100 REPERTORIO AMERICANO coinyox las manos cruzadas sobre guedad que no penetren los rayos de una virtud que hace tosco sayal de San Francisco el día en las tinieblas.
el padre Almansa duerme. El padre Almansa no se dió mientras duerme para no descuenta de lo que valía, ni supertar sino en la gloria, su po, aún sabiéndolo, que Bogotá espíritu, como um perfume, se tenía en él al hijo de que se esparce por la iglesia que persentia inás orgullosa, al único petúa el recuerdo de un Bogotá universalmente querido. Penmistico y silencioso que ha ido sadores, escritores, sabios, grandesaparecienilo. Es imposible, des servidores públicos, homen medio del dolor que causa bres de empresa y de laborael adiós del viejecito, nó sentorio, industriales o profesiotir la inmensa alegría de hanales, a ninguno le faltan berlo conocido. Almas como la envidiosos, a ninguno le faltan suya no animan cuerpos terreenemigos. Los mismos sacernos sino, de tarde en tarde. Lo dotes, aun en meilios piadosos, mismo que el genio, la virtud son objeto de murinuración.
absoluta es un don raro. tieEl padre Almansa. fué único.
ne sobre el genio que es un él iba espontánea y fervoroimán para las mentes, el prisamente el tributo de todos.
vilegio de ser un imán para Pero él jamás sintió orgullo.
los corazones.
Ni pesó ni midió, ni contó las Nada había más nuestro, más Ofrendas de veneración y de de toda la ciudad, que el padre cariio. Estaba en la tierra, Almansa. Nacido en ella el pero estaba ausente. Era un de agosto de 1810, iba a mionje del siglo XIII que se pletar ochenta y siete años de había escapado de la Porciún.
bondad, de humildad. de alecula. mejor: era un enviado gría y de pobreza. Era la copia del fundador de la Orden, enfiel de aquellos compañeros de cargado de enseñar el renunSan Francisco, ingenuos y souciamiento y la caridad en un rientes, que predicaban el amor mundo que todavía tardaría.
a todo y resolvían con palacasi tres siglos en ver llegar bras de extraordinaria sencillez, las carabelas de los descubricuya profunda significación edores.
ran ellos los primeros en igEn las Florecillas hallamos norar, los más sutiles problela noticia de que decia fray era escasez, pero sin vanagloria, esté pervertido. Pero pensar Gil que a San Fraucisco no «La santa humildad no saporque a él la escasez le pa bien de todos, hallar excusa le gustaban las hormigas corecía abundancia.
be. hablar; el santo temor de para sus yerros, implorar el mo los demás animales, por Su inocencia no lo permitió Dios no sabe discuirsear. dijo perdón para las malas vidas, el gran cuidado que tienen de saber por instinto que la infifray. Gil, quien comparó a la comprender el pecado. Las pareunir y acumular gran canvirtud, opuesta a la soberbia labras con que se expresaban nita justicia es la infinita pietidad de grano en tiempo de las aberraciones de la carne o con el rayo que destroza, romdad y que nadie puede caer sin verano para el invierno, y decía de la mente debían pasar por volver a levantarse, porque pe y abrasa lo que encuentra, que los pájaros le gustaban sin que de él parezca después su espíritu como las gotas de hay un Dios que a nadie niega mucho más porque no guardanada, puesto que ella hiere, rocío por un plumaje. No po su ayuda, es alcanzar ya las ban nada de un día para otro.
dían impregnarlo. Resbalaban regiones en donde nacen las disipa y destruye toda malicia Lo mismo ha debido pensar el alas.
y todo vicio sin que sea nada para perderse suavemente en padre Almansa. En su misero en sí misma. El hombre que los raudales de su misericordia. como era hecho de nuestra lecho se sentia como un prinDulce brotar del torrente sotiene huunildad, por la humilmisina carne y estaba sometido cipe. No hacía gala de austeridad encuentra gracia cerca de noro y cristalino en que las a nuestras inisias pruebas y dad. Nadie sabía si se iniponía impurezas escuchadas se disol a nuestras mismas tribulacioDios y perfecta paz con penitencias. Todo en él era naprójimo. Logra cuanto se pro. vían, sin que pudieran alterar nes, la enseñanza del padre tural y para sus ojos sin mése ni el color ni el sabor de Almansa, la de su simple conpone sin que el rostro se conrito. No pensaba en el día que las aguas! Seguían copiando gestione ni se le vean las batacto, la de su simple contem seguir. Como los lirios que el cielo en sus remansos y setallas.
plación, dejaba la impresión superaban en esplendor a Saguían aplacando la sed de to inefable de que Dios anda en El padre Almansa hacia anar lomón, él se sentía rico con su la vida e inspiraba, aún en los dos los peregrinos.
la tierra y se revela por medio hábito raído, y como las aves tibios, aún en los incrédulos, Era la objetiva demostración de seráficos enviados. Hay tiemdel campo, él esperaba de lo aquella religiosidad que de que la chispa divina ánima pos necesitados predicación Alto el cotidiano alimento. Por arranque del espíritu hacia Dios a los humanos. Sólo de inuy y tiempos necesitados de ejem eso de sus labios, y enfrente gratitud por los dones con alto podía haber descendido plo. Pero el ejemplo obra mejor de la vida, nunca se escapó una que nos enriquece. No necesi ese suave mirar para lo que que la predicación. Puede haber queja.
taba hablar. El no sabía ar nos tortura, ese tierno despre oídos sordos o mentes confusas Era una delicia verlo pasar, cio por los bienes de la tierra, gunentos para coinbatir errores a los cuales no lleguen los verlo vivir, saber que Bogotá ni tenía razones para disolver esa inmensa caridad del espí. acentos que imploran o exigen lo tenía alí, en la risueña ritu. La otra es bella y fácil. un cambio de rumbo pero 110 escrúpulos. Pero convencia con iglesita colonial, como una resu mirada bondadosa, con su Dar de comer al hambriento o hay ojos que se cierren al es liquia. Lo sentíamos como un.
sonrisa iluminada do cielo, con vestir al desnudo, son obras al pectáculo de una vida maravi escudo contra la cólera celeste esa vida fragante en que todo alcance de cualquiera que no llosa de sencillez, ni hay ce de que hablaban predicadores Él Padre Almansa mas.
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