REPERTORIO AMERICANO 185 LS El seráfico As dos trausformaciones csciciales del cristianismo en catolicismo, representan dos conciliaciones paganas. La primera efectúase en los propios tiempos evangélicos, bajo la influencia primordial de los gnósticos alejandrinos, y la encarna San Pablo, desde en su apostolado judeo helénico por el litoral griego del Imperio Romano, lasta en su incierta, pero simbólica predicación de Atenias. La segunda es empresa de San Francisco de Asís. Ambas son, principalmente, obras de caridad, la mayor de las virtudes teologales, dijo Pablo; mientras la pobreza de Francisco no es el negativo despojo ascético de ermitaños y estilitas, sino la virtud social que consiste en darlo todo, por práctica del fraterno deber, exaltado a lo absoluto: amar al prójimo más que a si mismo.
La caridad es, por excelencia, la virtud flamigera que enciende el fuego del amor puro y cuece el pan del socorro y del consuelo. es también su llama lo que se ve arder en el arrebato candente de los serafines. Por esto Pablo y Francisco fueron hombres seráficos. Al primero fulminalo la revelación en la llamarada de un rayo. El segundo es, desde el instante de su iluminación, el hombre que vive ardiendo. Está continuamente como por desprenderse del suelo en la elevación de su propia llama. así, hasta cuando se halla quieto, parece que los pies le palpitan sobre ascuas, mientras, con frecuencia, el fervor de la oración se le sale en fuego visible por el rostro y la boca. llega a alzarlo en el aire, donde grita suspenso, con la terrible posesión del Espiritu que lo enciende. Estremecido por perpetua fiebre, aquel hombrecillo flaco, bajo su burdo sayal, es el leño de Dios que vive de darse en generoso fuego. Su grande alma congrega así una orden tán poderosa en la misma desposesión de su regla, que durante un momento de la historia hace de la pobreza el problema continental para la Europa de los papas y de los reyes. con eso transforma el mundo, imponiendo a la politica la entidad del pueblo, a la teologia la piedad humana y al arte la emoción de la Naturaleza. Por esto el Dante, que era de su devoción, afirma en el canto del Paraiso que le dedica, y es el undécimo, que se quedaría corto quien designárale Asis por lugar de su nacimiento; pues, para hacerlo con propiedad, debería decir Oriente.
Ya que en el terceto anterior (49 54) sol naciente lo ha llamado.
Es que en este momento confuso de la Edad Media, cuando el reflujo de las Cruzadas desorganiza la construcción feudal, él es el fuego que orienta. La Iglesia, que era el centro continental, recobróse del fracaso definitivo, que pudo ser para ella y para Europa ia frustrada reconquista de Jerusalem, hallando otra vez, en la caridad franciscana, la acción y el verbo de Pablo.
Por esto ha podido afirmarse con verdad que en San Francisco empieza el Renacimiento. El catolicismo, o cristianismo romano, nace de esa iniciativa y se define en una crisis franciscana: la represión de los Aquella caridad franciscana resucitó la gran concordia antigua, mucho más vasta que la de los fieles cristianos. porque apa tutto serafico in ardore.
rejaba al concepto estoico de humanidadDANTE. Par. XI, 37. caritas humani genus la simpatia de todos los seres: la vida viviente en el seno de Dios. Asi es acto de caridad adorar a Dios en sus criaturas. Caridad iluminativa por la virtud esencial de su fuego, puesto que es seña a conocer a Dios. Sutilice cuanto quiera la teología, eso es, en suma, el panteismo.
He aqui que las mismas Fioretti (cap. LII)
nos dicen como Dios elevó a Francisco «sobre todas las criaturas, a tal punto que su alma quedó absorbida y sumergida en el abismo de la divinidad y claridad celestes, y sepultada en el océano de la eternidad y.
la infinidad divinas; de tal suerte que nada sentía ya de creado, formado, finito ni concebible, nada de lo que puede pensar el humano corazón ni narrar la lengua, disuelta su alma en aquel abismo de divinidad, como una gota de vino en el seno, de los mares. así como dicha gota nada podría percibir sino el mar, su alma no veía sino a Dios en todas las cosas, sobre todas las cosas, y. dentro y fuera de todas ellas. Pues aunque el parágrafo concluye. pero distinguiendo siempre tres personas en u solo Dios y un solo Dios en tres personas. esto es un agregado a todas luces postizo y disonante con el tono de la cláusula, por reacomodo posterior en la ortodojia.
Amar la belleza en la criatura es descubrir en ella al creador. más aun. es revelarnos a Dios en nosotros mismos. La caridad que, esencialmente, significa generosidad del corazón, lleva insita la belleza.
La belleza que, esencialmente, a su vez, es luz: la luz, hija del fuego. por aquí es heroísmo también la caridad seráfica.
En su disipada juventud, Francisco había sido apasionado lector de los libros de caballería. El caballero andante, lanzado por el mundo a la empresa de la justicia que realizaba dedicándosele entero, pues la vir.
tud dominante del paladin consistía, tengolo dicho ya, ep la generosidad sin límites de sus bienes y de su sangre, era si bien se ve, de la misma cepa. Francisco habia, entonces, soñado la grande aventura de irse por las tierras y conquistarse un principado ALEWS SILIO a punta de lanza.
No lo hizo, porque lo detuvieron amores Ilustración de ALEJANDRO SIRIO y fiestas, con tanta dedicación, que llegó a principe de la gentileza entre la juventud fraticelli. ese resultado inmenso lo en divertida, sobre todo por los versos, la múgendra una fuerza puramente espiritual, que sica y la danza; hasta que enfermo de los es también la causa de su noble hermosura.
excesos, y estuvo grave con el delirio, que La vitalidad triunfante del catolicismo fué, no obstante, la primera puerta de su consistió que éste fué, con ello, una obra revelación. Pero aqui conviene una adverde arte. El cristianismo empezó a vivir en tencia.
belleza, como la Cosa Pagana, muerta al Aquel accidente, así como la exaltación parecer, pero dormida, no más, bajo los es sucesiva de su fervor, tornáronlo ya encombros del cataclismo bárbaro. Por ahí es tonces sospechable de locura. En el primer Francisco un tipo representativo de nuestra tiempo de su predicación, apedreábanlo y raza, un reconstructor de la latinidad. EI burlabanlo a porfía los chicos de la calle.
catolicismo es el aspecto religioso de la No mucho, pues, que haya insistido en su civilización actual, o sea de la latinidad re demencia el anticlericarismo racionalista, nacida.
alegando aquel constante acceso febril y 2013 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica