REPERTORIO AMERICANO 253 El sauce y el arroyo LA EDAD DE ORO (Nocturno)
Lecturas para niños (Suplemento al Repertorio Americano)
Tan dulce cantaba el sauce que, oyendo la melodía, el arroyo se dormía serenamente en su cauce; La tortuga y así en las noches más bellas, aquel diáfano arroyuelo copiaba tan bien el cielo qne el sauce pescaba estrellas.
LUIS BORRARO Rep. Argentina Mies ¡Qué crecida está la mies entre la noche morena!
iTan crecida. Tan azul. Casi no toca a la tierra!
El que la fuera a segar en vez de cogei espigas podría cortar estrellas.
Las traería al pajar.
Por las rendijas abiertas la luna haría brillar el collar de las luciérnagas.
Hay en el Mayab la pequeña tortuga que anda por la tierra y nada por el agua. veces, el leñador siente que algo se mueve bajo sus pies. y mira, y ve la tortuga que huye prudentemente. No hace ruído y va a todas partes. Lo mismo sale de entre las piedras ardientes por el sol, que de la arcilla húmeda, y pasa por debajo de los montones de hojas secas, y, cuando encuentra una pared, hace un agujero, atraviesa y sigue, Se incendia el monte para sembrar el maíz, y todo se quema, y los animales de la tierra mueren, lo misño el venado, que se enreda los cuernos en las ramas, que el conejo que se esconde en su madriguera. Pero la tortuga nó, porque se queda quieta y mete cabeza y pies en su carapacho, y así no sufre sino un poco de calor: aire, ni el agua, ni la tierra ni el fuego la dañan, porque es humilde y prudente. Así es la pequeña tortuga brillante del Mayab, señal de la constancia y la pureza.
Tiene cuatro patas con was blancas y finas.
Con ellas se agarra del suelo para caminar y con ellas nada para cruzar las lagunas. Va de un lugar a otro lugar, y lleva muy lejos mensajes silenciosos.
Cuando algo malo va a pasar en la tierra, la tortuga entra en el agua baja de los pozos, y queda allí muchos días, hasta que lo que tiene que suceder arriba ha sucedido. Sale entonces lavada y bonita y se pasea bajo el sol, resplandeciendo y levantando la cabeza roja, con sus dos ojillos redondos, apacibles y brillantes.
Como los antiguos hombres buenos, la tortuga, errante y callada, vive cien años y más de cien.
Toda su vida y después de muerta enseña cosas dulces y elevadas.
Quien la mata de intento. hace gran daño y comete delito ante el espíritu de arriba. Cuando ella muere de sí misma, está bien fabricar adornos de su preciosa concha vacía y poner en ella una cuerda tensa, para hacer música santa.
En los grandes tiempos del Mayab la tortuga fué esculpida en las cornisas y en las puertas de los Templos.
Era como una palabra de los dioses que los hombres sabían entender.
Se acostaría un pastor cn las estrellitas frescas.
El sueño que allí soñara sería como de niebla.
Los ojos le dejaría llenos de un alma doncella, profundos, claros, azules como los ojos del mar, en la madrugada tierna.
JAIME TORRES BODET México.
Faraday limpia vasijas en el laboratorio de Davy Ignoramos si podrá comprenderse bien todo el corrosivo tragicismo de la anécdota. tan insignificante, tan lógica según el común pensar de las gentes que abrió el horizonte científico de Taraday.
Era Faraday hijo de familia pobre. Su vocación se hizo sentir con precocidad extraordinaria. con la vocación se dejaba sentir también, cruelinente, la carencia de recursos para alimentarla. Faraday se encontraba a sí mismo generoso y noble. Me imagino.
escribía a un amigo, que la ciencia debe hacer gencrosos y nobles a cuantos la cultivan. Y, entonces. quién pasaba en Inglaterra por más hombre de colmado de honores, solicitado por la aristocracia, enaltecido por los centros científicos del mundo entero, hombre de laboratorio y hombre de salón a la vez?
ANTONIO MEDIZ Bolio (la Tierra del Faisan y del Venado. La Peninsula de Yucatán. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica