360 REPERTORIO AMERICANO Visitas literarias Foorum das, con ese pasa, un poco ilógico e indeciso, de los con tranvía, destacándose de centrados, de los que tienen que despertar ciertas horas al rumbo sin fin. Primero lendia para relacionarse con oblitamente, como aun dejándogaciones inexorables, como nos decir adiós a lo conocido, es ésta de saludar amablea la urbe congregada en sus mente a un poco aventajado últimas casas, esas que fordiscípulo, como es uno, en man la ancha ensenada del un minuto qualquiera de la gran puerto del Hipódromo.
mañana, cuando la maquinaria Luego, a toda máquina, emespiritual estaba todavia conproando la llanura que codicionada para la investigamienza a meterle bajo la quición y no para la fruslería lla el sube y baja de sus social. Pero dentro de esa olas de luz y de viento claro, vaga torpeza de timido, don en un cabeceo tan ritmico que Ramón tiene una gracia como al poco ya se le acostumbra céltica. Menudo, sonriente, todo el pasaje.
ágil, sus movimientos al esComo con una función de trechar la mano adoptan cobisectriz boga el tranvía, semo un alegre eco lejano, un parándose más cada vez del conato pánico, un vestigio ciudadano, vértice inicial, desde baile en romería, patarrando el ángulo del tra Mientras los admiradoyecto hacia lontananzas de res y secuaces le preparan horizonte puro, de planicie a usted una apoteosis, usted ilimitada.
se la procura de mejor modo, Sin embargo, aún notamos don Ramón, afincándose en la ciudad y el ambiente conesta gloria del sol, en este suetudinario. la derecha triunfo del sol que es este se percibe, en un correcto huerto y esta casa.
jirón ladrilloso, la punta avanNos estamos mudando tozada de la Guindalera. Nedavía. Todo está en desorcesitamos hendir alguna disden, inacabado. Pero sí, esto tancia más para traspasar es muy hermoso.
al alto mar. Al rato, una Don Ramón. Menéndez Pidal Se ve que el ensayo de pareja de la Guardia civil, San Rafael ha traído conclusentada ante un chamizo, inmóvil, cual un bundo, amezquinado ante la grandeza del siones a rajatabla. Sierra, sol, silencio y paz.
dios Término (bifronte. el fusil entre las universo crudo y virgen que se lo traga. Don Ramón, las manos en los bolsipiernas; como boya de límite, como úl Hacemos un nuevo restregón de ojos, los de su ropa negra, se rie, con una timo faro norteador, nos indica que la barra ansiando encuadrarnos bien en el escena risa veteada de sencillez y de sobresalqueda franqueada, y que desde ese momento rio surgido. Qué silencio! El motor, al trans tos alertas, mirándolo uno delicadaya nuestra atención puede anonadarse, re gredir, nos preparó este silencio de per mente de frente, sin ofenderle, a pesar de lajarse y hasta anularse. La monotonia co fecto caos. qué soledad, que soledad! la seguridad, de la tenacidad, de la regumienza de la gran travesía. Es uno el Pastor Fidas en una Arcadia laridad, de la leve reticencia burlona con El motor tremula y tremula. El altibajear recién editada. Va uno a digitear: en la que mira. Sus pupilas oscuras a través de se hace isocrono, exacto. La luz de la infi citara? Tlin, tlin. dolon, tlin itlan! Estos los lentes de oro resultan como dos ranunita esfera que rasgamos nos transe. Una sones no son nuestros, sin embargo.
ras de ballesteros, como dos saeteras apenas modorra suave nos tañe, nos distrae los Rodeados, de pronto, mansamente, de ove rajadas, por las que es imposible colar el nervios capciosamente.
jas, de un hato vagabundo y solitario, co menor dominio, y sí, en cambio, recibir un En repetidos parpadeos apenas si pode menzamos a caminar por el barbecho y el flechamiento de no te muevas. Son pupilas mos percibir algo de lo que huye por nues rastrojo, como por el mundo de los sueños que pinchan como alfileres de disector, que tra derecha, que es la mano de mi plaza. de Sannazaro. Allá, el azul de la sierra. lo papeletean a uno, que lo examinan sin Unos mástiles tembloteantes de oro ribe. El sol, en lo allo de la montaña diáfana. las tres bolas, que se les siente calificar en teando un canalejo. Una caverna, quizá la La sandalia la sentimos en el pie. La za silencio y con toda la delicadeza de no pude Simbad, donde pálidamente herrumbrea marra en el torso. los zaticos en el zu blicar nunca la nota concedida.
un Potosi de latas de conserva destripadas. rrón. El lirismo se nos escapa, se nos es Bueno, don Ramón. Usted habrá perLa corcoveta de un trapero que pincha en capa en ilusorio. pifano. abocinamos los filado y rematado los apuntes medievalistas un bazar de inmundicias. El encuchilla labios, e hinchamos los carrillos para soplar. de don Marcelino, su maestro. Usted habrá miento de escriba egipcio que ha adoptado Vamos al Olimpo. Vamos al campo de los proseguido, supremamente, la tarea lirica uino tras una tapia.
asfodelos, a la edad de oro. Al menos a un provenzalizante y popularista de Milá, sit Al Caronte del billetaje le habíamos ro rincón desnudo y divino de Tierra Santa. otro maestro. Pero en lo que usted los ha gado en el punto de la partida, que nos ¿Es esto Grecia, es esto Palestina? He aqui superado en absoluto es en entender el desplazara al arribar a cierto fondeadero el olivo. he aquí la vid. he aquí, tras Renacimiento.
sin más nombre conocido que el de su pro ese muro de cal y canto, inmóvil, en pós. ver. Qué quiere usted decir?
pietario. Este Caronte acaba de hacer cru tura milenaria y parabólica, una barba ne. Que el Horario en España, en vez de jir la palada de su remo en la atmósfera. gra, recia, biblica, profética. Que recono amplificarlo eruditamente, lo ha personifiAún entontecidos de la jornada, nos encon cemos inmediatamente por la de Ramón cado usted.
tramos de subito firmes, de pie sobre la Menéndez Pidal.
Don Ramón, torna a sonreirse, un poco pura, corteza del globo, contemplando al deliciosamente confuso.
áureo asteroide del tranvía hundir los aires Menéndez Pidal se nos avanza con ese Lástima que estos olivos no estén planotra vez y perderse en el infinito erra desgualdramillamiento de las almas recata tados por su mano. Pero a la sombra de a. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica