REPERTORIO AMERICANO 27 como mística paloma melancólica la luna.
el pavo real inflaba su pluniaje para ofender a la gallina lumilde; un can entre la puerta redoblaba la vigilancia policial, en tanto que yo runiaba con la mente el verso.
estos versos acaso no tan blancos como tu delantal de tela blanca. bajo el manto de parra y la lluvia de fulgores canta ella coplas de amores y él rasguña la guitarra.
Insomnios Vieja rima Tú tenías tu lamparita de aceite, tu Cristo ir tus pavos, tus pavos viejos que se inflaban en la alegría del patio.
Antes de morir tendremos que sufrir cuando menos un desengaño más; desengaño de amor, desengaño quizás del mismo sueño amado que nos hizo vivir antes de morir.
Yo te ungía suavemente los sentidos con mis labios, con el óleo de mis besos extinguía tu pasado; y tú reías y reías con delicia, y tus pavos. abrían sus abanicos en la alegria del patio.
Antes de montar en la negra quimera nos hará un gesto de burla la ilusión de la quimera azul; antes de la postrera palpitación.
En el labio seiliento el licor del vencido tendrá la amargura del mar; y a pesar de ser fuerte coino Dios lo ha querido tendremos que llorar.
Tu lamparilla brillaba al pié del Cristo de escarnio, tu lamparita era débil como un recuerdo lejano.
No te vas Yo me ponía tu suave gorro de piel y tu manto, y entonaba ini letania para tu Cristo de escarnio, y tú reias y reins con risa, extraña, y tus pavos graznaban medrosamente en la penumbra del patio.
No te vas que aún tengo para consolarte del inal de la vida el poder de amarte; y amar es el fin y el principio eterno; amar es tener un sol sempiterno in hilito de agua y um claro jardín; es llevar el alma exenta de agravios un nidal de besos cantando en los labios, Que vuelva a umyir tus sentidos con el óleo de mis labios. Aún brilla tu lamparita al pie del Cristo de escarnio, aún brilla tu lamparita como un recuerdo lejano?
Aún tengo en el mundo para lacerte mía el brazo fecundo y el alma sedante de melancolia Campestral ¿Qué haría sin tus ojos?
Qué haría sin tus inanos. Qué haría sin el triunfo de tus labios rojos. Sin tus pies que andan como dos hermanos?
No te vas, te ruego, porque si te vas, seré como un ciego, seré como un ciego qne anda a la ventura y está por demás.
Extraña cinta de encaje teje la uva y enreda.
La blanca casita queda escondida entre el ramaje.
El es un guapo sencillo y ella una rubia que encanta.
El viste de ruda manta y ella de leve olancillo.
Madre Derrimanse en sus alcores las primicias otoñales.
Ella cultiva las flores El la mies y los maizales. cuando la luz postrera del sol débil ilumina: él baja de la colina y ella en el dintel lo espera Mucho lloré por ti; todavía lloro; lloro pero mis lágrimas no tienen como en aquella tarde la amargura de los colores incondicionales, porque al través del tiempo ti recuerilo si se agranda también se torna dulce, y el llanto que me arranca es tenue lluvia, rocio que me empapay no me moja, bálsamo que me alienta y no me lostiga, baño que ine repara y me perfuma, brisa de amanecer que me solaza, rayo de novilunio que es aurora en la penumbra eterna de mi espiritu.
Mucho lloré por ti: todavía loro. surge la noche bruma.
y en el horizonté asoma IT Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica