REPERTORIO AMERICANO 185 La novela de un poeta: Margarita de niebla JAIME AIME Torres Bodet deja gen última, pequeña y, ab. el verso para escribir solutamente mia, ahogada una linda novela en prosa: por completo en el espejo Margarita de niebla. publide la memoria que ha vuelto cada por la Editorial Cultura. Va siendo campo proa juntar sus aguas, como el Mar Rojo en la ilustración picio para los poetas el de.
la novela. medida que de un libro escolar. sobro la narración novelistica se la diminuta caravana suiva despojando del dato memergida. ramente anecdótico, la poeEl alma va recorriendo sía tiende a ocupar su lugar, su camino y contemplando llevando a los capítulos el los paisajes que interesan matiz, la nota sugerente, la más a ella: el rostro de la afinada visión del paisaje y amada, las figuras de los de las almas. Marcel Proust, seres familiares que la roPaul Morand, entre los modean. Simpatiza o antipadernos, han cambiado definitivamente la orientación tiza con los amigos. Ese de la novela, y han hecho Otto que atraviesa por las bien. El comediógrafo que páginas de la novela con ha venido a trastornar tosu apellido que recuerda un dos los sistemas de diversión estornudo, abrigado siemo de arte popular, que lo pre, temeroso siempre de mismo obliga al teatro a una neumonía. definirse que se constituya aparece otra mujer: en periodismo muy al alPaloma. El autor nos la cance de las muchedumbres, ha obligado a la novela a pinta con minuciosa combuscar camino propio a su placencia. En contra de desarrollo. Queda para la lo que esperaba, es más alta pantalla el argumento, la que Margarita. Sus cabellos, acción, la aventura. Nadie cortados a la Bob, no tienen leerá muy pronto novelas esa facilidad sentimental en que todo sea movimienque deshace fatiga anticito. El cinematógrafo se apopada las trenzas de su amiderará de ellas, le servirá ga. No veo sus ojos, sino la de base para sus esce scenarios; Torres Bodet mirada con que en vez de serán, en definitiva, las únicas válidas para convertirse examinarme, parece satiscasi, cómó le ha llegado al de negocios, de literatura. fecha de reconocerme. No en película.
alma la imagen de una mu con la misma pasión indiAl teatro le ha sucedido adivino sorpresa en su terjer que apareció después de ferente. No le gustaba nada exactamente lo mismo. La otras, más precisas, más dedesorientación absoluta en porque lo pretendia todo ¡Cómo van cambiando los finidas, que dejaron su hueque se encuentran los dray dejó de interesarme, como lla en el corazón del properfiles de los personajes maturgos modernos tiene una mala novela, cuando a impulso de ese ritmo inpor causa especial la inya. tagonista. De los síntomas de todas las enfermedades empezaba a preocuparse por terior que los anima. No sión lenta, pero segura, de que padezco los que no me lograrlo, a fuerza de com son siempre los mismos; la película en el escenario.
equivoco nunca en identi plicar sus situaciones en varian, cambian! Hoy son, El dramaturgo tendrá que ficar son los del amor. Pue enredos. Ha sido pues, hasta mañana dejan de ser. El abandonar un terreno condo precisar qué impresión ahora, un corazón lógico. paisaje de una ciudad, el siderado ya omo suyo. Imlo ha precedido siempre en. El caso de la Srta. Millers posible disputar al cine la campo contemplado a través mi historia. Fué, en el caso es diverso. Creo llevar años facilidad de adaptar al obde una ventanilla de ferrode María Eugenia, la volunjeto buscado, paisajes y acde conocerla. Hay mujeres carril, una palabra pronuntad de contar esas estrellas tores, como imposible es al así, vestidas de biografía! La ciada al azar, que nacen en otros ojos son podecine disputar al teatro el profundos, junto a los nuesrecuerdo en varios planos coa producir en los elemento que constituye su tros. Luisa la amé sin mo si su imagen se reflejara cuerpos, una transfiguración razón de ser: la palabra. deseo, por convencimiento.
en una fila de espejos parale insospechada. Ello le da una Volverá entonces a los esFría como una ciencia exac los. Es, primero, su imagen fuerte consistencia de mocenarios apenas esbozados, ta, me apasioné de ella y la inmediata la que atisbo: dernidad a esta novela, y a la farsa primitiva, al mis tomé como se toma una grande, precisa, un poco también su estilo sugerente, terio medioeval.
profesión. Antes de querer dura a fuerza de realidad, pleno de matices, elegante El autor de Margarita de a Enriqueta la odiaba tanto despegada apenas del reflejo e impregnado de una poeniebla ha encerrado su obra que el amor no cambió mu que la aprisiona. Luego, es sía dentro de los límites de una cho nuestras relaciones. Era vagarosa que es, sin otra más pequeña, ya absbella novela moderna. La antipática, fea, irresistible. tracta, inundada de mí y duda, el más bello don del ha despojado de todo carác Tenía un cutis curtido ya, otra y otra, siempre retrospoeta.
ter anecdótico, de todo afán a los veintidós años, por pectivas, naciendo cada vez Julio JIMÉNEZ RUEDA de aventura. El hombre que el salitre de las ambi de una corteza más antigua nos va diciendo, sin decirlo ciones. Hablaba de joyas, de intimidad, hasta la imaMéxico, nura. IOSOS Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica