70 REPERTORIO AMERICANO Carta dirigida al Doctor Alfredo Palacios por el Director General de la Unión Panamericana, Dr. Rowe ile julio de 1927.
Mi estimado Dr. Palacios. con Edad escolar Esantuario materno donde la Sabiduría de la Especie prepara el cuerpo del niño es la primera escuela humana. El regazo materno es la segunda y en ella se aprende lo que hace de un ser viviente, un Hombre: la sonrisa, y la palabra. Luego, casi simultáneamente, recibe el niño de la solicitud hogareña la inarcha en dos pies que da al Hombre la majestad de los dioses, y, liberándole las manos, se las convierte en el símbolo del pensador, del hacedor, del constructor. Mano quiere decir eso: instrumento de la mente. cuando el niño entra en la vasta asamblea de sus iguales ya no puede adquirir otra cosa que equivalga a la sonrisa, al lenguaje, al uso de sus manos. Todo lo demás está subordinado a esos poderes.
Invocando laboratorios y estadísticas resuelvan sabios o pedantes, con gran aparato, la edad escolar de un pueblo, como si este acabase de descender de Cánope o de Mizar a nuestro planeta. El dulce buen sentido, su voz de bondad, se contentará con preguntar. Qué váis a enseñar. Cómo lo váis a enseñar. quién lo vais a enseñar. Quién lo va enseñar. En dónde lo váis a enseñar? Respondedme y os aconsejaré la edad. Pero, hijos míos, si váis a educar, a desenvolver, fuerzas nuevas, a formar bellos hábitos, a ennoblecer corazones y fortalecer voluntades, por el amor de los hombres, no derrochéis siete años: comenzad con el nacimiento del niño.
Para el estadista problema es diferente. Cómo apartar de peligros al adolescente que no puede continuar estudios superiores ni ha alcanzado la madurez exigida por las leyes de trabajadores, allí donde las hay? El Estado incurre en una responsabilidad grave no proporcionando educación durante ese período en que tampoco permite el Trabajo. De allí que quienes se hallen penetrados de la seriedad del problema y se sientan animados de amor de humanidad se ingenien los medios de retener dos o tres años más a los niños en las escuelas. Los estadistas saben lo que desean.
Recurren a los higienistas, a los psicólogos, a los maestros, ya con el ánimo de justificar sus proyectos con las opiniones que puedan utilizar, ya con el fin de mover la opinión pública en la requerida dirección.
En el reciente caso presentado en Costa Rica los especialistas. se dejaron desviar por la formulación de la pregunta hecha y no lograron, no digo resolver, ni siquiera encarar el problema. el ciclo de siete volvió a prevalecer, no sin cierta profunda sabiduría. BRENES MESÉN 32H, Larrison Str.
He leído con profundo interés una carta publicada por usted, en el Repertorio Americano y creo que es muy conveniente rectificar la errónea interpretación de mi pensamiento que motiva las apreciaciones de usted.
En el discurso que en el verano pasado pronuncié en el Instituto de Política de Williamstown, mi idea fué poner de resalto la importancia de desarrollar más estrechas relaciones intelectuales entre los estudiantes de los Estados Unidos y los de la América Latina. El unico propósito que tuve en mira fué hacer evidente la influencia que las relaciones intelectuales pueden tener para eliminar en lo futuro, desacuerdos semejantes a los que han surgido en el pasado, y mediante la mejor inteligencia entre los estudiantes de los países de América, ellos podrían contribuir a fomentar el espíritu de unidad y de cooperación panamericanas, que considero de suprenía importancia para el porvenir de América.
Muy lejos estuvo de mi pensamiento el propósito de combatir de ningún modo las ideas de la «U. Tanto usted como yo tenemos el más vivo interés en ver a las Repúblicas de América realizar la alta misión que están llamadas a cumplir, y estoy convencido de que esta misión no puede ser adecuadamente realizada a menos que exista una mutua comprensión entre los miembros de las nuevas generaciones en todas las secciones de este Hemisferio.
Con sentimientos de distinguida consideración, soy su muy atto. servidor. ROWE, Director General.
Señor Dr. Alfredo Palacios, Calle Montevideo 751, Buenos Aires, Argentina.
Evanston Illinois, DE UNA CARTA DE MASFERRER Salvemos siquiera la tierra y que nos dé Costa Rica, una vez más, el buen ejemplo Acabo de leer su comunicación al mos tierra, que vender. Honduras y Congreso, en nombre de la Uni Nicaragua yo no sé si todavía les versidad Popular. Eso está muy bien: quedara. si al menos la hubieran salvemos la tierra, y ello será como vendido a buen precio! Pero no la guardar una semilla que en todo han cambiado por oro, como habría tiempo será capaz de florecer en sido humano ya que no patriótico, prosperidad y libertad. Siquiera la sino que la han trocado por míseros tierra. si Costa Rica nos da el puñados de mala moneda, como cosa ejemplo de guardarla, es probable vil, que se arrojaría al muladar, si que los demás la guardemos también, no viniera alguien a desembarazarsiquiera por el contagio del ejemplo, nos de ella. Qué pueblos éstos!
ya que no podemos darnos cuenta Sin embargo, ahí tiene usted a de lo que vale.
Guatemala y a Honduras, hablando Nosotros, en El Salvador, no tene de guerra por cuestión de fronteras!
Para el extranjero, por lo que quiera dar, y aunque se la apropie llevándose la autonomía del país; para el hermano, guerra. en qué momentos. En el instante propio en que los yanguis estafan a Nicaragua. Verdad que los centroamericanos padecemos de manía suicida, y casi no merecemos vivir?
Que nos dé Costa Rica, una vez más, el buen ejemplo, y nos enseñe la lección del amor a la tierra, y su consagración como símbolo de independencia y promesa segura do bienestar. MASFERRER San Salvador.
Abril, 192 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica