REPERTORIO AMERICANO 95 que es reflejo del Edén de los campos el amor.
RUBÉN. Dos rayos que Dios envía de su fulgente diadema.
ese himno que al cielo eleva Naturaleza sonriente, como un idilio elocuente que dulces cadencias lleva; esa magia que renueva en las almas el ardor, y que le inspira el Creador, nos muestra en su eterno bien Amor del campo, armonia de crepúsculos y fuentes.
ROMÁN. Guíalos fuerza suprema, y en la mundana penumbra. Román. Amor del salón, lucientes fulgores del medio día.
RUBÉN. El uno apacible alumbra y el otro radiante quema!
XIV Al partir Mayorga Rivas por ti, poeta de arpa de oro y de melodioso cristal! Román, ya te vas al pensil de Centro América, al edén que yo, desde aquí, del Brasil, contemplo cual perdido bien.
Te llevas de mi corazón un gran pedazo. Es la verdad. Qué haria yo sin Juan Ramón, parte de nuestra trinidad?
Con cenefas blancas de espuma ornando la onda de azul agua, te ofrecerá la visión suma del bicolor de Nicaragua.
Y, entonces, cuando el soberano patrio recuerdo en tu alma aliente, también recuerda a éste tu hermano en el corazón y en la mente.
Las sirenas tras de tu nave irán, sin canto seductor, embelesadas por el suave cántico tuyo, joh gran cantor!
El marino viento, asaz blando, a tu hermosa estrella muy fiel, en torno suyo irá soplando, Ósculos sobre tu laurel. El gran, ronco, océano sonoro sonará por ti son triufal; Mientras tanto amemos la fama, porque es de los dos la querida. La que sobre todas las cosas de este mundo, torpes y crueles, brindanos del placer las rosas y de la victoria laureles.
Pero tú olvidas sus favores, y quizá has hecho lo mejor. haciendo amor de tus amores a tu dulce esposa Leonor.
Yo debo seguir mi camino.
De mi destino voy en pos.
entre sombra y luz, peregrino por secreto impulso de Dios.
RUBÉN DARIO Rio de Janeiro, julio de 1906. Obras completas de Rubén Darío. Baladas y Canciones, pag. 141. Biblioteca Rybén Dario Sánchez. Pensativo digome. acaso aquestos dos hermanos fieles, dormirán en su eterno ocaso alli, bajo patrios laureles. Dios lo sabe! El guarda la llama del porvenir, muy escondida.
El tapiz de rosas posible al hombre. Música como la que se oye acá, sólo la habia en el El hallazgo de la belleza Paraiso. La poesia de la tierra la posees, inmortalizada en los libros de SI BURRÍASE el califa en el seno de su el califa no obtuvo lo que buscaba todos los poetas que fueron, viviente magnificencia. Harto de poderio, Su tedio crecía hasta la desolación, en la persona de todos los que son.
de gloria, de riqueza, de amores, abu cuando, cierta vez, llegó al palacio completo en las mil bocas que te sonY el encanto de la mujer reina tan rrido estaba, aburrido hasta la muerte un derviche.
con sus mil escuadrones de guerre El califa, que era guerrero, regaló ría, por segunda vez, la caida de los ríen la gracia y el amor, que causaros que habían realizado la conquista al sabio mendicante con toda esplendel undo, sus mil coronas de triunfo didez, durante un año, pasado el cual ángeles. En ti están la salud, la ju.
ganadas en mil batallas heroicas, sus decidió consultarlo, aprovechando su ventud y la fuerza. Tu condición, semil perlas fabulosas, porque cada una ciencia.
ñor, es envidiable entre todas. Y, sin valía un reino y sus mil odaliscas. Qué te parece este palacio? le embargo, tienes razón: algo falta en incomparables, porque cada cual de dijo.
este palacio. Algo tan importante como ellas era como la luna y todas juntas. Perfecto por sus proporciones, su el son. y el aroma en la música y en más que el sol.
decoración y su servicio. Este palala esencia, que sin ellos no existen.
Quiso, entonces, tener el palacio cio es, sin duda, la morada de la Be. Comprendiendo que el momento de más hermoso, y los mejores arquitec lleza.
la esperada revelación iba a llegar, tos del mundo lo levantaron; los pri El califa sonrio con amargura.
el califa bajó los ojos, temblando. añadió así el sabio errante de los meros pintores y escultores del mundo. Tal fué mi designio. Pero encuencaminos: lo decoraron; y cuando estuvo cons tro siempre jay de mi! que algo le falta.
truído, hospedó en su recinto, grande Faltas tú, señor. Habitas este paEl derviche paseó una mirada lenta lacio, pero no estás en él: Eres el como una ciudad, a los mejores múpor el ámbito, y meditó una hora de sicos y poetas del mundo.
ausente de tu propia morada, donde tiempo. Después dijo: Proponíase, asi, matar su tedio magen vano reina la Belleza ante el ojo. Algo falta, en verdad, aunque sosnifico en el seno de la perfección de tengo que es perfecta la construcción del sol, porque la belleza, señor, tiela Belleza.
nes que hallarla en ti mismo.
de este palacio. En el mundo, que era excelente proyecto, a fe. Pero Así lo explica la historia de Karim, llevo recorrido entero durante las cuaque es la tercera rosa.
tro vidas que viví, nunca hubo edifi1. Alude a Juan Ramón Molina, su amigo de in cio igual. La pintura y la escultura LEOPOLDO LUGONES fancia, quien a la sazón se encontraba en compania del gran poeta.
han llegado, acá, hasta donde le es (De Caras y Caretas, Buenos Aires. ej Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica