Omar Dengo

181 REPERTORIO AMERICANO Berta Singerman 1 una a Odos los poOMO una rara deres, todos for de enlos misterios, tosueño surge en das las maraviel escenario su llas de la voz.
graciosa figura Toda la vida frágil y cim.
breante. Se didel gesto: ritmo, transparencia, latan radiantes holocausto, mársus extraños ojos mol, luz, fuego, claros y se ilumihierro.
nan con una luz ¡Evocación!
interna; luz de ilnspiración!
alina que hipno¡Creación!
tiza y unge.
La plegaria, la Un instante.
oda, el cuento, y su rostro se la elegia, la irotransfigura, con nía, la visión, la un leve gesto profería, la temoriginal evoca la pestad.
perspectiva. De ¡Aquella voz su fina garganta que vierte todas melodiosa salen as armonías, una las que se deslie en palabras sono rosas, que asras, que al pasar ciende a ser ful: por su boca se gor, o se recata hacen canto en releutes de arrullo, lamento Sermón del Mono imprecación y te, y que límpida sube y sube si o rugiente, pevoz alegre o donetra en el alma lorida en lina de todos los ritsensación de camos y se extasia Berta Singerman y don Miguel de Unamuno ricia o suspiro en lo que liay de En Hendaya, Prancia. En el patio del Hotel en donde se aloja el Insigne proscrito melodioso y se divino en ellos!
oyen entonces: El silencio abre sus entrañas de angustia de las viejas campanas los lejanos sones; los a la palpitación de la eternidad. Odio, mie Al servicio del. ideal clarines, las trompetas, el huracán que brama, do, asombro, veneración.
el estallido de los truenos, el estruendo del arte refinado de Berta Singerman pomar que se retuerce en convulsiones sorLa muerte.
das y se eleva en olas de apretada espuristas del Renacimiento que pasaron la exisEl salmo augural del alba.
ma, el beso de la brisa y el soplo del Intencia iluminando con el pincel o con la Rondas de niños.
finito.
pluma, pero sobre todo con el fuego de su Las estrellas.
inspiración, los textos de los grandes libros se llenan sus ojos de una visión ig.
El corazón.
sagrados y de los poemas inmortales. nota, su cuerpo se estremece, se crispau La libertad.
En aquella cabeza de virgen bizantina sus manos trémulas y es entonces cuando EI Poeta.
sólo hay espacio para el ritmo, para la es una misma vibración eléctrica recorre todos Dios!
trofa, para el pensamiento hermoso o fino los cuerpos, porque creemos escuchar en los Ecos de Antigona en la actitud. y no sé que salió del númen de los poetas, como cantos de los hombres la voz misma de Dios.
qué en la mirada, de este Tolstoi cuando el respondiendo al conjuro del verbo que lo Cuando nos habla de remotas edades sus desentraña de los arcanos del misterio.
genio se torna locura y clava en la infiniojos vagos parecen mirar hacia los siglos Su vida está consagrada al culto de la tud ojos de león y de angel, con los cuales Belleza. Al nacer, recibió el don exquisito que se tueron, suenan las espadas, chocan se diría que ata su propio espiritu en las unas contra otras las recias armaduras y de la voz, de una voz que tiene todas las cumbres del horizonte.
inflexiones, que es grave como el sonido se oye a lo lejos el eco de la gloria.
La cabellera se da al ungüento divino, o de una campana de bronce, y que es suave Ahora, se abren sus pupilas preñadas de florece en lotos, o florece en llamaradas. como el murmullo que pasa entre los ármisterios y su voz de acero repercute como El traje vibra de ideación: ala, fulgor, prirboles de durazno en primavera, tan suave, el trueno cuando grita el jalerta! a los petan tenue, que se impregna del aroma, sin queños pueblos que despiertan ante el tepura, ola.
El cuerpo es delicadísima prolongación de dañar la seda de los pétalos sonrosados.
rror unanime de la bestia que ruge hamla voz: Pero la voz no sería de ningún valor, si no brienta en los confines.
obedeciera dócilmente a su dueño el cora.
La voz es espiritu. Salve, gentil vestal. Musa de la exprezón. Las evocaciones orientales de una Gloria a Berta Singerman. sión, Diosa del sentimiento, Salve!
Scheherazada de sueño caerían por tierra Omar DENGO sin el fuego que las anima y las encarna.
ERGANE San José, Costa Rico, marzo, 1927 (Pasa a la págica 191. San José, Costa Rica, marzo, 1997.
La sombra oceánica. La desesperanza. deite compararse con el de los miniatu. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.