168 REPERTORIO AMERICANO más puros بالا Poemas de aristas sutinura; sigue la silueta de les que se adentran en el una mujer, y encuentra alma con sugerencia de jaula en los perfumes; poemas de ritmos sentimientos: entonces canta lentos como de brisa otodesde el corazón de los îal que mece la dorada hombres.
tristeza de las frondas; poeEn su sutileza nos hamas breves con magnitud bla del perfume de una de eternidades íntimas coflor, de la suave ondulamo las pupilas del niño ción de una colina, de leen que palpita la luz del cuerdos lejanos, de cariños universo.
a sus gentes que acaso llePoemas de un cuarto de va como una segunda perhora, oasis de aristocrátisonalidad.
ca belleza, en la placidez, Padilla ha gustado de la un tanto triste, del crepúscuvida como en jardín, en que lo azul.
cada flor fuera una. pasión, Sonoridades esquivas al rápidamente, sin detenerse pregón déclamatorio de las a gustar solamente de una vocales románticas, genesola miel. osas hasta la plenitud para Otras veces canta para el acento misterioso del oirse y es consuelo lo que sentir hondo y nuevo.
busca. Para qué preocuFiguraciones por semeparnos? nos dice, y sin janza recóndita que reprisembargo, las preocupaciotinan, con eficacia sentines menudean, y acaso lo mental, los singularísimos único que queda de su fiepisodios de la vida, del losofía es su canción. Vida amor, y de la muerte!
esa de poetas, llena de inObra de belleza de un quietudes. Receptáculos de sutil espíritu ganado por esa sobre vida que se llalos tonos menores de la ma sensibilidad.
lira, en el silencio, quizás, La poesía en principio de un atardecer en Brujas, es consuelo: desahogo en mientras recitaba Impresiones rima. France dijo: el poeta Rodenbach, escuchando el como los niños vive de imá«musical carillón» de la oesias. Por Gaillermo Padilla Castro. Imprenta Trejos Hnos.
genes. Guillermo Padilla, vieja ciudad. como las aves, para aligerar: CARLOS Luis SÁENZ la vida canta; alegrías, trislla es pájaro. ligero de gún parecido, es pájaro, entrañas de la naturaleza, tezas, lo que sucede en las.
cuerpo, rápido de movi. pájaro que çanta. Así sus Hombres hay que seme mientos; inquietud constan poesías son notas sosteniy como lo he dicho: desde jan tal o cual ave, los hay te, diríase de él que va los corazones a los corazodas por un muy corto lap. que son aves de presa, otros por el mundo a saltos. Guiso de tiempo, casi son aves de corral. llermo Padilla, si los hom Se posa en la cima de MAX JIMÉXEZ Mi amigo Guillermo Padi bres y las aves tienen al un monte; baja a la lla1 se a San José, Costa Rica. 1927. Hereclia. Setbrc. 1927. nes.
San José. Costa Rica. Sin título Popria haberse bautizado esta pági Mientras los intelectuales escriben na con el nombre de El impe y escriben artículos con frases efecrialismo yanque, El bandolerismo. n0 tistas, cuyas metáforas y, adjetivos teamericano, etc. pero ya tales hacen sonreir con satisfacción a sus frases, a fuerza de repetirse, no in propios autores, los yanques, sin esfunden respeto o se miran sonriendo cribir ni hablar más de lo necesario con supersticiosa familiaridad, como a y sin importarles un comino cuanto esas bonitas y acicaladas imágenes de los demás países piensen de ellos, se yeso, un poco cursis, del Corazón de cogen Panamá, compran gobiernos meJesús o de la santita de, moda, ven jicanos, dejan caer una pata en Santo didas por docenas en el barrio de San Domingo y otra en Haiti; ponen a Sulpicio. Cuando las encuentro a la Cuba a bailar como una mona en la cabeza de unas columnas, se me an. palma de la mano, invaden Nicaragua itojan esos generales llenos de charre y descansan el trasero en las Islas teras y dorados, con aire de matamoros, Vírgenes. todo, esto arrojando bomquienes sólo lian exhibido su bravura bas destructoras sobre ciudades y choen maniobras, ante una multitud do zas, asesinando y torturando nativos, criadas y de papanatas.
desembarcando marinos sacar de las bóvedas del Banco Nacional de Haití, y en plena luz meridiana. 500, 000 para llevarlos al National City Bank. obligando a los haitianos con la misma crueldad con que se obligaba en la antiguedad a los esclavos a trabajar en los caminos para facilitar la velocidad de los automóviles y camiones de propiedad yanque o de los traidores de su patria.
Más vergüenza tienen los chinos: los cables nos dicen cómo están sacudiendo de su territorio la cínica y dorada civilización occidental, sutilmente escurrida en ese pueblo entre las volutas de humo del opio que tal civilización: le enseñara a usar.
No hay en América una voz con la.
apasionada serenidad de la del Mahatma Gandhi en la India, para pre(Sigue en la página 175. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica