José Carlos Mariátegui

REPERTORIO AMERICANO 151 plicaciones pseudo científicas de fenómenos sobrenatu podremos mirarla. sin pensar en la version que él nos rales, o mejor dicho naturales, pero fuera del radio de dió de este paisaje, ni podremos nunca ver un cuadro acción de nuestro conocimiento. Me oferide la idea de de Velázquez sin sentirnos al pie del Guadarrama.
un Dios personal que atiende a escuchar las miserables su Si tuviéramos el alma de artista que tenía Velázplicas de estas hormigas de la tierra. Pero me ofende quez, añade el primero que habló, cada uno daría su más todavía, el oir negar la posibilidad de comunicación expresión a este paisaje, y aunque quisiéramos aquí directa y cuasi tangible con la potencia activa del tecordar sus cuadros se nos representarían como algo Cosmos que llamamos Dios, sólo para mejor entendernos. muy distinto de lo que realmente son.
Discipulo. Pero es que concretamente afirma la Entonces cómo se explica replica el otro, que eficacia de la oración. Me será permitido preguntarle si el arte, como dicen y C, nos da la esencia misma a si ruega pidiendo cosas concretas. de las cosas, la representación sea diferente según cada artista?
Maestro. qué es lo que estamos haciendo ahora Todos miran al Abuelo deseando que intervenga, sino rogar? No pedimos con todo fervor luz, conocimiento, y amor? No los sentimos llegar como presentes pero éste mueve la cabeza y replica sonriendo: de la Divinidad que no nos merecemos y que recibimos No lograrán hoy hacerme hablar; lie venidlo aquí a escuchar no a debatir, a escuchar algo más grande como un don gratuito. Como esta vida, misma. quién nos la ha dado? Quién nos la mantiene, tan complicada que estas palabras: esencia y representación. Qué quiere decir aquí todo esto? Guardenlo para mañana en la y magnífica?
clase. Escuchen Vds. al cuclillo que canta! Miren este El sol la llegado al zenit, el maestro y el discípucielo azul! Vivamos, vivamos; yocemos de este vivir lo comen del paquetito donde cada uno ha llevado su frugal almuerzo. Un perro roñoso, perdido del campo como gozan de er todas las demás cosas. se hace un gran silencio. Van andando. so desse acerca mirando con envidia a los dos hombres, que parraman otra vez en grupos de dos, de tres. más cacontinúan su conversación entre o bocado y bocado. El Abuelo llama al perro cariñosamente y le echa un pellados, más conscientes. Qué les ha dicho el Abuelo dazo de pan, que el pobre animal hambriento engulle para así impresionarlos? Nada, casi uada, pero la hora rápidamente.
y el tono de su voz hacían aumentar el valor de las palabras. He aquí un gran milagro que vemos cada día y 10 reconocemos, dice el Abuelo Yo como este pan y El Abuelo desaparece. Habrá ido al Asilo de niños se convierte en hombre, y el mismo pan comido por el pobres del Pardo, regido por su primo, otro Giner y la señora de éste, doña Tomasa. He aquí otra casa convento, perro se convierte en perio. Cómo explicar este misterio? así no sabemos explicarnos una función tan una obra parecida a la IxstitucIÓN LIBRE DE ENSEÑANuniversal, casi un fenómeno químico, qué audacia preZA; allí, tocando al palacio real del Pardo.
Don Francisco es recibido en aquella casa con tantender explicamos cómo nosotros nos lacemos Dios, o to amor! Doña Tomasa le prepara una taza do te cómo Dios se hace en nosotros?
Unos gritos a lo lejos anuncian la llegada de otros caliente, y él se reconforta, en la lumbre del hogar encendido del salón. Hacía fresco; el abuelo siente que amigos. Han estado buscando al Abuelo entre los árboel campo le ha penetrado dentro del alma y está como les por largo rato, y por fin lo distinguen allí, acabando derretido de dulzor.
su almuerzo. Llegan en grupos de dos, de tres, pronto El Abuelo permanece sentado hablando con doña se reune una compañía numerosa. La conversación toma otro carácter. Unos bajan de la Sierra, adonde ya marTomasa. Una mujer! El Abuelo recuerda los días cuancharon la tarde anterior; hablan de la noche, pasada do venían allí con doña Concepción Arenal y los oyendo el rumor incesante de las cascadas. Otros vienen esposos Riaño! Entonces se preocupaba de otras cosas.
El tiempo vuela y él es ya viejo. El sol se va pode más cerca, han llegado sólo al pie de la montaña, niendo!
otros vienen de bañarse en el agua, fría aún, del vecino Manzanares.
Deja que marche la multitud; espera uno de los úlEl maestro los observa. Qué noble grupo de jóvenes del Asilo en dirección al tranvía, atraviesa el sitio Real, timos tranvías para ir casi solo a Madrid. Cuando sale Otra generación! Dios mío, que es lo que va a dar de todo tan callado. Las estrellas brillan en el cielo, y el sí? Será mejor que las otras? Quedará algo de este deabuelo las mira, las mira con sus ojitos brillantes, coseo de ideal que los anima a todos ahora?
mo otras estrellas en la oscuridad, Al subir en el Se comenta la grandiosidad de aquel paisaje. Uno incómodo vehículo que ha de llevarle a la ciudad. pasa menciona a Velázquez, el pintor de esta imponente sierra oscura, y añade sentenciosamente. Parece imposible, volando un automóvil, tocando una filerte bocina. El cómo pudo Velázquez, inedio andaluz, mcdio portugués, Abuelo ve al rey que vuelve con sus amigos de su día identificarse con esta cosa, el paisaje más castellano que más excelso de sus súbditos. El Abuelo lo ve pasar, de caza, ignorante de que allí. en aquel tranvía, va cl.
existe! pensar que admiró a Rubens! Viajó y vivió en Italia, hizo copias de mármoles antiguos y del pensando que también el monarca joven, busca, al fin Tiziano.
y al cabo, como él, el goce de la vida: la joie ile riore, Otro lace esta reflexión algo pedante: ni más ni menos que él, y quién sabe si con más esultado. Es que esta sierra nos dió a Velázquez, o es que Velázquez nos dió esta sierra? Porque ya nunca más Puvoix.
Un estante de libros escogidos 00 En la Administración del REPERTORIO AMERICANO se venden los siguientes: Arturo Capdevila: América. 64. 00 José Carlos Mariátegui: La escena contemporánea. 00 Medardo Angel Silva: Poesias escogidus. 00 Messer: La filosofia moderna. 50 00 00 Jesperssen. La enseñanza de las lenguas extranjeras.
Cuadernos Literarios. Ediciones de Diez Canedo. Los 16. lomitos publicados. Darwin: El origen de las especies, vols.
Sarmiento: Vida de Dominguito.
José Vasconcelos: Indologin. Arrieta: Ariel corpóreo Vasconcelos, Unamuno, ctc. ParisAmérica, Poema del Cirl. Texto y traducción.
16. 25 00 00 00 50 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica