Carmen Lyra

3410 REPERTORIO AMERICANO.
hasta no llegada la nochea goso decoroso FANAREA ella sabía lo que le sentaba mejor, y lo hasta solla soltar una frase burlona cuando cama, conforme con lo prometido; pero me confesaba con cara radiante cuando le po me veía calzándome las botas, era ella quedan mis sospechas. Para sorprenderla, nía un espejo al frente y le decía que mi misma quien las había calentado en previ lo mejor es ir dando rodeos.
rara; pero al fin de cuentas la capota sión de mi salida. Teníamos convenido que Ya es tiempo de que me levante, dice costaba tánto y tánto, mientras que. Han ella se quedaria acostada hasta mi vuelta, y con un bostezo que bien pudiera ser nagolpeado a la puerta? Alla va ella adentro, para estar seguro de que cumpliría su pro tural.
a ponerse la capota!
mesa, yo esperaba que se metiera en cama. Qué tiempo hace que estás en la caSu dia lo comenzaba sentada junto al antes de salir, pero al sentir mi portazo ya ma?
fuego, con el Nuevo Testamento en la mano: la tenia en la ventana a verme pasar: hay. Tú me viste acostarme.
un antiguo volumen con sus hojas sueltas un recodo del camino donde me habré vuelto. en seguida te vi a la ventana. Volprimorosamente ordenadas y sus cubiertas un miliar de veces a decirle adiós con mi viste directamente a la cama?
cosidas y vueltas a coser por su mano, en bastón, mientras que ella me saludaba con. Qué otra cosa podía ocurrirseme?
forma que uno no esperaría que nunca se la cabeza, sonreía y me enviaba un beso. Vamos, la verdad!
desencuadernaran. Ahora está en mi pose con la mano. La única costumbre inglesa Iría a ver la hora, cuando más.
sión, y para mi las puntadas con que lo que había aprendido era esa de tirar un Es cosa terrible tener una madre que cosió son como parte del contenido. Otros beso con los dedos.
falte a su palabra. Has estado acostada libros los lela ella en la forma ordinaria, En una hora o cosa asi estoy de vuelta, y desde que sali?
pero no la Biblia. Sus labios se movían con puede que la encuentre efectivamente en. Poco más o menos.
cada palabra como si estuviera leyendo en Dime con precisión lo que eso signivoz alta, y su semblante se ponia muy fica.
solemne. El Testamento quedaba abierto en ratos.
su regazo mucho tiempo después de haber El libro de Max Jiménez. Has subido al desván?
terminado la lectura, y la expresión de su fisonomia seguia tan grave. Qué tengo que hacer en el desván. Pero. has ido o no?
La he visto leer otros libros en horas. Cuando más habré echado una mirada a tempranas, y siempre habia en su expresión la escalera.
algo de culpable, pues ella pensaba que el Has vuelto a arreglar todo el desván.
leer por entretenimiento era. No tanto como eso. Ah, mujer, mujer, me convenzo de que pasaba en lo que ella llamara «naderías. lo no has estado un momento en cama!
cual solia consistir en labores de costura Ya me ves acostada.
en que la aguja iba tan ligero como si se Lo que creo es que saltaste a la cama tratara de una esciava de taller terminando cuando me sentiste abrir la puerta.
una tarea en que le fuera la vida; o podia No tanto.
encontrársela ante una mesa, con clavos. Fue así?
entre los labios, para tener que ir a bajarla No.
momentos después del desván (se le había Entonces seria cuando me sentiste abrir ocurrido de repente cambiar las cortinas) o la reja.
está metida debajo del catre removiendo. Puede que fuese cuando te senti llegar cajas de cartón y preguntando severamente a la verja.
dónde le han puesto el sombrero aquél.
Al retirarse la luz del dia ella la sigue En general su conducta es hoy de lo más con su costura hasta la ventana, y la aproejemplar (ni siquiera una sola vez la hemos vecha para coser otra hebra, como quien sorprendido tratando de escapar hacia el sigue a un visitante que parte para cambiar galpón del lavadero) y la felicitamos a la una última palabra: pero ahora está encenhora de la comida, parte porque lo dido el gas y no hay por qué avergonzarse merece y en parte para convencerla de de arrellanarse con un libro en la mano.
que siendo tan buena debe comer algo, Si el libro es una novela de George Eliot cuando más no sea por manteoer su reputao de Mrs. Oliphant, su favorita (y también ción. Dudo que en toda su vida dedicara la mía) entre las mujeres novelistas, o si una hora a pensar en comer; en sus buenos EDICIONES es una obra de Carlyle, y no tenemos ruido, tiempos comer le parecía tiempo perdido, y CONVIVIO ella se abandonará por horas a la lectura.
más tarde sólo comia para jactarse de ello.
SAN JOSE Su gusto por Carlyle era tan conocido, que como de algo que hacía puramente por varias amables personas le enviaban libros darnos gusto. Rara vez recordaba si había en que habla una página con referencia a comido o no, bien que siempre lo diera por (Facsimil de la portada.
el: podia poner el dedo en cualquier pasahecho, y puede que mientras con toda buena Dibujo de Quico Quirós) je de la biografia que se le pidiera, cual si fe me estaba dando razón de los platos, se tratase de buscar un objeto en su obraaparecía la comida en la mesa. Durante mi dor, y con indicarle una fecha bastaba con estada en Londres ella me hacia anunciar queleto, nada más. No hay carne pi curvas Es este un libro cenceño: piel cetrina y es frecuencia para que ella dijera lo que se diariamente lo que comia, y no era raro hacia aquel dia en Cheyne Row. su juique hubiera que vencer su negativa a probar femeninas. Eso sí, una amplia mirada in cio, Carlyle no era tanto un hombre dificil bocado con traer el tintero y pluma. Al ver quieta una sonrisa lírica que pone aquí y de acomodar como uno que necesitaba la pluma en alto, ella solía decir con un susallá un toque luminoso sobre la aspereza quien supiera manejarlo, pero al preguntarle del estilo.
piro: yo si creia poder haberlo manejado, sólo Dile que estoy a punto de comerme un ¡Qué incómodos se deben sentir los escrireplicaba con una modesta sonrisa que quehuevo. Pero los demás no se dejaban entores acostumbrados al orden de la acade ría decir «Oh, now, pero que tenía toda la ganar asl no más; pluma en mano aguardaban mia entre este libro de Max Jiménez con apariencia de un «Vaya, me habria gustado hasta tanto no se lo hubiera comido.
sus fantoches que saltan y piruetean sin rui intentarlo. do, como sombras, sacudidos por los tiroNunca en su vida salió a la calle «por Una señora le presto un fajo de cartas nazos que el autor da a los hilos que los ejercicio. Siendo niña tuvo que andar largas de Carlyle hasta hoy inéditas, y por más mueven.
distancias cuando llevaba la comida de su que la escritura fuera de lo más enrevesaMe parece que aún cuando Pirandello no padre hasta el lugar donde trabajaba, pero hubiese existido, Max Jiménez habria creada y a ella le gustara que alguien le leyera el andar sin otro fin que el de conservar nuestras cartas en voz alta, se leyó sola do sus Fantoches tal como lo ha hecho: la salud le parecia cosa de risa. Aseguraba cuerpos sin rasgos definidos que gesticulan cada una de aquellas y podía repetir párrafos en la conversación. Junto con esas cartas seriamente que en los dias de su niñez naen ángulos agudos.
die salía por via de paseo, y nunca dejó de Carlyle, que le muestran en uno de sus mi no me ha encantado este libro, pede creer que era un absurdo puesto de moda más favorables aspectos, habia muchas de ro me ha interesado, lo cual tiene más valor por gentes que no sabían que hacer de su su esposa dirigida una amiga, y en una para mi egoismo.
tiempo. Nadie le habría hecho creer que de ellas contábase una romántica aventura.
Ahora ya fuera del recinto de sus págise hacia por placer: era puta y simplemente Me atengo a mi memoria, que es poca cosa nas, me pongo a considerarlo y me siento por darse tono, y al ver a uno de esos paseacomparada con la de mi madre, que todo como si me asomara a curiosear por la ven lo retenía por un método muy suyo dores pasar frente a su ventana, murmuraba tana de una casa en donde se baila: veo con mordiente sarcasmo. Ah; ya te vas danzar unas figuras humanas, pero no logro. Cuántos años puede echårsele a Bell de paseo, Santiaguillo? y añadía con convicpercibir la música.
Tibbits. podia uno preguntarle.
ción. Anda tú, que lo que es yo no estoy Nació la semana que compré el caldero, para esas cosas.
Carmen Lyra pues va a cumplir cincuenta y uno (inada Yo era uno de esos que salen a dar un menos. el dia de San Martin.
Dic, 1928 La señora Carlyle habia tomado el tren paseo, y por más que ella se sonreía y ZWINXW00. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica