226 REPERTORIO AMERICANO donde uno no sabe que admirar más, si la de Castelar, de Hugo, de Gautier, de Mus amargura. Se cuenta que la Niña de Gua.
audacia ciclópica de las metáforas o lo im set, de los Goncourt. Pero no se advierte temala perdió la paz y. hasta la vida por previsto y novedoso de las ideas. Su prosa el pastiche. No se marca la huella firme y haberlo adorado en silencio. Si nos fucra es sencillamente única. no es posible de exacta de ningún espiritu ni de ninguna dable también conocer los nombres de las finirla más que recordando sus propias pa. estética. El sabor original de su técnica, la que añadieron inquietud y zozobra a su inlabras al hablar del poema del Niagara de riqueza cromática de su paleta, el rigor de fatigable corazón. Para maldecirlas. Para Pérez Bonalde. hay ola y ala. Mima Pérez sus imágenes, la frescura del giro, la at bendecirlas? Para inmortalizarlas, en todo Bonalde lo que escribe, pero no es, ni quiere mósfera de su estilo, en suma, que de un caso. No conocemos, o poco menos, la gaserlo, poeta cincelador. Gusta, por de con modo tan indubitable nos prueba que sus lería de las amadas de Bolivar, Josefina, tado, de que el versu brote de su pluma conocimientos literarios eran universales, Isabel, Luisa Crober, Manuelita Madroño, sonoro, bien cuñado, acicalado; mas, no se más ha de servirnos de acicate y estimulo Fanny de Villars. la mujer mundana, de pondrá como otros, frente al verso, con para una noble curiosidad intelectual, que más cerebro que corazón, sutil y encantamartillo de oro y buril de plata, y enseres de estancamiento. perezoso. para una co dora. Pensar en Bolivar, decía en un disde cortar y de sajar, a mellar aqui un ex moda y desdeñosa admiración.
curso el propio Marti, asomarse a su vida, tremo, a fortificar allí una juntura, a brillanNo se empañaría ni disminuiria el valor leerlo en una arenga. verlo deshecho y tar y redondear la joya, sin ver que si el de la obra total de Martí, sino al revés jadeante en una carta de amores. es como diamante sufre talla, moriría la perla de ella. ganaría en relieve y en hondura psicológica, sentirse orlado de oro el pensamiento.
El verso es perla. No han de ser los versos si un espíritu erudito, amoroso, paciente, qué unción, que gozo admirativo en los lacomo la rosa centifolia, toda llena de hojas; espulgara en la vida del hombre, en sus bios de Marti siempre que se refiere a sino como el jazmin del Malabar, muy car lecturas habituales, en sus gustos cotidia esos aspectos de la vida del Libertador: gado de esencia. La hoja debe ser nitida, nos, hasta mejor destacar el símbolo au«cada mujer recuerda enamorada a aquel perfumada, sólida, tersa. Cada vasillo suyo gusto de su legado artístico, hasta darnos que se apeó siempre del caballo de la gloha de ser un vaso de aroma. El verso por toda la vibración de humanidad que hay ria para agradecer una corona o una flor donde quiera que se quiebre, ha de dar luz y en esa herencia, y hacernosla querer más si a la hermosura. perfume. Todo eso dicho sobre el verso, 2110 posible por las resonancias de realidad que Una sombra de mujer marchó a su lado cs superior a la mejor estrofa? asi es in hay en ella. Algunos escritores desaparecen junto a la otra musa lejana y triste de la variablemente su prosa. Habría sido fácil, apenas se establece el paralelismo entre su patria cautiva. Gran fortuna esta de ser después de descubrir al prosista, hacer amar vida y su obra. Tipo, Chateaubriand. De: llorado por mujeres. decia. Y: asin sonrisa al poeta, que si alguna vez es sublime, lo ahí lo peligroso en estos casos de atenerse de mujer no hay gloria completa de homdebe a que el pensador, el prosador, es a la letra de la definición de Sainte Beuve: bre. Ni cuál es la fuerza de la vida y su siempre genial. La mano que redacta estas «rattacher écrivain par tous les cotés a la única raiz sino el amor de la mujer. La lineas quebraría la pluma antes de ir a bus terre. y aplicar sin ninguna mesura las taladrante obsesión no se aparta de su car en los versos del poeta. los desfalle teorias de la escuela de Taine, que deriva pluma. Quién que ve un vaso roto o un cimientos, las puerilidades que pueda haber ron en el imperativo del documento humano. edificio en ruina, o una palma caida, 110 en ellos. Quédese esa labor, que ha de ha Otros, en cambio, iiuminan y engrandecen piensa en las viudas. Leyeron sus versos cerse, que debe hacerse, para los que vi y explican su obra a través de la vida. las mujeres. feliz destino de los versos. talmente debau menos a su memoria. Tipo, Goethe. En Martí, hombre y produc «En la mujer, como que es la hermosura ¡Pero que dolor el nuestro, los que naci ción van de la mano. El posee una enver mayor que se conoce, creemos los poetas mos bajo el signo de su estrella y crecimos gadura que resiste toda investigación. Qué hallar como un perfume natural todas las en la adoración de Martí, cuando hemos sabemos de su paso por el mundo, aparte excelencias del espiritu. otra vez. sólo visto en la capital de España el primer sus dolores de presidiario, sus ansias liber el dolor de ver a nuestras mujeres indifetomo de sus obras completas todo verso tadoras, sus angustias de proscrito, sus in rentes a las noblezas del espíritu, iguala ostentando un título y una alegoria revolu quietudes de patriota sin patria? Sin duda al goce, casi perfecto, de verlas padecer y cionarios. Martí, que iba a la guerra in tuvo, dentro de sus penas de mártir, ale conmoverse a nuestro lado. una amiga flamado de amor, que supo morir pero no grias de hombre. Sin duda cupo, dentro de escribia. Ustedes nos hacen y nos deshaaprendió a matar, que en el enemigo veia su amor apostólico por el ideal máximo de cen. Nadie pregunte el secreto de tanta un hermano, y en el amigo un hijo, Martí su existencia, algún bello. amor de mujer existencia frustrada. hablando del geque decia. no hemos de olvidar que si los. que le dió aliento en las horas sombrias. neral Grant hacia esta observación. se españoles fueron los que nos sentenciaron sobre todo eso la admiración ciega ha enamora intensamente, que es signo de a muerte, españoles son los que nos han echado un velo espeso, y la nota ditirám personalidad. Se casa joven, que es signo dado la vida. jasomándose a la posteridad bica ahoga el rumor suave y humilde de. de nobleza. Evocando las ternuras del hobajo el claror igneo de la tea bélica. El cuanto no encarna su trágico vivir de agi gar, o suspirando por ellas, escribe en una no esperaba recompensa de los hombres, tador errante. Tenemos la reseña de una carta a su hermana Amelia. Para ser dipero no podia recelar esta ironia de la pos vida. lo que anhelamos es el historial de choso es sólo necesario aun en las torteridad.
un alma. Nosotros que desearíamos amarlo mentas más recias de la fortuna sentirse hasta en sus caidas de hornbre!
amado, encalorado, acompañado, bien cuiII dado, bien envuelto por alguien. Pero este bien no se obtiene sino ocasionando otro Sin embargo, ya que ganó prioridad el III semejante. Nadie se dará jamás sino a quien poeta sobre el prosista inimitable, parecía justo utilizar la ocasión para insinuar, si no Uno de los capítulos más sugerentes de se dé a él. irresistiblemente, cuando una para acometer decidamente el empeño, la la existencia de José Martí, y que está criatura se siente con la dulce dueñez de necesidad que va siendo urgente de ahon íntegramente por hacer es el que se refiere otra, se vuelve a ella, como cordero a su dar con intención constructiva, analítica, en a la mujer. Cómo han podido olvidarlo los madre, cuando llueve o nieva, y se refugia la formación cultural de Martí y en la vida compiladores de su obra? Esta obra está en ella. Tú eres abierta, sincera, caliente humana, transitoria, del hombre. Los mate llena de perfume de mujer. La mujer pasa de corazón, caritativa, pura, generosa. Quien riales poéticos que se han lanzado al mer por esas páginas como un hálito místico. no lo es, es odioso, cualesquiera que sean cado, brindaban la oportunidad, y eso los Sentimos su presencia aun en los momen sus galas de inteligencia y de hermosura.
hubiera justificado, o disculpado. Cuáles tos más dramáticos de su apostolado. Todo si la falta de todas esas buenas cualidalibros leía Marti con devoción. Qué auto prueba que su alma lloraba la nostalgia de des es lamentable en el liombre, en la mures prefería. Dónde las fuentes que cal algún amor roto, quedando trunco a la jer, que creemos urna y hogar natural de maban su sed de Belleza? Habia en el algo vuelta de Dios sabe qué áspero sendero de ellas, es abominable. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica