REPERTORIO AMERICANO 135 desnudo y como escudo el corazón.
vibración de una célula es el sueño en la medula y los versos y los. Para vencer anda de cara a la ilusión. Sólo somos un eco del antropopiteco. el esbozo de Dios. Qué hacer? Caminante, tu, que tienes los sinos ante tus ojos divinos, dime la ruta que mi paso ha de de seguir. Da al ocaso la espalda, dijo, y luego partid!
Desde entonces camino ya sin vanos temores: en mis manos llevo la honda de David!
En la escudilla «A mi una pobrecilla mesa. como dijo el buen Luis de León, y una sencilla emoción, me hacen feliz; pesar del gusano En muda caravana van a morir los días y la vieja alma humana hambrienta de alegrías; la dicha se agusana con las ubres vacías; ya la fuente no mana, las bocas están frias.
Pero el sollozo, hermano, va a fecundar el grano de la vieja alegria, porque el dolor humano, a pesar del gusano ha de dar flor un día!
con todo, nada humilla la cerviz de mi soberbia: pobre, en la escudilla pongo mi pan como el de Asís.
Pues, mientras bellamente me vengo de la vida con sonrisas, La estirpe Pronto el granito de arena se tornará en montana. Cómo? El alma que crees serena en mi, es una selva hurana; pues si hay quien se arrodilla para cantar, yo subo la montaña y dejo la semilla que triunfará de la guadaña.
El tronco viejo y podrido de mi Estirpe, se hace florido: mi raza empieza en mi, soy el azahar. Yo indicaré el camino a las sonoras velas de Jason y a las auroras cuando quieran pasar. prenan mi dolorida frente celestes Mona Lisas.
Transmigración La cruz El calvario Hijo del alma, procura que no te llamen divino porque la gente y el cura se pondrán en tu camino. Madre, pero la altura me espera tras el molino; madre, la cuesta es dura pero yo voy contra el Destino; no importa que la amargura y la gente y el cura me preparen la cruz: ya tengo abiertos los brazos para la cruz, pero mis pasos dejan sembrada la luz.
Mañana, cuando el viento repose en mis cenizas ya mi pensamiento se duerma con mis risas; mañana, que el violento ritmo del corazón ahogue su lamento como un viejo león. No habéis visto. les decía en el camino a Cristo con su bordón divino. mañana, que las rosas se pongan ruborosas al beber en mi boca, Mefisto sonrió en mi, ladino, pero un trino me alucino, imprevisto; y una voz que venia de no sé dónde y que tenía miel y luz. Quién. y mi lira esté muda y mi alma desnuda: Yo cantaré en la roca. La Tierra toda y los senderos todos, donde la voz de clarines guerreros La queja inútil Jesús me dijo está en ti y tú, hijo, eres la cruz!
ALBERTO GUILLÉN c: Avenida Arica 121.
Lima, Perú.
va en pos de triunfos, y los fieros alar des de Dios, y las sonrisas de Eros. La Tierra toda, y la Gloria ilusoria de los Hombres y ¿Para qué nos quejamos de la vida si hay tantas cosas de que reirse, y rosas, y tanta boca florida. Para qué quejarnos, si la herida nos la curan las mozas, y el jugo de la fruta prohibida nos exprime en el alma las hermosas y claras dichas del Paraiso?
Yo, que soy un estoico, un humorista, le hago caso omiso al dolor que me sigue la pista: le arrojo una piltrafa de alma y sigo alegre, acompañándome conmigo.
el laurel. Quién te dará todo eso. dijo Temor Yo a mil le respondi.
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BUENOS AIRES. REPÚBLICA ARGENTINA La honda de David Esbozo No pongas en el Cielo tu voluntad florida: este siglo deicida le ha dicho a nuestro anhelo. Somos la flor del suelo, somos toda la vida y tu alma está perdida, presa en tu cerebelo; Me detengo un instante: ante mi hay dos caminos abiertos, y divinos dedos señalan adelante.
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