REPERTORIO AMERICANO 299 El centenario de Pestalozzi Hace también cien años, falleció Beetlioven en Viena, en un pobre lecho descuidalo, con la serenidad de un estoico. Sufro con (Viene de la página 296)
paciencia escribía desde la cama y pienso en que no hay mal que no nos traiga mación intelectual, inoral y social. En la Es, en esta ocasión, innecesario recordar algún bien. Murió en un día de tempesalquería de Neulof, los niños labran la tiela larga carrera de Pestalozzi, citar sus tad, entre relámpagos y. boriscas de nierra, cultivan las hortalizas, hilan y tejen la obras, seguir la evolución de sus ideas peda ve, como en medio de una última sinfonia lana. Comenzaba entonces a aparecer la grau gógicas, relatar sus sucesivos ensayos esco de la Naturaleza.
industria, y con la gran industria, todos los lares en Burgdorf, en Buchsee o en Iferten, La muerte de Pestalozzi había sido su problemas económico sociales que han agi Conoció la fama y la gloria. Fué escu última lección.
tado después a las masas obreras. Muchos chado por los grandes, admirado por el pensadores de aquel tiempo creían que la pueblo, amado por los niños, venerado por Entre Pestalozzi y Beethoven hay mucreciente industria envolvía un peligro mo las almas buenas. También conoció los apa chos puntos de semejanza, muy sugestivas, ral para el trabajador. La fábrica corrompe rentes fracasos, el desdén, la calumnia, la analogías.
rá al campesino. Pero Pestalozzi, que miraba humillación. Su vida, en general, fué una Los dos son casi alemanes, sin serlo del al porvenir, no se dejó dominar por esos te vida de dolor. En sus últimos días se vio todo. Ambos hablan la lengua alemana y mores. La industria, en sí misma, no es mo injuriado y abandonado, y hubo de reco se formaron preferentemente en la cultura ral ni inmoral. Lo que importa es hacerla gerse, a los ochenta años, junto a su nieto, germánica. Beethoven nace en Bonn. junto servir para la realización de los ideales hu en aquella misma granja do Neuhof, donde, al Rhin; pero era de descendencia flamenmanos. Segar, o hilar decía arar o tejer, medio siglo antes, diera comienzo a su obra. ca. Pestalozzi viene al mundo en Zurich, no hacen al hombre ni mejor, ni peor, To Acaso, el anciano Pestalozzi perdió enton Suiza alemana; pero sus antepasados fuedo depende del espíritu con que trabaje, lo ces la fe en sí mismo, pero la fe en su obra ron de origen italiano.
mismo en la campiña que en la fábrica. Lo no la perdió ni la fe en su obra, ni la fe Físicamente, los dos fueron enfermizos, esencial es que la ganancia no sea el único, en Dios.
mas de fibra poderosa y resistente. De exclusivo y último fin de la industria, sino Murió cristianamente, como había vivido, rostro incorrecto pero expresivo. Con fresólo el medio para alcanzar el verdadero fin perdonando a sus enemigos y rogando a cuencia distraídos, huraños, desaliñados en de una educación humana. sus amigos que le recordaran con afecto y el vestir. Ambos parecieron, en ocasiones, Unos cincuenta niños pobres viven en la que pusieran sus mejores energías en rea un poco salvajes. En el fondo, ambos, de granja de Neuhof, trabajan y aprenden. Pes lizar, después de su muerte, los ideales a una exquisita delicadeza. Recordernos, no talozzi parte con ellos el pan y les da entera que él había consagrado su vida. Al des. obstante, los viejos zapatos sin cordones de su alma. Es para aquellos niños desampa cansar para siempre, quedó en sus labios, Pestalozzi y la zamarra robinsoniana de rados el mejor de los padres, el más abne ya inmóviles, una dulce sonrisa infantil. pelo de cabra que usó Beethoven. Uno y gado de los camaradas, el más entusiasta Al cabo, el genio no es sino un grande hom otro llevaban en la fisonomía las huellas de los maestros.
bre que ha sabido guardar intacta su niñez. de la tristeza y la amargura. Los dos, emPero este a póstol humanitario es, al mismo Ahora, el día 17, se cumplen los cien pero, conservaron en lo íntimo del coratiempo, un filósofo, un meditador genial años de su muerte. Que esa conmemoración, zón, una esperanza inquebrantantable, que de los. teinas de la educación. la vez que secular sirva para acrecentar nuestro inte hacía sostener a Pestalozzi su doctrina echa las bases filantrópicas de la escuela rés hacia los niños, hacia la escuela, hacia de la bondad natural del hombre, e inspipopular, comienza a elaborar su nueva la labor educadora. Durante mucho tiem raba Beethoven, sordo, envejecido y, abrutmetodología. No es esta la ocasión de expo po no hubo sobre la sepultura de Pestalozzi inado, su himno a la Alegría.
ner lo que la Pedagogía actual debe a las lápida alguna, sino sólo un viejo rosal Ambos fueron moralmente huérfanos: ideas pestalozzianas. Baste recordar que no maravillosainente florido. Aquella tumba Pestalozzi, por perder muy pronto a su hay, acaso, en la Historia de las doctrinas anónima correspondía a la humildad del padre, y Beethoven, por tener un padre de la Educación una figura de mayor relieve maestro, en tanto que las rosas, dando al indigno de él. Vivieron los dos una infanque la del maestro de Neuhof. En Neuhof, aire luminoso su perfume, parecían simbo cia triste. Los dos lucharon constantemencon Pestalozzi, la antorcha del pensador y lizar la excelsa fecundidad de su obra, que te con las flaquezas del propio cuerpo; con In aureola del santo iluminan aquella mísera retoño en cada primavera y vuelve a flore el humor desigual y melancólico de sus sranja, piedra fundamental de la moderna cer en la infancia de cada nueva generación inismus almas; con el ambiente de incomescuela. Pensando en su ulterior influjo pa. hunana.
prensión, de burla o de franca hostilidad; la la cultura y para la elevación moral de con los apuros económicos y las miserias las clases populares, la pobreza de aquel LUIS DE ZOLUETA materiales. Pestalozzi sabe lo que es vivir asilo de Neuhof tiene claridades de aurora, como un mendigo. Beethoven, en el lecho (Recinta de Excurlas Normalrs.
humildes reflejos de un Portal de Belén. Guadalajara, España. de su larga agonía, más aún que del dolor de la enfermedadl, se preocupa de la falta de recursos.
La existencia de esos dos hombres fué un combate titánico y ejemplar, no sólo contra los obstáculos y dificultades exte(De la Libertad. Noilrid. riores, sino contra las propias dificultades y los obstáculos internos. En este último 17 del pasado febrero celebramos el volver, dentro de nosotros mismos, las arprimer centenario de Pestalozzi. Ahoaspecto reside la intensidad patética y la monias del alma.
gloriosa fecundidad de la tragedia de In ra, el 26 de marzo, conmemoramos el de Cien años hace, murió Pestalozzi en vida.
Beethoven. Hace un siglo, y con un inter Brugg, la humilde ciudad helvética, en una Beethoven lucha con su sorilera. Empievalo de pocas semanas, murieron esos dos casa modesta de estrechas ventanas y obsza a sentir que se debilita su oído hacia hombres, verdaderainente grandes, cuyo escuros tejados. Expiró como un santo, perlos veintiséis años y acaba por perderlo píritu sigue viviendo en sus obras, y cuyas donando a sus enemigos y pidiendo a los totalmente. Sus mejores obras no las ors obras, a su vez, continúan viviendo en nuestro amigos que prosiguieran, después de su jamás. Su música era puramente interior.
espíritu. El uno, el genio de la música, eleva muerte, la realización de los idenles a que Al mismo tiempo, Pestalozzi, el creador el alma a un mundo de armonías. El otro, habia consagrado su vida.
del nuevo método pedagógico, lucha con el genio de la educación, nos euseña a desen De febrero de 1927.
el carácter antimetódico de su propio penPestalozzi y Beethoven Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica