REPERTORIO AMERICANO S7 las unas de bajada, las otras, de subida!
De todas y de todo yo llevo algún trasunto; la vida y la candela quemáronme las cejas, y aunque la ciencia diga no creer en las consejas, con instinto pueril aún me pregunto. Dónde estará aquel libro con sus estampas viejas. Muy cerca de este movimiento está José de Núñez. y Dominguez, poeta y cronista de tornasoladas y oblicuas visiones. En su producción lírica coexisten. decía López Velarde con un equilibrio que no logro puntualizar, un empeño lascivo y una renunciación 11o.
nesta. cinco mardos hunden su tersura en la piel, impaciente de mi mejilla. la navaja riela en mi rostro, con la animosa escuela de Figaro. Un capullo belicoso, pasea la cortante hoja por el mentón; sube a mi labio, y con mimoso maniobrar seguro desvira el vello oscuro.
Mi boca está en flagrante avidez suspirante junto a la suave pulcritud armada, y vacila entre un beso o un mordisco, según la absurda voz de mi galán corazón levantisco. el aurículo izquierdo es San Francisco, y el derecho. tal vez Abderrainán. Pero el capullo cimbreante baja y sube. su fulgor se funde en el destello de la ritual navaja. ahora la navaja está en mi cuello!
No respiro. Tal vez el rencor secular o el Evangelio escaso de esta Judith ladina, vean, en mi contrita yugular trasuntos de Holofernes. por si acaso no he saldado una cuenta femenina!
Sin haber salido jamás de su irónica ciudad, Francisco González León fué revelado, a su, pesar, con unánime asombro. Hay en él tal sencillez campesina.
tan delicados atisbos que los matices adquieren sorprendentes valoraciones. Recuerdo, por ejemplo: Sus manos, lenidades de paloma, sus manos escolares que me empeñé en besar, sus manos que exhalaban el aroma de un lápiz acabado de tajar.
Sortilegio lunar falta de otros ejemplos véase este poema: Estoy en el jardín. Paz oportuna, soledad perfumada en que se siente que el alma es una fuente llena del sortilegio de la luna.
Juegan los niños al redor del viejo surtidor de alabastro, de cuyas aguas en el roto espejo pone la timidez de su reflejo el fulgurante corindón de un astro.
Llegan Maria, Rosa y Margarita, y hay en la sencillez de su aldeano vestir, un hondo encanto que me incita a ser bueno. Todas tienden la mano a los novios. Se encienden en sus ojos las luciérnagas de una ansia escondida, y con un inesperado advenimiento, la belleza inefable de la vida pasa como un aroma por el viento.
En este embrujamiento de la luna hasta la melancólica plazuela tiene un vibrante espíritu que anhela alzarse hacia los cielos. La barriada parece que se vela con el cándido tul de una nevada.
Ah, los brazos que tiemblan. Ah, el desmayo de las tres cabecitas que yo miro tristemente, al soslayo.
Ah, romántico y púdico suspiro que hace tremar sus senos. En la sombra se esfuman como sombras fantasmales otras parejas y cruje la alfombra de las postreras hojas otoñales.
Estoy en el jardín pobre que ampara el amor sin fortuna.
y en el misterio de la noche clara, en la paz luminosa, en la oportunia soledad, el dolor punza mi freute. mi alma es una fuente llena del sortilegio de la luna. Dónde. Dónde estará aquel libro de estampas viejas en que hallo mi pueril avidez ensueños, despertares y consejas que perduran aún en mi vejez?
Siestas de la casa paterna en que todo dormía dentro del caserón. y en que yo encendia la linterna de mi imaginación con los grabados viejos de aquella Ilustración.
En su sillón de mimbres dormia la abuela.
Era la hora de ir a la escuela, Las tapias eran altas, el patio era una sombra: un canario decia su repentina escala, y de codos, a lo largo tendido sobre la alfombra, yo hojeaba el viejo libro dentro de la vieja sala.
Alfonso Cravioto, cabalga entre el grupo refinado de los modernistas y la vanguardia del mexicanismo.
El tumultuoso cantor de la audacia, el ferviente admirador de Francia, ha puesto al servicio de su lírica el tesoro de las leyendas coloniales y el eco evocador.
de las mitologias indigenas.
De entonces. cuántas cosas pasaron por mi vida. Pasa a la página 91. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica