38 REPERTORIO AMERICANO Página lírica de Xavier Villaurrutia Del toino Reflejos. Biblioteca Universo. Tomo II.
Número Editorial CULTURA, México. 1926.¡Otra vida. Otra vida!
Hagamos sitio a nuevos huéspedes: echemos la casa por la ventana.
Yo sólo sé que en el plato de porcelana está el vaso para mi sed. sin pedirle más sabor al agua que no tenga sabor, que sea fría, me bebo en cada vaso un día. Ay si no fuera porque en el plato de porcelana están los días de la semana!
Pueblo Sueño Nos juntó un sueño.
En el sueño rodábamos como en un prado fresco. Nos juntará la vida como el sueño?
En el sueño reíamos al sol naranja, agrio en los ojos, húmedo en las sienes.
Rodaba el sueño y nosotros rodábamos en el verde increible del prado. DIEGO RIVERA Jardin La moldura de la ventana rebana un trozo de jardin.
Aquel pueblo se quedó soltero, conforme con su iglesia, embozado en su silencio, bajo la paja oro, mediodía.
de su sombrero ancho, sin nada más: en las fichas del cementerio los son Aquel pueblo cerró los ojos para no ver la cinta de cielo que se lleva el río, y la carrera de los rieles delante del tren.
El cielo y el agua, la vía, la vía. vidas paralelaspiensan. ay. encontrarse en la ciudad.
Soledad Soledad, soledad cómo me miras desde los ojos de la mujer de ese cuadro!
Cada día, cada día, todos los días.
Cómo me miras con sus ojos hondos.
Si me quejo, parece que sus ojos me quisieran decir que no estoy solo. cuando espero lo que nunca llega, me quisieran decir: aqui me tienes. cuando lloro algunas veces lloro también sus ojos se humedecen, o será que los miro con los míos.
Hasta el aire con marco de los cristales mueve el mismo temblor que mueve el velo.
de la danza primaveral.
Jugaremos al laberinto en sus calles, para llegar a la fuente central?
Melancolía sin tristeza, si no me haces suspirar ¿por qué inclinas sobre el hombro mi cabeza?
Inútil languidez de infancia. para que el corazón entonces, cuando no le oia latir?
Hoy que se apresura o se cansa es cuando comienza a existir. ¡Ay. rodar otra vez en los divanes de suave musgo recortado, pero dejando al corazón abandonado. Por qué la vida se complica como el vuelo de esa golondrina que burla toda la geometría?
Pero también la golondrina atraviesa lanzando un grito se alcanzó rápida y derechaherida, ella misma es la víctima y la flecha: Se le fué la gente con todo y ganado.
Se le fué la luna novia. la noche le dice que allá en la ciudad se ha casado!
Le dejaron, vacias, las casas ja él que no sabe jugar a los dados!
Aire.
Noche Cielo increible, tan estrellado y azul como en la carta astronómica. El aire juega a las distancias: acerca el horizonte, echa a volar los árboles.
y levanta vidrieras entre los ojos y el paisaje.
El aire juega a los sonidos: rompe los tragaluces del cielo, y llena con ecos de plata de agua el caracol de los oídos.
El aire juega a los colores: tiñe con verde de hojas el arroyo y lo vuelve súbito, azul, o le pasa la borla de una nube.
El aire juega a los recuerdos: se lleva todos los ruidos y deja espejos de silencio para mirar los años vividos.
Mudanza ¡También en la noche rueda sonando el agua incansable! hay una luz tan morada, tan salpicada de oro que parece mediatarde.
El agua. sin quehacer, se hastia. La nube, de viajar, se cansa. el monte bien quisiera en el río, desnudo.
bañarse.
El camino, el camino. no quisiera llevarnos a la casa.
Arroyos que se han dormido, blancos de plata, se tienden en el verde los caminos.
Interior El aire que vuelve de un viaje, lleno de dorado calor, se hiela en un marco para ser espejo y cuadro de comedor. aquella estrella señera, quedada atrás, olvidada, cantémosle una canción lánguida y exagerada.
Que el eco hará la segunda voz, y el viento en las ramas acompañará la letra tocando cuerdas delgadas. Ay si el frutero se resignara a no ser verdadero!
Mas cada fruto quiere morir a tiempo porque sabe que su verano es pasajero. Otra vida. Otra vida!
Por eso el sol. se entra por los resquicios y, en la mañana;. espía nuestras camas.
Por eso las nubes se exprimen. por eso, crujen los muebles, y por eso se inclinan los cuadros. Estrellita reluciente préstame tu clarida para seguirle los pasos a mi amor que ya se va. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica