REPERTORIO AMERICANO 317 Página lírica Porque las cordilleras se repiten y las hondouadits estan como queriendo columpiarse en el febril afán.
Hasta en las inismas crestas el mar se eternizo; la espuma de Jos oleajes en nieve se convirtió.
RAFAEL ESTRADA San José Costa Rica. 4127 Mar de las Antillas ¡Mar de las Antillas, maravilloso mar!
El mantón de manila que sabe de fiestas y de tragedias hondas allá en el torear, ignora muchas cosas que saben tus crestas.
Mantón de manila de sedas de colores, alma de los querubes, cita de los dolores!
Cuando se nave sobre tus ondas sonoras parece que se hechiza la presencia de las horns.
Tanto se sueña al lomo de tu ferocidad dormida, que parece todo un sueño y se espera en la vida! aunque entre lo azul de tu ola y tu cielo zozobrara entre sombras de tempestad el vuelo del milagroso nauta, pareciera que esperas en tu serenidad, que tornen de aquí nuestras banderas. Mar de las Antillas, maravilloso mar!
Voladores PORFIRIO BARBA JACOB Los niños juegan a los rolarlores en la calle que da al poniente rosa; el juguete, una estrella de colores gira en la brisa clara y luminosa!
Corren a contra viento, salpicando con risas de cristal la tarde pura, en sus manos la estrella va girando. emblema de belleza y de ventura!
El viento les despeina los cabellos.
quiere cegar sus ojos, pero ellos sólo ríen a su maga estrella inquieta!
Así llevo mi noble sentimiento, estrella de color, contra los vientos adversos a mi juego de poeta!
Cabo Gracias a Dios.
La miel bebe la quilla del matutino mar, babor, lo infinito; la costa al estribor.
Hacia el norte renace el argento estelar sobre este eterno verde, bajo el matinal claror.
Hay en esta ruta como un convite a volar; jes alegre la fiesta que da en el cielo el color!
El barco va a doblar frente a. Gracias a Dios. los ojos que lo esperan escrudiñan el mar; y donde al fin el cabo punza en el mar, ferom, dos cruceros de guerra ponen su iniquidad sin par.
Ha tiempo que pasamos. La placidez del navegar tiene ensueños de otrora; cada ola es una voz y es la linea Horizontal un misterio por revelar.
El huno de los cruceros finge como una hoz.
Hemos doblado el cabo de «Gracias a Dios.
Enero. 1927 ¡Oh Colón!
Surcando estas aguas, para ti talismánicas, oh Colón! he pensado de ti, que nosotros marcamos tantas millas por hora y es nuestra alma tan sólo mirar hacia el confin.
que de ti, que en una polire carabela ridicula se te ocurrió un buen día llegar hasta aquí, sólo puede decirse. Qué imbécil fué Colón. Sólo esto, ol Colón, he pensado de ti, entre estas bravas olas, bajo estos cielos londos, sobre este mar inmenso que nos lace esperar!
Lied RAFAKI, ALBERTO ARRIETA La abuela duerme a la nieta; que cuentos le contará. la nieta abre sus ojitos, y ve los cuentos pasar.
La abuela habla dulcemente con acento maternal; cierra sus ojos cansados de vivir, para sonr.
Agosto 1923 Olvido Corria diciembre, Ho sabia de mi iperdido en las rosas que abrió tu jardin!
idún corría diciembre cuando me encontré convertido en polvo de olvido que beso tu pie!
Diciembre 19.
Cabecita de oro (Jorgito)
iTierra mexicana. Tierra mexicana. Desde hoy el calor sale también de tierra, que no sólo del sol!
La loma requemada sufre como un sopor y se abandona solitaria en un interminable caracol que se prolonga y se repite sobre el inmenso confin. Oh estas tierras desiertas que goza sólo el benequén!
Tras los filazos bruscos de ciinitarra o de espadin, hay ojos que nos miran y perforan nuestra sien, sólo por ver si somos amigos o enemigos, si se corren delante nosotros los postigos o se perfora en serio y se riega el carinin.
Pero todos pasamos. menos, torpes, ignaros, o astutos, picaros, malos. La loma se extiende siempre gris frente a nosotros. Pareciera que hay raros destellos en sus crestas, que sólo el amor entiende!
Ayuí nos parece que se hizo tierra el mar.
Cuando estaba bravio y se iba ya a desbordar. ASI NASA.
Retuve entre mis manos el tesoro suave, leve, inquietante, delicalo, y acaricié los finos rizos de oro, olas de un mar pequeno y encrespado!
Le revolvi los rizos cul jugando con volntas de sol hechas de seda, un beso le dejé, mariposeamo en sus rubios cabellos, que a resedu Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica