Individualism

214 REPERTORIO AMERICANO naş, deseo decir, otras promesas humanas.
De hoc salis.
FRANZ TANAYO.
no México, el heroico y riquisimo Açéxico, no piensa aun en universalizar su predominio sobre todos sus hermanos de habla espanola. La razón me parece que reside en los profundos de la raza. Como México sigue siendo una nación india, sii nobleza. su vocación sobre el globo) está muy por encima del mestizaje enriquecido y enorgullecido de nuestras costas del Atlántico.
Allá hay que buscar las trazas de todas las taras europeas, aquí. digo en la América india o casi india. hay que buscar otra materia histórica, otras leyes, humaNota: El titulo de mi artículo El mito de la rasa es mío jo pertenece a la trascripción de la Revista Social de La Ilabana. Yo escribi una carta a secas al cubano Maiach, Olra: Deploro aparecer ante el Señor de Jaeztu como un despreciador del divino Herrern. Xo me lze dejado comprender, y me duele. Siempre he guardado desde mi infancia para el gran lírico español un fervor admirativo solo superado en mi entusiasmo por Pindaro y el latino Horacio, aunque estos dos últimos no se parezcan muclio.
TANAYO El mito de la raza en la LA elegante revista Social de la Haba allá va la réplica. Mal puesto está el na, ha publicado un articulo titulado. nombre de Fiesta de la Raza. No cabe duEl mito de la raza, original del boliviano da de que las Hispanias espirituales viven señor Franz Tamayo. Es una Carta de ame en cuatro razas: la blanca, la india, la maricano para americanos. pero viene laya y la negra. Todavía se puede añadir abierta, y no creo que deba pasar sin res la quinta en formación, de que nos ha hapuesta española. Se dice en ella que el es blado el señor. Vasconcelos. La palabra pañol desprecia al americano por incom uraza es inexacta, grosera, ridiculamente prensión; que entre españoles e hispano inexacta. Pero ¿quiere saber el Sr. Tamayo americanos hay leterogeneidad de almas la razón de que en España se haya podido y de naturaleza. procelente de que la cometer error tan obvio? Muy sencilla. El tierra americana engendra y cría una san español tiene ideas muy vagas de lo que gre hunana, así sea blanca, inestiza o in: es una raza. No ha dedicado. el menor endia, distinta, muy distinta de la sangre peño a distinguir unos hombres de otros.
humana española. como se prueba por el Su empeño lo ha puesto en unirlos a todos hecho de que los americanos se aburren en una misma ley. Lo primero que hizo con el Quijote y el poeta Herrera, en Alonso Ojeda al desembarcar en lns Antitanto que los españoles no comprendemos llas en 1509 fue asegurar a los indios, en a Rubén Darío, porque mientras los ame nombre de los altísimos reyes de León, ricanos son un eco inoriginal y filial de que ellos los indios) y. él y toclos los homotras culturas. con la característica de bres venían de Adán y Eva. éste sí que la universalidad como tendencia. España, es el mito de la raza. país asiático a través del Africa. atárica, En 1992 yo he visto en Cuba llorar a incomprensiva y conservadora, se indigna un ferretero montañés grande y rubio, porcuando siente o presiente esa universalidad que un negro cimarrón acababa de decirle de gustos de los americanos, que no quie que no era español, sino cubano. Pero crea ren volver a saber más de la fórmula del el Sr. Tamayo que si el Maharajah de KaSr. Unamuno: a quien no quiere caldo. purtala se presentase en una humilde casa taza y media. que es la de toda España; de huéspedes de Londres. vestido de perlas en vista de lo cual ha llegado la hora de diamantes, y proclamara que era ingles, proclamar que en la Fiesta de la Raza no habría hijo de Albión, por pobre que se festeja un mito, porque no hay tal ra fuere, por grande que fuere sui adoración za. De qué raza si le place. De la india, de las riquezas y los títulos, que no de la mestiza o de la blanca. ya que al sintiera ofendido en lo más hondo del alma. español castizo le inspiraria una иеса y alguno le observaría que una cosa de profundo desprecio la idea de confra súbdito británico y otra distinta inglés, y ternizar de veras con cien millones de in otro que es un nativo. y otro que es un dios y mestizos. Resumen y final: que hay. negro. y alguno precedería el sustantivo que completar la liberación material de negro de un adjetivo malsonante. La uniAmérica con la espiritual y definitiva. dad del género humano es el mito español; pero hace cuatro siglos que los hombres (1) Con este titulo, puesto por mi, aparecis In de babla inglesa creen que Dios dividió a Carta de Franz Tamayo en el No. 12 del epertorio los hombres, de toda eternidad, en electos ericono, toino XIII. Nota del y reprobados. así como dentro de la raza anglosajona los elegidos se suelen conocer por su prosperidad, así entre los pueblos del mundo el hombre nórdico, grande y rubio, como mi montañés, lleva en el cuerpo el signo de la divina preferencia. No es éste nuestro mito. sino el de la raza anglosa jona.
le dirá el Sr. Tamayo que también los franceses profesan creer, como los españoles, en la unidad del género humano. Pero el, francés es nacionalista. Su Iglesia ha tendido siempre al galicanismo. Nada semejante se encontrará en la historia de la Iglesia española. España es siempre el puís de la contrarreforma. Nos desangramos por la unidad de la Cristiandad, que era la organización de nuestro mito. En defensa de la universalidad llegamos a cometer el absurdo suicida de cerrar la frontera a los libros extranjeros, por temor de que nos hicieran dudar de nuestra creencia en la igualdad de todos los hombres ante Dios.
Compramos la universalidad al precio del retraso en la cultura. Fué malo el negocio.
En lo futuro hemos de fundária no exclusión de unas ideas, sino en la inclusión y superación de todas. Seguimos siendo el pueblo más universalista de la tierra. Es verdad que nos reímos un poco cuando nos dice un hispanoamericano que la sal del planeta está en París. Nuestro universalismo es el que proclama la identidad fundamental de todos los hombres de la Tierra. Por este mito llevamos tres siglos en la cruz. Por él resucitaremos a nuestra hora, si no estamos resucitando ya.
Al Sr. Tamayo no le gusta el divino Herrera. mí tampoco. Desde que fray Antonio de Guevara, y ya van cuatrocientos años, escribió aquel libro que debió titularse Denosprecio de asunto y alabanza de forma, las letras españolas padecen el vicio de que nuestros escritores, con espaciadas excepciones, Cervantes, Galdós y algunos otros, ponen en la manera de decir la atención y el espíritu que debieran emplear previamente en escudriñar las po. sibilidades de cada asunto, su significación profunda, su valor permanente. Por ser redichos se les esteriliza tan a menudo el alma. Algún día descubriremos que el camino de una gran literatura está en partir del enamoramiento del asunto para llegar al enamoramiento de la expresión, como antes de Guerara lo habían andado el Arcipreste, Jorge Manrique y Fernanilo de Rojas; y no al revés. que es nuestro yerro, como también el de los hispanoamericanos, según puede ejemplificarse en el caso de Rubén, grande y glorioso poeta, pero que no habría quedado en su paganismo sensual e individualista, cáncer de América dijo Edwin Elmore (y de la España actual, me permito añadir. si no le hubiera preocupado, sobre todo, la adquisición de su aristocracia verbal. como declara al historiar sus libros respecto del Azur» y este He rrera y Reissis, uruguayo, cuya incomprensión reprocha a los espanoles el Sr. Tamayo. qué es, de muero, con todos sus inéritos, sino el fraile Guevara y su eu fuismo. la se se ser Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica