REPERTORIO AMERICANO 375 Un viraje profundo.
Regresan las palomas.
Notas. Claves. Silencios. Alteraciones.
El lápiz se descubre, se inclinan las lomas, y por 20 centavos se cantan las canciones.
Tu ausencia ha dejado sobre las piedras una florecita que tal vez es negra. en la vida de la piedra y la flor tras de tu soinbra, mis manos ven y oyen y graban un signo que compendia todas las cosas, En las horas, en las divinas horas!
en que se perpetúan los instantes de tu ausencia presente de paloma.
México, 1925.
Paisajes México, 1925.
Grupos de palomas (A la Sra. LUPE MEDINA, DE ORTEGA)
Los grupos de palomas, notas, claves, silencios, alteraciones, modifican el ritmo de la loma.
La que se sabe tornasol afina las ruedas luminosas de su cuello con mirar hacia atrás a su vecina.
Le da al sol la mirada y escurre en una sola pincelada plan de vuelos a nubes campesinas.
Cuando los árboles entraban a la casa húmedos de aurora y con una mirada ponían azul lo que era blanco, y altas voces de juegos y poemas rompian la ventana tibia aún de los diálogos palomasno pasaba nada.
La mañana que vendía relojes de seis horas y desayunos de paisajes con toalla limpia y cuadernos con el Arca de Noé y sus 20 atracciones mundiales al grito de amor y fe, como tenía los de los de cristales y los ojos inmemoriales y los oídos de plata, no pasaba nada. mientras rezaba con mi madre, la puerta y yo pensábamos en ti, tan dulce, tan liyera y tan amante, que yo veía a los ciegos sumar, dividir y multiplicar las estrellas; y a los sordos dirigir el concierto de los ángeles.
Tú, que eras un lírio en la noche con caminos y canciones y recuerdos de años con lágrimas y sangre y degollaciones de corazones inocentes.
21 La gris es una joven extranjera cuyas ropas de viaje dan aire de sorpresas al paisaje sin compradoras y sin primaveras. II Hay una casi negra que bebe astillas de agua en una piedra.
Después se pole el pico, mira sus uñas, ve las de las otras, abre una ala y la cierra, tira un brinco y se para debajo de las rosas.
El fotógrafo dice: para el jueves, señora.
Un palomo amontona sus erres cabeceadas, y ella busca alfileres en el suelo que brilla por nada.
Los grupos de palomas. notas, claves, silencios, alteraciones, modifican lugares de la loma. La inevitablemente blanca sabe su perfección. Bebe en la fuente y se bebe a sí misma y se adelgaza cual un poco de brisa en una lente que recoge el paisaje.
Es una simpleza cerca del agua. Inclina la cabeza con tal dulzura, que la escritura desfallece en, una serie de sílabas naduras.
Yo estaba azul de ausencia. pedazos de mar y puertos urgentesy mis cartas se queniaban en el camino lleno de palabras y poemas. Nuestro amor silencioso y ugil como un signo!
Nuestro amor que maté porque lo necesitabas muerto para que fuésemos novios toda la vida en la bahía con luna de mi voz y de tu silencio. ahora soy ya la imagen opuesta a cien espejos: una gota de agua en los divinos ojos esféricos. te amo como los árboles al Alba y por ti enseño a cantar a las águilas. tu belleza es ini tesoro que gasto en sostener el lujo de la Aurora y los grandes robos al aire libre, de la Noche.
Eres la mujer morena de todas las épocas, In espiga bíblica, el pretexto colérico de la Ilíada, el encuentro anecdótico de Florencia, la fiesta de Quetzalcoatl y mi canción mecida entre las olas y las estrellas, El teléfono llama, pero todo es inútil, porque tú y yo estaremos siempre azules de ausencia. Corre un automóvil y las prlomas vuelan.
En la aritmética del vuelo, los ochos árabes desdoblanse. la suma es impar. Se mueve el cielo y la casa se vuelve redonda.
Paris 129. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica