REPERTORIO AMERICANO 239 Página lírica de María Monvel Del tomo LI de Las mejores poesias (Líricas) de los mejores poelas. Editorial CERVANTES. Barcelona.
El iba distraidamente.
El iba distraidamente, así también yo.
De entre sus ojos pardos, moneda reluciente, una mirada me arrojó.
Debi cogerla distraídamente asi, sin emoción, pero, después, vaga y distintamente subió congoja hasta mi corazón.
El se marchó ¡qué distraidamente!
pero antes me beso.
Su beso, sello rojo, en medio de mi frente iquedó, quedó!
La vida distraidamente para mi giro.
Te vas Te vas.
Esta vez 110 he logrado hacerme amar.
Te vas.
Con tu antorcha de cabellos rubios te vas.
Elogio de María Monvel Ahora ella vive el dorado mediodía de la dicha; ahora su verso puede La mejor poetisa de Chile, pero más tener el vuelo fácil y extendido de que eso; una de las grandes poetisas la gaviota chilena, del ave de seda sina Storni por la riqueza del tempey de sal.
ramento, a Juana por la espontaneiDonosa y fresca mujer joven, dueña de una poesia hecha a su semejanza, dad.
alabémosla, démosle admirativa amisEmpecé por admirarla y he acabado por quererla. Me vino su estimación tad, cabal elogio. Es de nuestra raza, de aquella clara honradez artistica GABRIELA MISTRAL suya. Verso fácil que rebalsa la copa llena de sentimiento, fácil por la ple En el frío de tu sonrisa nitud. No se inventa nunca el sentimiento (cosa tan común entre las En el frio de tu sonrisa mujeres. Expresión nítida, a causa de no quedaba ningún resplandor.
la misma verdad del motivo. Ninguna Aun la carne se me eriza dureza; su estrofa posee lo dichoso cuando pienso en aquel amor!
de los verdes canales chilenos. En Veinte años apenas los míos, María Monvel la tortura se halla en ipudiste haberme dado el ser!
el espiritu, pero el verbo no conoce Tú eras crepúsculo sombrio confusión ni torcedura desgraciada. iy yo era un claro amanecer!
Dije que su temperamento era rico En ti no habia ya memoria como el de Alfonsina. Si, todos los de la pasada juventud.
motivos humanos: la tierra, el paisaje, Tu último sueño era la gloria el amor, la coquetería también, la para después del ataúd.
maternidad, el juego. Parece en ocasiones una mujer madura y a veces La nieve a blanquear comenzaba se la mira jugar como un niño con en tu sien. Por eso te ame. los asuntos frívolos. En verdad, tiene una larga arruga surcaba la madurez, porque la vida le fué las frias manos que adoré.
anticipada en dolor; pero no tiene mi Llegué yo mariposa locaenvenenamiento por la amargura. Ha ¿Qué habia en ti, qué habia cn ti vigilado su corazón, ha sacado sus que se prendieron en tu boca ojos a tiempo del subterráneo con mis labios frescos de rubi?
grasos murciélagos de la tristeza, para ¿Con quién hiciste pacto, viejo, llevarlos a la pradera verde, al aire que te adoro mi juventud feliz. tiempo también llegó a sal y aun te añoro con un dojo varla el compañero, y ahora camina de inmensa y triste laxitud?
por una playa dorada con la cara dichosa contra el viento. Llena de ¿Con quién hiciste pacto para elegancia interior, la elegancia que que nunca te olvidara bien viene de la flexibilidad del espíritu.
y aun soñara, aun soñara en tu infierno desde mi edén?
Exenta de hieratismo. Lejos del Escriba y de la Isis egipcia, para bien Tú no eres nada. Es el recuerdo de su estrofa viva.
iél es el que no muere en mi No es mística, pero es religiosa. y es cuando en mi misma me pierdo Acepta la fe como una musa entre cuando estoy más cerca de ti! las otras que la visitan.
Cerca de las dos manos finas Es menos conocida de lo que me que el trabajo ui el sol doro rece; está repito, entre las grandes y que me llenaron de espinas manejadoras felices del verso caste el inocente corazón.
llano. Divulgarla es como añadir una Tú no me importas. Te hallo viejo.
colina suave al paisaje de la lengua. Te vi hoy pasar y me rei.
sumar un fino acento al habla querida. Ni una huella queda, ni un dejo En América los mejores la han celebrado; en España la celebrarán los del amor por que padeci!
mejores también.
Pero el Chopin que amabas tanto, Dije que empecé estimándola y he culpable de esta evocación, acabado queriéndola: tiene una vida hoy me tiene ciega. de llanto de pasado doloroso que me ha hecho viviendo la misma pasión.
mirarla como a las ceras fundidas y ¡Cómo odio con amor inmenso acariciarla con mano piadosa. La el recuerdo que vive en mi, piedad que es amor, que no hay otra y sobre todo cuando pienso piedad verdadera. en la juventud que te di!
Te vas.
En un largo camino dormido en los brazos del mar.
Te vas, y me llevas contigo sin saber, sin querer. por fatalidad!
Te vas.
Mis labios se quedan inertes de mi deseo de besar.
Te vas.
No aprendió en ti mi espiritu más que el dolor de anar, Te vas.
No logré asirte.
Tendi mis brazos sin lograr.
Te vas.
Mi espiritu incauto se arrojó en vano en tu profundidad.
Tus olas le agitaron, pero es océano insondable tu mar. Te vas.
De rodillas me quedo y rezo, aunque no sé rezar, por la boca que no fué mía, por la imposibilidad eterna, por mi perpetuo sollozar.
Te vas.
Yo no hago ningún ruido.
Estoy pálida, quieta, aguardando el instante. no más. Te vas. Quien pudiera prenderse en tus ojos como un horizonte de eternidad. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica