REPERTORIO AMERICANO 199 La tiranía politica que pesa sobre No recobraremos la paz y la nor perar la paz que todos ansiamos; y nosotros es la consecuencia inevita malidad políticas, mientras no se res entonces la belleza y el agrado de ble de la tiranía espiritual que el odio tablezcan la paz y la normalidad en nuestra vida serán tan atrayentes, que había implantado desde tiempo atrás nuestros espiritus; y no alcanzaremos todos a una exclamaremos como el en nuestras almas.
el goce de las libertades ciudadanas apóstol Pedro, en presencia de su Los estados de sitio, que coartan hasta que nuestras almas derroquen Maestro transfigurado. Bueno será nuestros movimientos exteriores ¿no la tiranía del odio que las subyuga. que permanezcamos asi, saboreando se derivan del estado de sitio decla La vida exterior es tan sólo un re la dulzura de vivir amándonos como rado en nuestros espíritus por el odio, flejo de los sentimientos que agitan hermanos. tirano que controla y dirige nuestros nuestra vida intima.
sentimientos y actividades?
Si imitando la transfiguración maLa espada que se cierne sobre nues terial de Cristo, transfiguramos nuesALEJANDRO VICUÑA tras cabezas. no es engendro del tro ser moral, de acuerdo con sus Presbitero odio, que devora a la humanidad desde preceptos de justicia, de serenidad y tiempos milenarios?
amor, podemos estar ciertos de recu(La Nación, Santiago de Chile. Así sea.
Tros últimos resplandores de la tarde Junto al pozo a partir, cuando de nuevo oye la voz van muriendo tras los lejanos misteriosa del Maestro que le pide montes de Samaria, y las praderas Para el Repertorio AMERICANO de beber. Sarahi siente todas las esmaltadas se tornan melancólicas, facultades de su alma levantarse ante envueltas en el tibio ensueño del aquella voz extraña y divina; se agita crepúsculo. Las altas copas de los como la flor sobre el tallo mutilado, cedros se mecen cadenciosas. Rumor pero reanimándole quizá la osadia de de selva, murmurio de fuentes y aquel hombre galileo, contesta con emanación delicadísima de lirios sildureza, con frase negativa y alega vestres; llenan el ambiente y condespués que nunca un galileo ha vierten en medio triste y fantástico tenido trato alguno con una mujer el paraje solitario y la extensión de de su raza.
las campiñas. El aletear de un ave Jesús entonces con su palabra llena entre las hojas vuelve lóbrego el de verdad y de amor, enseña a la paisaje. Algo sobrenatural va a sucealtiva mujer de Samaria el camino der, en la silvestre llanura llena de como una lucha interna, quizá entre que conduce al agua de la vida, una emparrados naturales, salpicada de su corazón y su conciencia, entre su agua muy distinta a la del pozo, de hojas secas y de pétalos de lirios voluntad y su razón. los mares y los ríos. El agua de transparantes.
Es Sarahi, la mujer biblica, orgu que te hablo le dice salta hasta la Suena un rumor de pasos rítmicos llosa y vana que a tantos pintores y Vida Eterna. Es aquél que de esta y cadenciosos, y aparece un hombre poetas ha inspirado. Es Sarahi, que agua toma el que en mi cree, el por entre la verdura del campo, mę. sólo piensa en la felicidad terrena, que cree salvo serás, dio envuelto en mágica penumbra. que presiente ya la grandeza del Sarahi no comprende porque para Camina lento, con un báculo dorado amor, que le traerá el amado a su ella no había más agua que la del en sus enjutas manos; le cubre blanca regreso, en «ánfora oriental. repleta pozo, la que llevaba todos los días túnica ceñida por rústico cinturón de de caricias, que como perlas se des en su cántaro, ni más felicidad que piel de camello; su mirada penetra granarán sobre su alma enamorada. la que venía del amado. Pero es lo el azul profundo del espacio; lleva ¡Ah! pero es Sarahi, la mujer que cierto que dentro de su alma ha en sus labios, dulce y melancólica también oia desde algunos días den tocado la palabra de Cristo con más sonrisa. En el fulgor de sus pupilas tro de su alma, en lo más intimo, la misterio que la vara de Moisés sobre hay un destello de amor, y son ellas voz de la conciencia que le gritaba: la roca que hizo brotar una fuente.
azules como el mismo azul del fir «desdichada, tus caprichos han sumido La palabra de aquel galileo de cabemamento. Llega hasta un grupo de en la desgracia a una familia entera. flera blonda y de pupila azul encresaltas palmeras que columpian su Los padres de tu amado lloran por pó la espuma de un extraño oleaje follaje cerca de un pozo. Espera. tu maldad. Esta es la lucha que mal en el mar de la vida. Cuál es esa quién? Lo cierto es que espera por trata su espíritu, pero el deseo de agua y cuál esa Vida Eterna, ante que es el Maestro, es Jesús, y Jesús felicidad la vuelve ciega. Llega junto la cual se estrella la felicidad de la el Maestro Divino siempre espera. al pozo para llenar un cántaro egip tierra? Quién sabe, pero aquella palacon los dulces ojos en el firmamento, cio que lleva en la cabeza. Una voz bra no es mentirosa y una daga despringado de estrellas, con un triste dulce llega a sus oídos y se oye conocida se ha clavado en su coraruego en la mirada.
llamar por su propio nombre.
zón, y su vida es nueva. Levanta Ei ramaje se agita. Por un sende Sus carnes sonrosadas tiemblan: confusa, de nuevo, su mirada para rito angosto que viene desde las fal como pétalos mecidos por el cierzo interrogar al sabio que con tres paladas de un monte cercano, camina nocturno. Su mirada se levanta y bras tan sólo cambió su mundo inuna mujer hermosísima, de grandes entonces, al resplandor del crepúsculo terno, su historia de amor y su exisojos negros, de pie pequeño, de talle moribundo, sus grandes ojos negros tencia; pero ya no le encuentra junto esbelto, de cutis terso y sonrosado se encuentran con las dulces pupilas al pozo. Su blanca figura desaparece como el de las vestales, y de labios de Jesús. Todo su ser se coninueve ya tras el grupo de palmeras, dejanrojos como las amapolas de los pra ante el fulgor de su mirada azul do confusa a la mujer altiva, que dos. Su andar es arrogante y sus como lo más profundo de los mares. más tarde con su padrety con su miradas tienen melancolía y majes Procura calmar su turbación y ter amado recorrería el desierto entre las tad. Camina distraida, parece que mina de llenar su ánfora que luego multitudes en busca de la palabra de medita, revela su semblante algo asi pone sobre su cabeza y se dispone Verdad. Cómo explicaria al enamo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica