Imperialism

: 214 REPERTORIO AMERICANO Arma eficaz para nuestra defensa IS amor y se transformaba de taciturnio y su buca a la del hombre cuya alma acababa que por un momento, resucitó al amor, voladusto, en el más jovial de los galanes, en de matar, le dió un beso largo, beso de pa vió a sumirse en las tinieblas de la muerte el más divertido hombre de salón.
sión, y saboreó en sus labios las lágrimas espiritual que durante tantos años enteneFué aquel un idilio intenso. Una comunión del amigo que se confundieron con las su brecio su vida.
de espiritualidad les estrechó firmemente, y yas propias.
al mágico poder del cariño de ella, este Ernesto CASTILLERO inundo, antes para el un valle de pesares. asi fué como, aquella alma triste y sola Panamá, abril 23 de 19X.
se convirtió en la tierra de promisión por la acción vivificadora de una filosofia optimista y llena de esperanzas que ella supo enseñarle.
En el pecho generoso de ella deposito De El Tiempo. Bogotá él todas las confidencias de sus desdichas, todas las tristezas de las decepciones Sciactitud de The World ante la política contra los presuntos explotadores de enorfridas, y sus heridas, con delicadeza de seguida por la secretaría de estado de mes caucheras organizadas en los centros hermana, con solicitud de amante, fueron Washington. en mala hora puesta en manos financieros, y defiende a México y pide para restañadas poco a poco por su amiga y de un abogado cuyo estrecho criterio es las relaciones de los Estados Unidos con la curadas con el bálsamo de su fe.
inferior a las grandes concepciones de la América Latina bases de igualdad y de muY así pasaron los dias, y la hora del política internacional y que ha mostrado en tuo y sincero respeto.
regreso de la expedición llegó, y en el movarias ocasiones la más asombrosa carencia Las corrientes imperialistas existen y son mento de la marcha quiso el seguirla a su de tacto, nos da ocasión para expresar evidentes y peligrosas, pero seria un magno pais para coronar allá la obra de conquista ciertas ideas acerca de la manera como error de los países amenazados pensar que que había realizado y premiar con la unión nuestros pueblos deberian defender sus in: ellas lo dominan todo en los Estados Unidos, eterna la labor de transformación que ella tereses ante la opinión pública de los Esta y que para luchar contra quienes desde alli tan milagrosamente había conseguido en su dos Unidos, que no es, ni mucho menos, la pretenden explotarnos o atropellarnos, deser. le expresó su deseo cuando ella, ya de los financistas o petroleros empenados bemos atacar a los Estados Unidos, sin haen el muelle, se le acercó para despedirse. en desarrollar en estos países una politica cer distinciones, y formar rudamente un bloEntonces ella, al escucharle, cambió el de explotación y de predominio insolente, que que desde los países latinos se oponga aspecto de su faz, inclinó la cabeza y entorno como la que con tanta entereza rechaza hoy a cuanto puede venirnos de la patria de los ojos con un gesto de angustia y de el gobierno de México.
Lincoln. Muchas veces, en el corazón mismo pesar.
Existe en aquel gran pais, bajo cuyo co de Nueva York, hablando con patriotas del No me siga, le dijo. Quédese!
losal poderío económico alienta una corrient más acrisolado sentimiento y de la más vi. Me despide usted. Qué razón hay te cada vez más fuerte y vigorosa de idea gilante perspicacia, reconocíamos que la prinpara que me abandone ahora, cuando, des lismo generoso y sano, una inmensa mayoría cipal y más efectiva defensa de los países pués de vivir tantos años en los eriales de deseosa de que primen en las relaciones latinos contra la codicia financiera del capiuna existencia tenebrosa, me muestra usted internacionales la justicia y la equidad, y de talismo, puede encontrarse, mediante una a mi alcance el oásis de una nueva vida esa mayoría, que muchas veces como aho activa e inteligente propaganda, y un consllena de felicidad junto a usted, vida resur ra no es interpretada rectamente en las tante esfuerzo para el mejor conocimiento, gida por la virtud de su cariño que ha re alturas del gobierno, es exponente una prensa dentro de los Estados Unidos, en la inmensa sucitado el cadáver de mi amor muerto en de independencia realmente admirable, que masa de opinión imparcial y benévola que los umbrales de mi juventud. Estoy viejo lucha contra los panegiristas del imperia allí se encuentra, en sus diarios independienacaso ya. No soy, por ventura, digno de lismo nacionalista con una tenacidad y un tes, a los cuales su mismo poder económico usted. Me cree incapaz de hacer su dicha valor dignos de todo encomio. Nos tocó ver pone fuera del alcance de los piratas finan.
y corresponder a su amor?
de cerca, por ejemplo, la actitud de la pren cieros, y que luchan por desterrar el nacio Calle, calle usted por Dios, se lo ruego. sa de los Estados Unidos en los momentos nalismo imperialista de la política internaNo me recrimine por mi conducta. Sea en que por la terrible carta de Clémenceau cional de su patria, para reemplazarlo por buenito y perdone lo hecho con usted. Des al presidente Coolidge, tomó tan agrio ca la justicia, por una deferencia cordial, basada pertó usted en mí una profunda simpatía y rácter la cuestión de las deudas de Francia en la buena voluntad y capaz de no retrono tuve reparo en decirselo, y llevada por a los Estados Unidos. Un gran número de ceder ante el reconiocimiento de la propia esa simpatia quise alumbrar la noche de su diarios amarillos y patrioteros se dedicaron culpa.
espíritu y hacer reaccionar hacia la vida su a atacar a la república francesa en la for, Por eso es que cada vez somos más parser moribundo. Obra de caridad, tal vez, ma más agresiva, y vimos entonces, com tidarios de una política de sincera amistad pero dictada por mi corazón. No podemos tanta sorpresa como admiración, a casi todos con los Estados Unidos, dentro del más fircompletarla. Usted no debe seguirme. los diarios serios, The New York Times, me, constante e irrevocable propósito de 110. Por qué. Qué lo puede impedir? Yo The World, The Sun, de Baltimore, de aceptar jamás nada que mengüe nuestra sotengo libertad y hasta derecho de irme en fender con energia y valor los puntos de beranía, que represente intervención en pos de usted a donde vaya y de reclamarle vista de Francia y enfrentarse a las pasio nuestros asuntos propios o que subordine el cumplimiento de las veladas promesas nes nacionolistas, estampando hasta verda nuestros intereses a ajenas codicias. Una que me hizo. Yo la sigo.
des amargas para oídos patrioteros, pero política que excluya el recelo y la suspica. No, no, deténgase, por Dios. Quédese! que en realidad debían llenar, de orgullo a cia, que ponga las cartas sobre la mesa y ¿Qué va usted a hacer a mi pais? Allá no quien conciba la patria como servidora de se haga frente a frente, cara a cara, a base me verá; allá tengo que ser otra para us la verdad y del derecho. La actitud de esos de una mutua lealtad, y con prudencia sienited.
periódicos, en ucasión tan propicia al des pre despierta, pero con valerosa confianza. Por qué. Por qué ha de ser otra. borde de las pasiones populacheras, es una Con la confianza que da el saber que tra Porque. soy casada!
de las más bellas, de las más honrosas y tamos con un pueblo en el que existen mu ¡Maldición. gritó él con desesperación; nobles manifestaciones de un periodismo que chas cosas sanas, grandes, buenas, y que y dejándose caer sobre un banco del muelle pone los ideales y la razón por encima de nuestro pueblo de siete millones de habitanse echó a llorar.
lo que, con un criterio egoista, pudiera con tes, tiene fuerza sobrada para no permitir Ella entonces se le fué acercando pasito, siderarse como provechoso para el propio nunca que las relaciones de amistad degemimosa, tiernamente solicita; estrechó al de país. el mismo World que tan gallarda neren en dependencia; para conservarlas él su cuerpo; apartóle las manos del rostro mente nos defendió en la cuestión Panamá siempre en el terreno de la igualdad y del y tomó entre las suyas su cabeza y uniendo defiende ahora los derechos de los filipinos respeto a nuestra propia soberania. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica