REPERTORIO AMERICANO 90 La poesía contemporánea mexicana Conferencia sustentada en el Anfiteatro Michelet de la Sorbonne Por Agustín Loera y Cháves (Concluye. Véase la entrega anterior)
Pirueteando de un grupo a otro, presurosamente, Casto amador de pálida hermosura como inciden las ráfagas en los campos de inspiración, o torpe amante de sensual impura persiguiendo ondas que se entrecruzan como inalámbrique vas novio feliz o amante ciegocas interferencias, paso ahora a ocuparme en un poeta llena el alma de amor o de amargura.
que suma a sus cualidades intrinsecas una irresistible. Yo quisiera abrasarme con tu fuego!
fascinación. Me refiero a José Juan Tablada, poeta que Porque no me seduce la hermosura, hizo sus primeras armas en La Revista Moderna y que ni el casto amor, ni la pasión impura; pasa por la vida literaria de México abriendo con el porque en mi corazón dormido y ciego, siglo el arco iris de su gracia: Si nos viéramos forzados ha caído un gran soplo de amargura, a condensar en un solo individuo la biografía literaria que también pudo ser lluvia de fuego.
de México, escogeríamos a Tablaba. Tal es la plasticidad y la fecunda vena de este poeta siempre joven. Oh guerrero de lírica memoria Véase, por ejemplo, como en el Retablo que consagró.
que al asir el laurel de la victoria a López Velarde, el poeta modernista, japonófilo, francaíste herido con el pecho abierto cesista, descubridor del Dadaismo en México, etc. etc. para vivir la vida de la Gloria.
toca con absoluta maestría la misma lira criolla que el. Yo quisiera morir como tú has muerto!
poeta muerto:Porque al templo sin luz de mi memoria, sus escudos triunfales de victoria Gracias. Porque alargaste hasta la cuna no ha llegado a colgar, porque no ha abierto rústica y pobre tu rayo de luna.
el relámpago de oro de la Gloria y le pusiste letra al pertinaz mi corazón oscurecido y muerto.
cántico de la fuente abandonada, Fraile, amante, guerrero, yo quisiera que sintió los enigmas de tu faz saber que oscuro advenimiento espera en su propio misterio reflajada.
el amor infinito de mi alma. La fuente: compotera de azulejos si de mi vida en la tediosa calma del silencioso patio de las monjas, no hay un dios, ni un amor, ni una bandera.
que los limones guarda y las toronjas en dorada conserva de reflejos.
y estos poemas sintéticos (hai kuis, Jules Renard) donde aún, tal vez, alma beata de uno de sus vértices. pero siempre golosa, en la oportuna medianoche, hurga mieles con la plata Las abejas cómplice de los rayos de la luna. Sin cesar gotea miel el colmenar. No llegará a ser la fuente, el cisne de nuestra cada gota es tina abeja.
literatura regional?
La gallardia anecdótica de Tablada condensa todas Caballo del Diablo (La libélula)
las curiosidades. Su obra puede resumirse en estas Caballo del diablo: cuatro palabras: frescura, sagacidad, emoción y simpatia.
clavo de vidrio Para su flexibilidad epigramática no hay secretos; esu con alas de talco.
corazón es isocrono con el corazón universal. dice nuestro Abate de Mendoza. La juventud va con él, Peces voladores porque él va con la juventud. Largo seria su elogio, como múltiple es su vuelo, como son largas y sabrosas Al golpe del oro solar sus Memorias: intento el más interesante que se ha estalla en astillas hecho para recoger, en probetas irisadas, la historia el vidrio del mar.
natural de los recuerdos. Nos conformamos con apuntar Tablada aún no ha tenido su última antena.
la influencia poderosa que ejerce este espiritu proteico.
en nuestra joven literatura y trascribimos este poema Le siguen en este género de los poemas sintéticos, de su extrema derecha: cápsulas con espoleta, varios jóvenes. Los citaremos con algunos ejemplos: Onix Carlos Gutiérrez Cruz: Torvo fraile del templo solitario que al fulgor de nocturno lampadario o a la pálida luz de las auroras desgranas de tus culpas el rosario. Yo quisiera llorar como tú lloras!
Porque la fe en mi pecho solitario se extinguió como el turbio lampadario entre la roja luz de las auroras, y mi vida es un fúnebre rosario más triste que las lágrimas que lloras.
El alacrán Sale de un rincón, en medio de un paréntesis y de una interrogación.
Rafael Lozano: En mi embeleso tengo el alma florida, como un cerezo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica