Víctor Raúl Haya de la Torre

Tomo xiv. REPERTORIO AMERICANO Núm. Sábado 22 de Enero San José, Costa Rica 1927 SEMANARIO DE CULTURA HISPANIC)
SUMARIO: Bernard Shaw. premio Nobel, por César Falcón. El premio Bernard Shaw, por Andrenio. Hay que crear un mundo nifevo, por Esther de Calvo. Carta alusiva, por Alfredo Bianchi. Lugones contesta a Araquistain. Bibliografia titular. Página lirica de Xavier Villaurrutia. Señas de escritores. Aves procelarias. Naturaleza. por Gris. Don Francisco Soto y Calvo, por Mayorino Ferraria. El hombre malo y por compensación de Max Jiménez. La poesia, Villaurrutia y la critica, por Gilberto Owen. Poniendo los puntos sobre las ies, por Haya de la Torre. El buen ejemplo. La poesia moderna en Cuba, por Enrique José Varona. Diálogo fronterizo (Caricatura. de Solano. El viejo lugar común, por Gabriela Mistral. Shanti, por Acuna. LA EDAD DE ORO. Con lecturas para niños. Bernard Shaw, premio Nobel De El Sol. Madrid UNCA se ha recibido con tanta gracia el premio Nóbel como acaba de recibirlo Bernard Shaw.
La Academia de Estocolmo le ha concedido el premio de Literatura del año pasado. Cuando la noticia ha llegado a él, Shaw no ha hecho sino sonreírse y comentar. Me han dado el premio porque no he escrito nada ese año.
Pero, escriba o no escriba, Bernard Shaw es el caso más profundo del pensamiento británico de esta época. Aparte de su gran valor literario, aparte de su significado como posición del espiritu de un hombre ante el régimen de vida actual, Bernard Shaw, la mente Bernard Shaw, es el más fecundo y luminoso conjunto de células cerebrales de Inglaterra. No pasa dia sin producir una idea, un comentario, una frase certera. Es el atisbo más hondo en la voluminosa corriente de la vida inglesa.
Toda su obra no está en su teatro, ni en sus libros políticos, ni en sus discursos de propaganda.
Mucho, lo más continuo, está en sus desparramados articulos de periódico, en sus frases dichas rápidamente en el corro de amigos, en sus cartas. Sus comedias, lo más considerable de su producción, 110 es sino la organización metódica de sus ideas. Pero su pensamiento está en constante floración, y para conocer integramente su obra, es necesario ir buscando los innumerables destellos de su mente.
En Inglaterra, donde tantas criaturas se dedican al culto póstumo de los grandes y medianos ingleses, no se perderán, tal vez, las ideas de Shaw desparramadas en cartas, columnas de periódicos y frases, dichas a media voz. No faltará quien faltará una cosa inaprehensible: el espiritu de Shaw. Esto es preciso entenderlo bien. Todo Shaw no son. sus ideas, ni sy doctrina, ni su admirable ejemplo de dignidad humana. Todo el Shaw catalogable en una biblioteca o descriptible en un libro no es todo Shaw, Cuando Shaw se Imuera y todo eso esté organizado y conservado, faltarán para siempre las inagotables posibilidades de su mente. Faltarán unos ojos tan agudos para enfocar la trayectoria visual y en el vértice de los inesperados e imprevisi. bles acontecimientos de todos los dias. Cada dia, al leer en un diario o escuchar de un amigo: hoy ha ocurrido esto y Shaw ha dicho esto sobre ello, se advierte cuánto más Shaw hay sobre las comedias, sobre los librosy los discursos de Shaw.
Ahora mismo, en el instante de recibir el premio Nóbel, le ha hecho al premio Nobel la más penetrante ironia. La Academia de Es.
tocolmo ha comenzado a dárselo a los escritores, no por haber escrito, sino por no haber escrits.
El premio de este año también se ha postergado hasta el próximo, y, como el del pasado a Shaw. se le dará, probablemente, al gran es.
critor que no haya escrito nada durante el ano.
Muchos grandes escritores 110 escribirán seguramente nada en uno o en dos años. Pero muy pocos lograrán revelarle diariamente a los hombres como se los revela Shaw, el claroscuro espiritual y pasional de los dias.
George Bernard Shaw a los sesenta años las recoja y las prenda en un libro. No faltará quien haga el maravilloso cuadro de mariposas de las ideas de Shaw.
Pero cuando el acervo brillante de sus ideas esté completañiente reunido, todavía CÉSAR FALCON Londres. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica