REPERTORIO AMERICANO 279 que los que cirte cobre para llegar pronto al último suspiro, los más impresionables (nada de lo sus telares, marchando rigidas a la y cada medicina que se le daba la que ocurre después que hemos pa iglesia los domingos, dentro de sus tomaba con la mejor voluntad, Co sado de los doce años tiene para trajes negros, no son tanto las genmo si esperara de ella la curación. nosotros mucha importancia. ellos tes que he visto en mi infancia coNo sabria pintarte lo que he sentido son también los años más vividos mo sus padres y madres que hacian en esta ocasión. Yo creía que los cuando miramos a nuestro pasado, y las mismas cosas cuando mi madre.
manantiales de mis lágrimas se habian más vividos mientras más lejos van era joven. No puedo evocar el puesecado, pero estaba en un error, por quedando, hasta que al fin los años blo sin verla a ella en la figura de que he de confesar intermedios se doblan como un arco amargos chorros corrían sin tregua por los ja ciudad nueva es para mi como un una niñita que llega a la puerta de los extremos se tocan. Pero si bien cierta casa y golpea su jarro contra surcos de mis mejillas; era una niñita el picaporte; o es noche de boda, y tan encantadora, y tenía conmigo lente a través del cual miro lo viejo, el carruaje con su caballo cariblanco tantas atenciones que siempre habia las gentes que veo pasar para arriba sale en busca de una jovencita vesde venir a contarme sus cosillas, y y para abajo por las calles, sentadas tida de azul pálido, las cintas de cuyo hablando de esto y de lo otro tenia con el gorro de dormir puesto sobre sombrero van atadas bajo la barbilla.
expresiones que tocaban al corazón y las vivas imágenes de todo esto vienen a mi mente más de lo debieran; aunque creo que se comprenda que uno se aflija un poco en La carta tales casos. Pero mientras te describo Para Rep. Am.
la afligida madre, que no Sé que estuviste enferma, que se llenó de lumbres y de aromas.
había tenido en su vida un dolor que muy enferma. Convaleciente: Se también que la Muerte iah que palabra dulce sepultura como éste. La criatura an rondo, siniestra, cuando se dice de una en torno de tu alcoba muchacha rubia, sonadora y bella!
terior apenas estuvo una vez en sus y sé que en noches largas brazos, y su cariño no tuvo tiempo sentado te pie de tu virgineo lecho. Así, Rubén Darío te dedicara su mejor poema)
llegue el día, si llega, en que se reque pase mucho tiempo antes de que Sé que estuviste enferma, Convaleciente: de esta aflicción. Por más que una amiga indiscreta florecerán espléndidos carmines antes ella no era robusta, ya estaba sobre tu cuerpo blanco. la que más quieres túcomo rosas abiertas mejorada, pero no sólo su dijome que una tarde, en campo de jazmines.
espiritu ha sufrido, sino que también oscura tarde de lluvia y de tormenta, Sonreira tu boca; tu mirada su cuerpo está tan débil que apenas le preguntaste: otra vez cobrará su ardiente luinbre se tiene derecho mientras se le arre¿Por qué no habrá venido. y tu carne hoy marchita y destenida, Lo sé, como imagino recobrará sus tonos nacarinos gla la y sus formas armónicas y espléndidas.
alimento desde la noche del lunes, y en tu delirio cames casino ha probado quesen tus sueños. laberinto de visiones Estatua, maravilla y aunque han pasado algunos dias, y en tu semi vigilia que se descubre ante el asombro tmánime.
tu cuerpo de amapolas y de lirios nada puede decirse de lo que podría me verias muy lejos. resurrectoocurrir.
caminando por sendas infinitas otra vez lucirá, triunfal, magnifico.
cuya meta Él murió justamente una semana estaba al borde mismo de tu lecho. de nuevo, la vida.
después de escrita esta carta, pero Sé también que tus labios La vida cuotidiana: mi madre debía vivir otros cuarenta exangües.
los teatros, las amigas, resecos y quemados por la fiebre, y cuatro años. Podría él haberse las fiestas, los paseos, entre palabras locas el flirt que engaña los tediosos días.
imaginado que, con alegrías de una murmuraban mi nombre.
La sangre ardiente y moza suerte jamás compartida entre ellos prendiendo las en el cuerpo sano.
y de tan larga duración, la vida de ¡Mi pobre amiga!
La salud, mi madre a la él Sé que sufriste mucho; el goce pleno comenzado apenas a de sentirse vivir, lozana y joven, adquirir su ple semanas y semanas nitud? con las alegrías debían vese prolongo tu mal entre agonias.
reidora y bella.
Tu madre y tus hermanas nir sus tiernos, temblorosos camaradas, lloraban a escondidas. y entonces, ah, y entonces los dolores y pesares; otra vez debía y el médico tenia un gesto ambiguo icono en tu mente las visiones nuevas mina cada vez que salia de tu alcoba.
irán difuminando mi recuerdo!
y otra vez hallarse tan enferma que Entonces me verás, como en las horas habríamos de repetir el «sigue con. Cómo la ve, doctor? de fiebre y de agonia, aquél hacia un gesto y apenas respondía.
caminando por sendas infinitas vida, es todo lo lo que podemos decir, pero no ya con rumbo hacia la meta pero todavía estaban a su derredor Dias de angustia.
que estaba al borde de tu mismo lecho; sino en sentido inverso, personas ansiosas de servirla, algu noches de tortura.
en marcha, en marcha larga nas de ellas no nacidas aun al tiem tú, hacia remotas lejanias.
po de morir su padre.
extenuada y febril.
poniendo en cada paso muriendoteTodo me lo conto ella, y por eso joh pobre y dulce y linda amiga mia!
mayor distancia entre tu ser y el mío; más hondo abismo entre tu ainor y el mío.
mis recuerdos del pequeño pueblo rojizo se coloran con los recuerdos Ahora ya estás incjor. Que asi es la vida, de ella. Yo le conocía tal como fue Al sol y al aire amiga, abrieron los balconies de tu alcoba asi es la ingrata vida!
por generaciones, y de repente le vi Cambiar, y su transformación no podia dejar de sorprender a un muchaJosé Valle cho, ya que los primeros años son Guatemala, de muerte de había Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica