. su Mediterráneo. Para llegar a la playa, tuvimos que serio, entre el fenómeno y est. glie llamamos Dios lele REPERTORIO AMERICANO.
255 Mi Don Francisco Giner (1906. 1910) Los frances de Don Francisco Una tarde de Enero, el. Abuelo se encontraba en Bar No cree Vd. Abuelo, añadi yo, que es más corto celona y quiso ver el mar. Marchaba el día siguien; poder deçir con. fo. Los cielos cuentan la gloria de te y después de despedirse de todos sus amigos sel Dios.
quejaba, murmurando. aque le dolía irse sin haber visto sin embargo, dijo Don, Francisco poniéndose atravesar los barrios siicios ya inal plientes del puerto, haber algo intermerlin, La concepción de Goethe de las pero noté que hasta aquella suciedad levantina, y el olor especial de las calles y el tipo de las gunites le jute Madres, o principios inmortales de las Ideas le Platón.
rcsaba. Por finſ logramos sentarnos en la arena; el sol ayuda por lo menos a comprender el mundo. No parese babia ya presto y en el Levante el mar se confundía ce una cobardia entregarse sin conlatir a una solución teológica. Si la mente humana no puede resolver estos con la plateada luz del cielo.
problemas, por lo menos puede proponérseles.
El Abuelo recordó los crepúsculos de la costa de Portugal, donde. el sol se hunde en el mar con si yo hablara en griego, como Jenófanes. li diria reflejo do oro y sangre. No es extraño que los pueblos que aunque pudiera saber la verdail 110. sabría nunca que miran a Poniente tengan tauta afición al mar; el que es la verdad.
sol parece invitarles a seguirle a otras tierras lejanas. yo le diría que Vd. se ha propuesto hoy atorEl mar ha de parecerles el centro de la vida, por lo mentarme en jonin, o en griego, pero no lo conseguirá, menos con más vida que la tierra.
porque este mar, siempre agitado, me anima a romper Nada es mejor que lel agua! dije yo pedantescame yo misino en la playa del nesciere. y después de mente, recordaudo a Pindaro.
mí, otro. y otro y otro. iQue lástima que nuestros ojos estén como ador. Mientras tanto, poco a poco una. Juz rojizo liabia ido mecidos. Quién pudiora olvidar todo lo que no sabe! iluminando el cielo y por fin la lunr, que estaba en el Ahora mismo no está Ud. inquietando con Pindaro y plenilunio, apareció, redonda, encarnada, alzándose atael recuerdo de filosofías que quisiera olvidar. Separados jestuosamente sobre el horizonte.
do nosotros 110 más que, por dos mil quinientos años. Qué hermosa es! dijo el Abuelo rompiendo el y este brazo do mar que podríamos cruzar on pocas silencio.
horas, nuestros físicos jonios, cnán lejos nos parrcen. Qué hermoso es todo y que regular preciso. Por qué no hemos de ser nosotros también mediterraañadi yo. Este astro aparece en la llora señalada de ncos puros, como ellos. Una fisis. y basta! antemano, como apareció hace miles de años apareY se quedó unirando fijamente el horizonte, con la cerá cuando ya no estemos nosotros. Estas leyes fijas cabeza apoyada entre las manos. Coinprendi que iba a están en la mente de Dios, son Dios mismo.
caer en uno de aquellos trances de ternura en que se. Pero son solo il parte de Dios. Qué niño pareabsorbía todo su espíritu y le devolví a la realidad ce Vd, hoy! No solo existe lo que es, sino también diciendo: todo lo que puede ser. Todo lo que podemos pensar Pero tampoco a los físicos jonios les satisfizo uma existe también, por lo menos en la mente de Dios. Por explicación física del universo. El espacio, el novimiento, el espíritu. continuaron siendo un enigma.
aquí es por donde erró Spinoza: cou SIL: mentalidad ibérica no pudo comprender que si yo pienso que una El Abuelo despertó y aspirando el aire fresco y serpiente se convierie en bastón, esto, es tan real, tan salado que venía del mar, dijo vagamente. Cuán difícil se hace ahora aquí, creer que este exacto como el teorema de Pitágoras.
mar no vive y que este aire no tiene espíritu como. pero déjeme do vivir y gozar do este mundo tal como lo veo yo ahora, nosotros.
q11e espero no serii mily distinto de como lo ve Vd. callese por Dios, cléjeme Yo, para espolearle más, le reprendí sentenciosamente: Vd. gozar; se lo pidlo por este Dios, que d. busca con. Cae Vd. Abuelo en la misma debilidad que salmos mecánicas.
critica. Vd. en hosotros, de hacer al hombre la medida estirando las piernas y acercándose instintiva. de todas las cosas. Quién sabe si el olor de aceite y de mente para evadir el relento de la noche, apoyó sin pescado que hemos tenido que respirar viniendo 110 cabeza sobre mi hombro y se quedó sumergido en connos ha predispuesto a pensar en jonio y aceptar que templación.
nada es mejor que el agua y que de ella ha salido Estas eran las conversaciones que tenía el Abuclo todo?
con sus discípulos, por lo menos aquellos que 110 eran Yo no quisiera humanizar al Océano, añadió sus de su especialidad de ciencias morales y derecho. es pirando, sino ser como él. Sólo entonces comprendería por estas conversaciones que Don Francisco Giner era su esencia. Acaso los poetas llegan a percibir algo de acusado de los mismos crímenes de que acusaron al lo que yo descaria sentir. Por lo inenos así lo dicen: gran sofista de Atenas, esto es, de corromper a la juventud y predicar falsos dioses. re not the mountains races and skies a part of me and of my soul as of them? PIJOÁN NOS. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica