una misión histórica que cumplir; que cada acto de su vida tiene que armonizarse con otros actos hacia algo superior; que el ciudadano pertenece a un pueblo histórico y no a un rebaño que pastorea el azar; que cada pueblo realmente histórico, está formando día por dia la conciencia humana universal. Enseñarle que el pueblo no es la masa ignorante y sucia de los bajos arrabales, ni la elegante sociedad de los clubs sino el espíritu que una nación va informando con el tiempo e introduciendo con caracteres peculiares suyos en el cauce gigantesco de la historia universal. Que el pueblo es una cultura o al menos un ideal, y no mera porción de raza o parcela de territorio. ¿por qué no? Facilitar a cada ser humano su rato de ocio para que idealice sus ensueños; y su rato de sana alegria que le recompense el esfuerzo de su labor cotidiana y le alivie el espíritu de peligrosas preocupaciones. LÓPEZ DE MESA Paris, 1920.
NTRE el diletantismo a que nos tiene mas de nuestra cultura en crisis. Trae, acostumbrados la inquietud mental latino además, el mensaje de un ideal que descuamericana, el espíritu de Luis López de brió en los pliegues mismos del dolor huMesa aparece como una consoladora sor. mano. Temeroso quizás de que las generapresa. Extraño caso de sabias disciplinas ciones venideras crucifiquen de nuevo ese mentales entre nosotros, es el de este joven ideal, no lo hizo verbo divino, sino concienmaestro colombiano, cuya nombradia des. cia social de hoy y, universal, tal vez, de bordó ya los horizontes patrios. Inquieto el un futuro cercano.
también, se dejó tentar por diversos conoci. En un libro. cimentado como una arquimientos, pero, en vez de detenerse en el tectura que se destine al tiempo, y consumbral de la sabiduría a recibir una inicia truido bajo las sagradas normas de la armoción más o menos brillante, franqueo resuel nia, el joven pensador acaba de comunicarnos tamente la puerta, dispuesto a no declararse sus hallazgos y sus preocupaciones. Siis dudas y sus certezas, sus esperanzas y sus todos los misterios. así, antes de la trein descorazonamientos. Sin intentos de dar tena, llegó, el ansioso escudriñador de cien orientación alguna (tal es su decir, que yo cia, a domeñar saberes que requieren luengos atribuyo a un poco de modestia y a otro de anos de afanoso estudio y de meditación coqueteria. y queriendo más bien buscar la profunda. En plena juventud era ya un psi meta con ayuda del lector, llega a descu: quiatra, un clinico y, un biólogo de fama. brir muchas sendas, en las que sentimos la El arte lo atrajo igualmente, como noble inefable satisfacción de marchar con nuesforma de expresar el pensamiento, y, lejos tros propios pies hacia soluciones definitivas.
de ser en la literatura un sabio descarriado, Atraido por lo apremiante de la vida, es supo aunar sapiencia y belleza, abstracción decir, por lo práctico de ella, penetra en e imaginación, y nos dió un libro de apolo las entrañas de la sociedad y en el corazón gos, en el que no acertamos a repartir la de los hombres con el ánimo firme de anaad Sn, pues su valor ideológico, que lizar, hasta la tortura, los graves problemas es muy grande, corre parejas con una ex que ha planteado esta angustiosa época de quisita sensibilidad y un estilo que, en cada revaluaciones, En su afán de analista concaso, se amolda maravillosamente a la idea cienzudo se detiene a las veces, exageraexpresada, con un poco de amaneramiento damente preocupado, ante males insignifital vez para el gusto de hoy, odiado de cantes, cuya trascendencia se nos escapa.
orfebrerías. Esas páginas, poco conocidas, Puerilidades! han de exclamar algunos lecdesgraciadamente, sólo pueden hallar paran tores; pero no olvidemos que este filósofo gón en las mejores parábolas rodoneanas. y. sociólogo es un gran médico también, y Pero dejemos al artista, que nuestro sabio que esas pequeñeces pueden ser sintomas parece querer ya abandonarlo al olvido, y funestos.
hablemos de sus preocupaciones en la hora Para más tarde nos hace la promesa de presente, otro ensayo que tenga un mayor alcance El laboratorio, que hundió en la magia espiritual. Halagiieño ofrecimiento, si hemos al doctor Fausto, llevó al doctor López de de juzgar su profundidad ideológica por Mesa a inquirir las causas y los fines de estas 250 páginas vigorosas y fecundas que seres y de cosas, a buscar afanosamente nos regala hoy con el nombre de La Civilas interpretaciones del mundo en su prolización Contemporánea digiosa variedad. entonces surgió el filó Con solo sapiencia libresca no habria sido sofo. Barajó con asombrosa maestria todos posible la realización de esta obra llena de los sistemas, aquéllos que están desacredi vida, en la que palpita el presente y de tados y éstos que guardan todavía el presqué manera! sin ahogar las lejanas pulsatigio de lo novedoso, la escolástica antigua ciones del pasado ni impedirnos oir la viy el neotomismo snobista, las teorías que bración del futuro. El más fuerte pensador descubrieron la fuente divina y las que no conseguiria, desde el fondo de una biafianzaron la negación de Dios; y sobre la blioteca, aunque estuviera provisto de estamesa de la razón, pura echó las cartas filodisticas e informes de toda laya, plantear sóficas, en demanda de la suerte de los los innúmeros problemas que esta civilizahombres. No contento con la vaga respuesta ción ha creado y crea incensantemente, y que ellas le dieron, se fué por la tierra, cual mucho menos resolverlos. Para no caer en en una peregrinación científica, a interrogar la erudición estéril, precisaba el estudio en los secretos del universo. Ya está de regrelo vivo, en la carne y el alma del mundo: so, y, a la inversa del poeta oriental que, había que ir auscultando pueblo tras puedespués de una andanza semejante con la blo, como lo ha hecho el pensador colommisma interrogación, vuelve a su morada biano. La crítica que nos da, por ejeniplo, infinitamente desencantado y envidiando a de las ventajas, e inconvenientes de la ciulos ciegos que encontró en su camino, el dad y del campo, resultaria absurda si el no hubiera vivido en el hervor de todas las doctor López de Mesa viene con un encendido optimismo sobre los destinos de la grandes urbes, tan diferentes mas de otras, civilización y unas cuantas fórmulas, origi1 Luis López de Mesa: La Civilización Contemnales y audaces, para solucionar los proble poránea. Agencia Mundial de Libreria. Paris. 1926. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica