11 REPERTORIO AMERICANO Musas itálicas.
la Nación entera, se recogió alrededor de Victor Manuel Tercero. Antes del conflicto, durante sus alternativas de victorias y de (Véase la entrega 22 del tomo anterior)
desastres, después del triunfo, la Reina Ma18. Profetisa de Italia Profetisa, sí. Esposa de un soberano consdre no experimento nunca duda alguna. Llegar a la criatura Real, que parecia satude Gemma Ferruggia titucional, la Reina Margarita, aunque virilmente dotada de fuerte mentalidad política, rada de todas las conquistas itálicas, que Sin sentir la necesidad del canto de un dió pruebas de indiscutible buen gusto limiparecia consagrada a las glorias sin trapoeta, por muy grande que fuese, Ella muy monto, significaba impregnarse de nuevas tándose a explicaciones de belleza sana y pronto llegó a ser la poesia del pueblo ita de arte sano también. No pocas veces, homfuerzas para mejores resistencias: el resliano enmedio de los esplendores de la pribres politicos descubrieron en algún breve peto del derecho y el sentimiento de la mera alba radiosa. No porque fuese joven, justicia resplandecían en sus palabras: al y sagaz párrafo de la sonriente Sibila, rebella, divinamente blonda, inteligentísima, velaciones superiores al consejo: aunque no través de la frase rápida se apreciaba la pudo la princesa saboyana obter en Roma costumbre de la reflexión: las ideas eran tuvo directo contacto con el gobierno, la la victoria entre difidencias de múltiple as Dama gentil jamás escondió la personal admuchas, eran densas, pero la palabra era pecto, espiritual y tradicionalmente aristoconcisa.
miración que sentia por hombres que luchacrático, después de una batalla por la que Quien estuvo a su lado durante las amarron por el gran nombre de Italia, aún cuando Ella a la Monarquía debió serle siempre gas horas de Caporetto, le refirió cómo las admirarlos significase ir contra corriente.
grata. No hubo astucia alguna; no existió mujeres de Udine corrieran desesperadas No escondió la admiración que sentía por hábil maniobra en la hora inicial repleta de por las calles, cómo lloraran los viejos, que Francisco Crispi, así como, mucho después, cual héroes habían combatido en el sesenpeligros.
no disimuló en cuánto aprecio tenía la obra Princesa gentil, luminosa Reina y Alta de Benito Mussolini. Nunca pudo confundir tiséis suplicando a los soldados dispersos Viuda, Margarita de Saboya fué, es y sera que volvieran atrás, que disputaran al eneel ascenso del pastor con los errores del siempre la encarnación de la perfecta reamigo, palmo a palmo, la sagrada tierra itarebaño.
leza que subyuga las almas, conquista las liana. Ella, llenos de relámpagos los ojos Había, en su inconmovible fe por todo lo multitudes: y no solamente las arrastra en azules, respondió con calma: Así nadie dorque es italiano, los destellos del genio de las horas del entusiasmo, sino también las mirá. hasta la victoria ningún italiano una moderna Condesa Matilde. Toda adverdurmio!
detiene, convencidas, durante las prolonga sidad la encontro de pie, firme defensora Se la escuchaba como se escuchan los das y dolorosas pruebas.
del ideal, con sus intimas pero despiertas Resplandecía la primera Reina de Italia.
fuerzas que constituyen las cualidades por poetas; la suya semejaba la poesía matemáLa Reina Madre iluminaba. Potencialidad tica de un astrónomo que puede explorar excelencia de los grandes hombres de Esde presencia ante la vida, increíble fuerza los cielos sin necesidad de aparato alguno, tado: conocer el secreto de cada individuo psiquica y admirables dotes de vidente, imcalculando las distancias entre los grandes y adelantarse a los acontecimientos.
presionaban a quienes tuvieron la fortuna astros y las estrellas diminutas.
La princesa mo. itenegrina, que encontró de acercarse a Ella con frecuencia. Se diSe entusiasmaba, pero no se exaltaba; tanta luz en el umbral difícil, fué inmediaría que la angustia suya no conocia los sencomprendia fácilmente, consolaba con catamente conocida por Margarita de Saboya; deros por donde se pierden los lamentos.
riño a quien ante Ella se presentaba any Elena Reina tuvo en la Reina Madre su sioso de caridad nativa: todo lo hacía con Era una distribuidora de valor en la vida primera apreciadora. No hubo entre las dos intima y en los públicos acontecimientos.
la mesura que rige a la humanidad juiciosa.
Augustas Damas de tan distinto valor, frias Desaparece la Duse. Margarita de SaUna sola vez, este raro ejemplo de forta actitudes inspiradas por la etiqueta, sino leza itálica dejó escapar su interna desesboya que ha seguido, paso a paso, la atorconmovedora convicción reciproca que se mentada figura excelsa desde el principio peración: con motivo del asesinato de Humtradujo en ternura.
hasta el fin, dijo, con resolución piadosa: berto, su esposo, pero, cristiana, la encerro, Así, al dulce orgullo que la Sagrada Ma Grande actriz, desgraciada mujer!
en la conocida Plegaria suya.
jestad de Margarita ponia al pronunciar a Nadie supo, como Ella, distinguir quien Vidente, no experimento. ņi aún en cir menudo la frase: Mis hijos, respondía el da de quien pide. Qué deliciosa sonrisa ilucunstancias que parecieron desastrosas, grato sentimiento de la Segunda Soberana minó sus labios devotos de Dante cuando duda alguna con respecto a la suerte de de Italia: La Reina Madre es nuestra ale.
Italia. una amiga fiel que, en el año mil7 a la robusta inteligencia de los italianos le gría. Hoy, aquella alegria es una dolorosa novecientos seis, le hablaba con amor y dofué ofrecida la evanescente poesía de Rapero alta memoria.
bindranath Tagore!
Jor de una larga permanencia en Trento, El leal reconocimiento de los méritos ajesometida entonces al dominio austriaco, conLa guerra al snobismo fué dirigida por nos se hizo evidente ante una dama a quien Ella con elocuencia sobria y decisiva. testo levantando con altivez la cabeza, to.
hicierou famosa sus actividades dedicadas Al lado de la Reina Margarita vivió du. davía rubia. Trento. Será nuestra!
exclusivamente a los intereses femeninos. rante muchos años una mujer que comprenEsa misma amiga volvió a saludarla en Impulsada por antigua devoción la dama, dió fácilmente su misión de dama de comvisperas de un viaje por la, entonces, Italia irredenta. Su Majestad estaba lista para muy amada por Margarita, se atrevió a de pañía con noble y gentil olvido de la propia cirle: Majestad! Vos fuisteis la Soberana de personalidad. Puso inteligencia, tacto exquiasistir al Te Deum que se entonó después nuestra juventud y para nosotros sois la sito, luz de bondad, incansable energia al del atentado de Alba contra la vida del Unica! Cayó un velo sobre la afabilidad servicio total de su señora. La Marquesa Rey. En aquella mañana de 1912, Margarita real al dar la respuesta siguiente: Injusticia Paula Pes de Villamarina se vio siempre de Saboya resplandecia; dijo a la conmovida visitante: Ud. todavía está pálida. Por qué?
e ingratitud! La misión mia fué más fácil circundada por una veneración sincera a No podia ser! La victoria de las Dos Palporque soy italiana y dos veces saboyana! causa de su natural candor, a causa de sil Merecida respuesta, agregó la dama quien entrega absoluta a los ideales de sti Allmas es de ayer! El sol del Renacimiento refirió la anécdota para gloria de la Unica. gusta Reina. Lástima que ella no escribiese ilumina al Rey y lo protege! Giovanni PasLa venerada Reina dijo, en aquel tiempo, sus Memorias, no estaba en su carácter coli ha escrito: La grande proletaria se ha cuando los sucesos politicos parecian levan hacerlo: era demasiado respetuosa, era un movido y entona más de cien canciones!
tar una sombra entre el Rey y los monárSonria! Parte usted esta tarde llamada por ejemplo vivo de discreción. La perfecta quicos: Ciertos equivocos los iluminará, para dama de honor sabía cuánto la Casa de los estudiantes de Zara? Está bien! Vaya destruirlos, esa estrella salvadora de Italia Saboya y cuánto Italia deben a la Primera segura! También Zara será nuestra!
que es el buen sentido de nuestro pueblo. Reina de la Independencia Nacional: con Esta Plegaria aparecerá más adelante en nuesQue llegue la ocasión y todos estarán al delicadeza infinita habría logrado entregartra serie de Musas Itálicas.
lado del Rey. vino la Guerra; entonces, nos en sus Memorias la figura de Aquella Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica