262 REPERTORIO AMERICANO Página lírica de Juan Parra del Riego Al motor maravilloso Al Capitán Sluekin Este poema, que publicamos con motivo de cumplirse el primer aniversario de la muerte de JUAN PARRA DEL RIEGO, fué reconstruido por el poeta especialmente para La Cruz del Sur, pocos dias antes de morir. La del. Novbre, y Dicbre, de 1926. Por qué hoy te has apoderado de mi alma, Capitán?
Mientras miro estos barcos de vela que se van, y en el puerto estoy solo con ini cabeza ardiente junto a la altas proas visionarias y dichosas, y fraternizo con los hombres agudos y callados de la descarga terca y amorosa, y amo ver la llegada de esas lanchas de carbón que vienen como dulces madres embarazadas, y estas maderas de árboles de América, y las hara pientas músicas del acordeón ¿Por qué hoy te has apoderado de mi alına, Capitán? de golpe en mis sueños tan grande te he sentido y he amado tu vida de salvaje y delicado héroe desconocido, Yo que cauté un día la belleza violenta y la alegría de las locomotoras y de los aeroplanos, qué serpentina loca le lanzaré hoy al mundo para cantar tu arcano, tus vivos cilindros sonámbulos, tu fuego profundo joh, tú, el motor oculto de mi alma y de mis manos. Qué llama enloquecida se enreda en tus fogones y hace girar la rueda líquida de la sangre y atiranta las poleas de los músculos para mecer los columpios súbitos de las sensaciones!
Cuando corro, beso, anhelo, cullo, sufro, espero, miro. salta mi alma en una loca carcajada, floto en sedas de suspiros o en el charco solitario de la sombra en que me estiro se me copia el corazón como una estrella desolada.
del mar. qué electricidades, se me van por los alambres calientes de los nervios hasta el cerebro, caja de las velocidades azules y negras y rojas de todos los sueños. Zumba la turbina sutil de hondos dolores y saltan imágenes, y hacia donde ya no alcanza el ojo triste con sus sedientas ruedas de colores, corre el tren de las imágenes. qué émbolos oscuros se agitan sin. cesar, y qué carbón jadeante de soles escondidos te hace andar a todo vapor, a todo vapor cuando se me hincha el corazón de una salvaje alegría o se me quiere romper de dolor y de melancolía.
Voluntad y alegría, triunfos y sufrimientos que todos los niños deberían amar en estampas sonoras, coloristas y arcanas de libros de cuentos abiertos por las puras manos de las mañanas.
Porque la mar fué tuya más allá de la vida, Capitán, Capitán, y más allá de donde la muerte para su árbol amarillo de pájaros que nunca cantarán.
Tuya sobre la espalda de la sirena loca, y el adiós de la pobre mujer abandonada y esa luna que toca la cara pensativa y delicada del ahogado perdido. Tuya en la marejada de mares de un salvaje fósforo azul, sonoro, donde el tiburón baila su cola de alquitrán.
Tuya en el arpa limpia con su sonido de oro, que hace cantar las islas que no se encontrarán, y en esas soledades dramáticas del Polo donde la muerte tiene su ciudad de cristal, y sobre la Esperanza y el Olvido se abre el blanco abanico de la Aurora Boreal. Islas Baleares. Islas Azores!
Mi alma ha perdido ya sus cantares y sus amores.
Madagascar!
un dia solo con una Biblia y mi carabina me haré a la mar.
Buen Capitán, Capitán loco y aventurero, cómo tu vidla se desfigura bajo la sangre del ala negra de mi sombrero.
Se van las olas dulces y rotas.
Ya cae la lágrima de Aldebarán.
sobre las últimas gaviotas. Por qué hoy te has apoderado de mi alma, Capitán. La Cruz del Sur. Jiontevideo. Motor humano: tú eres la única maravilla de este mundo doloroso, por tu inmortal prodigio: el beso a las mujeres, el pensamiento firme y armonioso, la palabra, que salta rotunda, patética y viva, por la célula furtiva que trabaja en sus telares nuestro ritmo misterioso; teje un día la Esperanza, otro día el Sufrimiento, otro día la Alegria.
Yo siento cuando queda tensa y viva sobre mi alma la Energía. Motor de la explosión de toda la vida mía. Hondo inotor que haces mi cólera y mi llanto, mi callada pasión y mi fuerza y mi canto, más ligero más ligero con la carga de esperanza que es mi única conquista: ki, la máquina del único sendero sin sendero: yo, tu alado y sangriento maquinista. Poliedros. Lima. Polirritmo de la mujer vegetal ¡Guitarras bajo las higueras. Trompos azules del día!
Aqui está la fresca amada vegetal.
La que ví, y el alma mía se me abrió como una fruta musical.
Ojos con pájaros, caderas de ágil tazón de soles Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica