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REPERTORIO AMERICANO 249 El repliegue escon fuera, acudiera a la farsa o al engaño Pocas veces la Historia humana, en sus trágicas escenas, presenpara distraer al pueblo, engañar el ció alguna parecida a la del famal con fingidas medicinas. Lenin. De La Libertad. Madrid.
moso discurso de Lenin. Acabo de soberbio en su derrota, hizo mároir contar el episodio a un español mol estatuario de su brutal franque la presenciara. Fue una queza. Discuten muchos si Lenin cena shakespiriana, algo como la fue más grande en el triunfo que primera escena del Julio César.
en la adversidad forzada. Los más El pueblo murmura sus desdichas, expertos afirmaron que cuando el desconfía de sus tribunos. César dolo? engrandecido ennoblece, da ha muerto. La tribuna roja, como humillación levanta el alma hasta envuelta en llamaradas por bandela sublimidad. La «Nueva Econoras y trofeos, aparecía enmudecida, mía Política. es decir, los «N; desierta. Un pueblo silencioso, pero inauguraban en Rusia la era amenazador en su calma tormenbonancible. El 24 de Mayo de 1921, tosa, rugía, a veces, o callaba con con dolor de corazón, pero el furor, con el silencio rabioso de firmeza de su voluntad, Lenin firhainbrienta fiera. Lenin, pálido, maba las nuevas leyes. Permitía el apareció en el marco rojo de las comercio privado, la especulación banderas. Le embargaba la emoen Bolsa; dejaba a los particulares ción. Sus ojos, entornados, evocala libertad de tener fábricas en las ban insomnios y tragedias, Su que trabajaban menos de 300 obrefrente, sombría, cubría un mundo ros. En el transcurso de meses las de encontradas pasiones. Un terrireformas continuaron. Iremos exable combate se lidiaba tras de las minándolas, oblicuas cejas del mongol. Quedó.
En los días del «comunismo de un momento pensativo, mirando, guerra. las prohibiciones sobraban, errabundo, al enigmático pueblo.
pues no había comerciantes, ni inLos corazones todos latían de emodustriales, ni intermediarios, ni ción. Podía oírse hasta el respirar rentistas, ni Bolsa. El Estado era anheloso de la interrogativa mutodo: comerciante, industrial, absochedumbre enmudecida. En aquel luto dueño. Era la Esparta moscomomento iba a decidirse el porveLenin vita, presidida por un Licurgo que nir de Rusia. Yo he creído asistir repartía la «salsa negra» y dejaba a la escena trágica del Thermidor, a bida reconstitución preciso es adoptar viajar en cansados trenes, ya monla del juicio de Luis XVI en la Con algunos métodos capitalistas. tados estribos encaramados vención, a la del Parlamento inglés Miró Lenin a la muchedumbre. en el techo, vacilantes en los topes.
ante Carlos me decía el español, que parecía hipnotizada. La palabra Hoy, ya no es eso. Esparta, si no Dudo que con ser tan trágicas las «capitalistas, maldecida, caía en aquel es Atenas, camiņa a ello. Hay proshistóricas escenas pudieran igualarse templo comunista como la negación titución, niños abandonados en la caen emoción a la que presencié yo.
de Mahoma sobre la «piedra negra» lle, mendicidad; se dan propinas; coHablaba Lenini con pausada voz, con de la Meca, la del Cristo de Belén rren coches de alquiler; se tambalean timidez infantil en sus exordios, de en el Vaticano.
los borrachos y las tabernas se abren; letreando las palabras, desgranándolas. Se trata de un repliegue estratémolestan los notarios. Hay, sobre pero luego era desatado torrente. Pa gico añadió después Lenin, sontodo, muchos «Nep. es deci. nuerábase a ratos y meditaba sus con riendo con malicia. un repliegue vos ricos. La vida rusa no es ya ceptos. De pronto, con aquella bárbara que perunitirá, que permitirá repitió hoy muy distinta de la vida occifranqueza, con la fiera lealtad y la a sus autores esperar la revolución dental, la del régimen capitalista.
decisión que fueron madre de su fe y mundial, conservando la dirección del Hoy quien tiene más dinero vive mede su captación del pueblo, Lenin, movimiento proletario. jor, fuma mejor, se acomoda en el calmoso, evitando trágicos desplantes, Murmuraron algunos: mas, al obteatro mejor que quien nada tiene.
pronunció las históricas palabras: servar la lealtad con que hablaba el En el tren hay dos clases: la clase héroe, callaron desarmados por su de los ricos, clase de blando asiento. Veinte o treinte millones de seres honradez y por su lógica. Trotsky, a y la clase de los pobres, clase de están amenazados por el hambre, y diez millones, cuando menos, por la media voz, musito. Si damos un asiento seco y duro. Leo ahora que muerte. El comunisino no ha podido brazo. dedo a la burguesía se tomará el también, desde poco, hay primera clase. En los espectáculos existe una provocar la revolución mundial, caclase de preferencia, otra clase genemaradas (como lo esperábamos en Era el de Marzo de 1921.
ral. En las tiendas de lujo veis muNoscou cuando los Soviets reinaban. Alea jacta est. Lenin, sereno, jeres que compran pieles y en la caen Baviera y en Hungría, y surgian había pasado el Rubicón para salvar lle mujeres que tienen frío. Cuando indecisos en otros pueblos. no puede a Rusia. En aquellos trágicos moel «comunismo de guerra» todo era triunfar en Estado rodeado de mentos de zozobra duda se le apamalo; pero todo igual. Ahora hay países capitalistas más que por una reció en la, lejanía una Rusia venci personas que viven mejor que otras estrecha unión entre una industria da, el zarismo vencedor, la vida en pero el bienestar se ha generalizado. próspera y una agricultura rica. Pre peligro de sus apóstoles y hermanos, más.
ciso es saber que no estamos en vís el hundimiento, para siempre quizás. Extraño mundo el noscovita de peras de dar el asalto a la fortaleza del proletariado universal. Puesto a aliora! Si bien los aires capitalistas capitalista. Contra mis sentimientos. decidir, escogió la salvacion confe troncharon las recias encinas de la un ideal: pero con mi leal franqueza sando sus culpas con leal franqueza. Edad de oro, el ambiente unoscovita debo deciros que para lograr la de Cualquier otro hombre que Lenin no sería irrespirable, del todo incomen un Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica