REPERTORIO AMERICANO 119 Dos novelas de las pampas Mullonerater en een original arte escritor tipo, escrite sitio el virus incestán el con estilo y dispuesto con curitmia. La novela grande, inmensa, con multitud de per sonajes, resulta un esfuerzo de geometria UCIJA gente creyó que la Gloria de pero no un escritor. Eso no. Para mí el por la dificultad del autor para armonizar.
Tal es la novela rusa, con su tipo genial rique Rodriguez Larreta, sino comprada por en su organismo; el que dijo lo que recorque es sin duda los hermanos Karamasou él. Esto fue una calumnia propalada por daba y lo que veia fué Dostoiewsky, antiy su descendiente directo que es La guerra americanos; en España no hay quien crea poda espiritual de Larreta, reposado, rey la paz. En Francia escribió a la rusa, capaz a un verdadero escritor español de buscador de la idea, de la frase, y en geZolá; en España, Galdós. Einstein dice que hacer tan sucio mercado. La dignidad, el neral, del recuerdo. En Larreta hay escasa la más grande novela de todos los tiempos orgullo y vanidad de los escritores españomemoria, esa memoria frenética que es la es Los hermanos Karamasov, porque Einsles son exagerados. En América no tene base del novelista. Ors dice que la fuen tein es ante todo cientista, y en esa novela mos una idea clara de estos sentimientos y te de todo talento es la memoria. Larreta hay anatomia y matemáticas. Sólo el genio mucha gente cree que en cuestiones literaes un bordador genial de otros siglos. Quién pudo disponer armónicamente ese mundo.
rias se puede operar de la misma manera sabe si sus abuelas españolas no fueron Larreta dispone frases, distribuye estilo y como en la compra venta de casas o grabordadoras de casullas de catedrales! AJ pequeñas escenas, pero nunca mueve mulnos. En Chile he oído decir que tal elogio leer sus novelas me lo figuro saturado de titudes. Considerando el esfuerzo de diez tributado a un artista chileno en Madrid calma, en su sillón abacial de alto respaldo, años en un hombre que dispone del tiempo provenia de las invitaciones y agasajos que frente a un bastidor donde, una a una, con y la tranquilidad y el sitio para pensar, el éste prodigaba. Profundo error! Pocos se paciencia magnífica, va ensartando. perlas. Zogoibi es poca cosa. No pretendo negar res he conocido tan retraídos, dignos y de gemas, lentejuelas que fabricó, que encona los escritores el derecho de madurar y sinteresados como los escritores españoles. tró, que rebuscó en sus viajes. En suma, pulir; por experiencia propia he llegado al Nótese bien que me refiero a los grandes es una novela escrita con calefacción cen. convencimiento de que uno de los mayores escritores, ya que parte de la calumnia he tral, pero no con esa alta temperatura del. peligros es la facilidad para escribir. Tener cha a Larreta, o sea, la suposición de que espíritu.
paciencia y corregir está bien; de esa macompró La Gloria de Don Ramiro, libro que Ahi no hay arranque; ni un momento de nera consiguió Eça de Queiroz sus admiraestá por encima de las posibilidades de olvido; ni una impaciencia; los nervios son bles creaciones. Pero nosotros exigimos la medianos periodistas o revisteros de toros, evolución, si no en los métodos, por lo iguales siempre. El resultado de esas virtuque, ellos sí, pudieran ser tildados de pre des de bordador es la obra perfecta, pero menos en el pensamiento. Muy lejos de ese varicadores. La acusación injusta a Larreta monocorde, unitona, monocolora. Sus cualiideal está el Zogoibi, novelón rezagado no encontró, jamás una base sólida: unos dades orgánicas serian útiles a un verdaque pudo escribirse lo mismo hace cincuenta decian que la obra era comprada a tal; otros dero escritor que pecara de exceso de imaños. Larreta no siente la inquietud mo.
que a cual. Precisamente pude ver una vez paciencia. Pero cómo realizar tan milagroderna; no lleva en su espíritu, el cine, la a un eminente americano que preguntaba sas amalgamas!
radio, el telégrafo, la aviación. Para los que al escritor si el era el autor de La Gloria En alguna parte del Zogoibi, como para ansiamos un arte vivaz, antifósil, de azogue, de Don Ramiro. Este escritor respondió con no dejarnos dudas respecto a su método, no hay emoción en el Zogoibi. no se negativa enérgica; casi enfadado. Dijo, vol hace la comparación con esos literatos que crea que soy un cerrado para la literatura viéndose a mi. Yo le mandaré una de mis viven coleccionando frases para estampararcaica: entiendo que con materiales viejos obras para que vea como no puedo ser yo las como quien pega sellos en los casillepueden conseguirse maravillas modernas; el autor de ese libro: mi estilo es otro que ros correspondientes del libro.
tal es el caso de la otra novela gaucha qile el de Larreta. Otro escritor y crítico de. Estas son las cosas que no hacen simpános llega de Buenos Aires; casi simultárenombre me dijo. La Gloria de Don Ra tica para mi, escritor impaciente, impulsivo, neamente con el Zogoibi. Me refiero a Don miro y el Zogoibi no pueden ser de otro con un pasado lleno de tropezones, la obra Segundo Sombra, por Ricardo Güiraides, que de Larreta; son pesados y pretenciosos de Larreta, exasperantemente perfecta, de autor de gran porvenir de que me hablara como él.
una pulcritud empalagadora. Si el Zogoibu ya Roberto Levilier hace dos años. En Don Desechemos generosamente la idea de fuera de un Hugo Wast, yo diría sin duda: Segundo Sombra hay un horizonte más diplagio, o superchería literaria de la primera «Es su mejor obra. Pero se trata de un latado, menos fililies y bordados, menos reobra de Larreta. Lo que hay es que en libro de Larreta, escrito, según nos dicen, buscada inflación, menos estilo. Después de nuestra América tenemos la mania de 110 en diez años. Asi nos resulta mediano.
leer el Zogoibl, me produjo una impresión querer encontrar talento en la gente rica Sentimos en esa novela la grandeza de reposante la obra de Güiraldes. La pampa o aristocrática. Esto es mezquino, por no se me aparece tal como es, en el estilo la pampa argentina, y penetramos con emodecir tonto. Cada año la critica se empena ción en la aventura campestre tejida con despojado de Giliraldes. Porque mostrarnos en descubrir a un negrito que nos presenta ese estilo pomposo, de sederias, de tapices. la pampa con retorcimientos de churrigue.
como genio, muy por encima de todos aque Pero llegamos al final, y no basta. Es un resco y arte japonés, es un error. La pampa llos talentos auténticos que, ritmicamente, ha de ser descrita en estilo pampero. Por desenlace tan previsto, una trama de todos eso, a mi entender, triunfa el estilo de por etapas, aspiran a la suprema perfec. los libros escritos y por escribir. El homción. Esto lo llamo caridad cristiana, pero Gijiraldes sobre el de Larreta. Sentinos en bre. que mata a la amada por equivocación.
no crítica de arte, cuyo reino debe estar La tragedia que gravitaba en las últimas Don Segundo Sombra mayor cantidad de más allá del bien y del mal. El primer libro páginas se desvanece. No llega Larreta, no República Argentina. Larreta da siempre de Rodriguez Larreta se hizo sospechoso consigue su infinita, visible pretensión de esa sensación de señorito perfumado, de porque fué algo asi como ganar la carrera darnos la novela argentina, como Isaacs nos hombre muy rico y cosmopolita. Güiraldes de Maratón sin haber aprendido a andar. dió la novela colombiana. No llega Larreta, es el gaucho verdad, con facón y chiripa.
Esta es la caracteristica de Larreta: no y su afán es tan visible, que el libro, con La presión es mayor siempre y aunque no mostrar los forros, no dejar ver las debili todas sus bellas cualidades, su perfección y tiene el telégrafo en su estilo, nos parece más moderno que Larreta. La pampa, muy dades, los comienzos, los tropezones. Ya estilo, es mediano. El valor intrínseco es lo maduro, de golpe, triunfa. esto proviene, semejante a ciertas regiones rusas, va enique no encontramos en la novela Zogoibi.
contrando sus noveladores y va surgiendo como veremos, de su temperamento artisti Cualquier cuento de Maupassant, el más ante nosotros con valores imprevistos: sus co, que nunca nos atreveríamos a llamar corto, podria diluirse hasta el infinito con de escritor. No: Rodríguez Larreta no es cl trabajo de un Larreta. Una novela granlagubas pobladas de aves raras; sus avesun escritor. Este novelista es un pacienzutruces; sus aerolitos donde los indios amade es siempre una aglomeración de recuerdo, un quimico, un bordador especialmente, dos, un esfuerzo de memoria condimentado (Pusa a la página 125. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica