REPERTORIO AMERICANO auténtica plenitud de las exi terviene el propio Señor de sus pecados de polémica, así ¿Con qué derecho se mezclaba gencias cristianas. Complace a Sales. Estimaba que «de la como el de las salidas de tono, ese intruso? Fué preciso nada Pio XI. y así se advierte por disputa no surgen sino la con máso menos agrias, de sus. menos que un elocuente opúscuciertas líneas de su Encíclica fusión, y que no es de ella de plumas febriles.
lo de Monseñor Parisis, obispo que la idea religiosa tenga esa donde salen las conversiones. Creo que habría sorprendido de Langres, para reivindicar el firme y flexible actitud y que «Que se predique con amor, mucho a algunos prelados gali derecho de los laicos católicos se preste a esos penetrantes decía, que se predique bastante canos de la monarquia de julio, de hablar a sus contemporáneos pasos, sin aceptar nunca nin contra el hereje, aunque no se si se les hubiera anunciado que, sobre cosas de la Iglesia.
guna atención ni ninguna ami. pronuncie una sola palabra de tres cuartos de siglo después Los tiempos han cambiado: noración; y el Señor de Sales, disputa contra él. Los escri de ellos, un Papa consagraria Pio XI, hoy, atribuye a los esbajo este aspecto también, se tores católicos tienen en lo su y ratificaría, como una especie critores católicos la más honconvierte para los escritores cesivo un patrón que recomien de fenómeno normal en la vida católicos en un preceptor opor da a sus plumas el espíritu de de la Iglesia, la actividad colec: rosa e insigne de las filiaciotuno.
nes. les agrupa en torno de paz. ya entreveo, en su tiva de los escritores catoliSan Francisco de Sales como Pero, desde luego, otro rasgo futura capilla de corporación, cos. Recuerdo el extraordinaa una posteridad espiritual, que de su fisonomía viene a pre cierto rincón muy discreto, muy rio descontento de que dieron servar de una tentación peli oscuro, en una nave lateral: testimonio Monseñor Blanquait participará de prestigio y se aprovechará de sus lecciones.
grosa a los que quisieran re allí encontrarán asilo, al abrigo de Bailleul, arzobispo de Rouen, girse por él. Para convertirse de las miradas del santo, cuya Monseñor Olivier, obispo de GEORGES GUYAU en un conquistador como él lo estatura dominará el altar ma Evreux, porque Montalembert fué, es tan natural volverse beli yor, ciertos escritores a quie se permitió publicar artículos o (Le Figaro, Paris.
coso. Pero, alto ahí, pues in nes molestará el recuerdo de folletos en favor de la Iglesia. comienzos de 1923. Huellas de imágenes Prensa con el suicidio de ayer.
Alguien comenta cerca de mi: Fué Daniel, el hijo menor de aquel vecino nuestro que vivió en la casa de corredor de la esquina. Se mató por amor.
en el patio iluminado por la luna brinda su mano breve, bien abierta, hace unos quince años por mi calle, EN Ah! si, Daniel, el niño que corría hay gente joven que rie. En la con los dedos separados. Acaso una en las tardes.
puerta, bajo una enredadera, en flor. estrellita blanca se ha desprendido del Ypasa, a través de mi memoria, una muchacha trata de leer un verso, cielo y viene a acariciarme?
y suspira. Apoyada en el alféizar de Ella dice: Busco a quien regalar los ojos luminosos, la boca entreenvuelto en su largo delantal oscuro, la ventana que cae al patio hay una este chiquito. Estoy muy enferma y abierta, las mejillas ardientes, los caanciana. La habitación está a oscuras. tengo que irme al hospital. Lo quiere bellos, en aureola trémula en torno de La anciana dice con acento tran usted?
la frente semejante a un capullo de quilo, teñido de leve melancolia: Pero yo debo partir muy lejos denilusión.
Cuando yo era joven la luna alum tro de dos días, y en mi casa no hay braba más.
nadie que quiera hacerse cargo del yo siento que esta frase, sale de niño.
esa boca como un hilo de perfume Contesto: No puedo. el niño sin Pengo entre mis manos una sombrique se hubiese quedado dormido y gue sonriéndome y haciendo cabrillear olvidado entre los pétalos de una rosa su mano diminuta delante de mis ojos. jecita que enterraron esta mañana.
guardada en el rincón de una arca La mujer se aleja. Llama a una Ella no me conocía, pero yo guardo antigua.
puerta y a otra y por fin miro persu sombrilla, lo mismo que se guarda ¡Cuando yo era joven, la luna alum derse entre las sombras la cabecita un soneto de Ronsard. La usó cuando braba más. que se agita sobre el hombro ma era muy joven. Yo creo que esta somterno, risueña y descuidada. brilla es mayor o contemporánea de las crinolinas.
SIN NOCHECE.
Me parece verla moviéndose muy UEGAN niños en mi calle. El sol se meses en los brazos. Es despierto y cia fugaz sobre los tejados. Corren los gra y animada.
vivaracho. La cabeza cubierta por un niños y sus gritos caen como guijaComparada con las que se llevan gorrito de encaje sucio, se agita y rrillos e inquietan este remanso de ahora, parece de juguete. La varilla vida que es mi calle.
central es muy larga y delicada; la de las margaritas de los prados cuando Quedó Daniel. Quedó Daniel!
sombra de seda roja un círculo pepasa una ala de viento. Va mal abrigado y al verlo, anhelo que el mismo tras ellos envuelto en un largo declaman, los chiquillos y Daniel corre queño casi para cubrir la cabeza apenas tan desteñida que ya no parece que viste los lirios del campo que no lantal oscuro, los ojos luminosos, la roja. con listitas verdes, y en torno trabajan ni hilan, cubriera misericorboca entreabierta, las mejillas ardienun flequillo forma como una ronda dioso esta carne tierna y sonrosada.
tes, los cabellos en aureola trémula de recuerdos de ensueños. Cerrada, suLos ojitos brillan en el rostro gor en torno de la frente en forma de giere una ramita en otoño y abierta, dezuelo, inquietos y confiados.
capullo.
una amapola marchita que por milaLa mujer se detiene. El niño me gro no se hubiese deshojado y que sonríe y su sonrisa cae dentro de mi de pronto se pusiera a soñar que se corazón como la gotita de rocío que Un vendedorcito de periódicos pasa abre y se pone fresca al conjuro rueda de una brizna de hierba. Me frente a mi ventana pregonando: La del sol.
mujer con un niño de seis a siete. Cupone nižu uz dorada pasal secara de juventud, sobre una cabellera ne Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica