Violence

REPERTORIO AMERICANO isi conozco en la literatura Pero ahi están, sin mentira, Una obra definitiva contemporánca una obra en pedazos del alma colombiaque el horror animal se expre en las letras hispanoamericanas na. El yanero con su ruana, se con mayor fuerza que en su potrajón y su soga ginete esta novela del colombiano JoLa Vorágine prodigioso, macho corajudo y sé Eustasio Rivera.
hombre de empresa, buen amiTras los más sencillos fenóCobán, Guatemala, 18 de julio, 1926. go, hospitalario y leal cuando menos de la vida, en el fondo Sr. don Joaquin García Monge no ha conocido la Selva todade las más bellas e inocentes San José de vía. la hembra del yanero, creaciones de la Naturaleza, Distinguido señor Garcia Monge. que para ello es todo, su está la tragedia; lo mismo en Hace cosa de un mes tuve el gusto de enviar a usted mi amante y su socia, más intrela psicologia del asesino que respuesta. al Cuestionario del REPERTORIO AMERICANO acerca de pida si cabe que su hombre: en la génesis del lirio. Este la cuestión editorial en Hispano América; pero aun no he te dicharachera, ingeniosa y pasentido trágico de la existen nido noticia de si usted recibió mi envio, pues de entonces acá ciente para sortear los peligros, cia, observado de antaño por no me han llegado más que dos ejemplares de su admirable salvar las estrecheces, sobrelos poetas, ha hecho y hará las revista.
llevar las fatigas brutales y grandes obras del arte humano.
Ahora me permito incluirle un articulo acerca de la novearrancar a la pampa ilímite con En La Vorágine la tragedia vi.
la del colombiano José Eustasio Rivera, La Vorágine, por si astucia y olvido de si misma, tal es tan intensa, tan desolada usted quisiera utilizarlo para su revista, en donde nada he los ochavos de un modestísimo como en El Infierno y El Fue leido sobre esa obra, para mi admirable, y, según entiendo, pasar, allá en el fondo de una go de Barbusse, como en Sanin muy poco comentada en América a pesar de su importancia fundación pecuaria, perdida en de Artzybashef, como en Dosindiscutible. Estamos mejor enterados de las novedades lilos llanos, entre las toradas futoyewsky y Flaubert, sólo que terarias de Europa que de las nuestras propias; y esto es anoriosas, la erupción hórdica de más bárbara y más especifica.
malo e injusto.
los indios cohibos. que raptan Sea dicho esto respetando, claRuégole aceptar mi saludo y el testimonio de mi singular a las mujeres y degüellan a los ro está, las hondas diferencias aprecio.
varones, y el asalto, aún más de genealogía espiritual, de viAffo.
temible, de las cuadrillas de sión humana, de género y estiC. WYLD OSPINA bandoleros, disfrazados de agenlo entre aquellos libros y el del tes reclutadores de peones con colombiano ilustre.
La Selva del libro de Rivera no es la destino a las caucherías remotas.
La Vorágine no tiene antecedentes supe fabulosa Jungla de Kipling; pero es más Se comprende, que con esta raza soriores a ella en la literatura hispanoameri vívida y tan fuerte como ella. Leer al inbria y maciza, con estos llaneros enjuicana. El Inficrno, Verde, de Alberto Rangel, glés es amar la floresta renovadora, matertos y bravíos, organizados para el heroisqueda reputado por algunos críticos como nal y magnífica, entidad casi diyina que mo, familiarizados con el prodigio de la inferior a la novela de Rivera. Es un libro hace de los cachorros de las fieras y de voluntad, pudiese el homérida Páez realizar que asombra, escalofría luego con atracción los cachorros de los hombres seres integrade sima, y, al volver su última página, deja les, aptos para el goce áspero, pero amalo que consumo, y el genio de Bolívar discon ácido sabor de incurable tristeza, la ble de la vida. Leer al colombiano es exepersar al mejor ejército del mundo en aquel convicción de que ia. malignidad humana crar a la Selva y huir de su espesura entonces, como se dispersa un rebaño de apenas es un reflejo de la espantosa cruel diabólica, que secuestra para siempre al toros al galopar de los potros gineteados dad de la Naturaleza objetiva. Civiliza hombre, lo esclaviza por mano de su semepor demonios blancos y mulatos.
ción. Cultura. quién disfrazó de reali jante, lo afiera con sus miasmas, lo emLa sal de la pampa colombiana se sabodades estas míseras abstracciones, desco bruja con sus soledades, le enloquece con rea en escenas de un graficismo magistral.
nocidas para un turbión de hombres que se su misterio inviolable, que no tiene otra La fuerza de la raza llanera tiene en Ri. debate fuera de ellas, porque ignora su manifestación que el pavor, y finalmente lo un pintor más que un intérprete, existencia o la ha olvidado, como una farsa aniquila con sus plagas minúsculas, ante Léase este pasaje admirable: inútil, en el desierto sin remisión y en la cuya voracidad arrasadora el apetito de los selva sin salida?
tigres hace sonreír el cauchero del Ama Entre tanto que aseguraban las El libro de Rivera no es fruto de imagi zonas.
puertas de los reductos liándoles grue.
nación sustentada en visiones y experien No era posible escribir La Vorágine en sos travesanos, acudieron las muje.
cias realistas, según el tipo más generali castellano académico, ni a la manera usual res a contemplar por entre los cla. zado de la novela contemporánea. Es, más de los escritores puristas. El ambiente vital ros del palo del pique, la yeguada bien, el relato de una tragedia cuotidiana, inimitable de la obra se lo da, en buena pujante, que se revolvía en circulo, escrito sin regateos a lo horrendo, sin con parte, el gran acopio de provincialisganosa de atropellar el encierro. Alicesiones a la sensibilidad domesticada. Só mos que no deben tener traducción en cia, que traía en la mano la tela de lo el sentimiento de esa armonía superior lenguaje alguno, ni menos han de ser suslabor, chillaba de entusiasmo al ver que rige a la creación de los poemas, re tituidos por términos muertos, producto de la confusión de ancas lucientes, crines corta lo superfluo, lo tartamudeante, lo ex. frios análisis filológicos. Rivera no huracanadas, cascos sonoros. Aquel traño a la belleza de la obra. La terrible cuida de tales cánones, ridiculos cuando se para mi! Este es el más lindo! Miren verdad esplende asi más clara, más eviden trata de trasladar al papel la vida en los el otro cómo pateal y de los ijares te, a través de los episodios de una aven términos de la vida misma. Ni tan siquiera convulsos, del polvo pisoteado y de tura que más parece confesión arrancada a nos da las acepciones de su léxico provin los relinchos rebeldes, ascendía los antros vitales por la violencia de una cial, criollo de aquellas comarcas semi des hálito de alegría, de fuerza y brutali.
sinceridad salvaje.
conocidas. Porque a su pobre patria dice dad. Correa estaba feliz.
La Vorágine está escrita en un estilo a el novelista no la conocen sus propios hi Cogimos el resabiao! Es aquel pa.
las veces fastuoso y atropellado como el jos, ni siquiera sus geógrafos. Apenas estemblor de los ríos amazónicos. Algunas tán subrayados, según el autor. los prodrote negro, crinúo, patiblanco! Se le páginas son poemas. Otras son elegias. vincialismos de más carácter. La pureza yegó su día, y más vale que no hubiera Otras son apostrofes. Pero con frecuencia, gramatical nunca ha servido para hacer nacio! No he visto zambo que no le el lenguaje es de una concisión y de un obras maestras.
tenga mieo, pero ya dirán ustées si vigor descriptivo como no se hallan sino tumba al hijo e mi mamá!
en los máximos novelistas modernos. 1) Publicada en el número del tomo en curso. Mulato condenao. qué vas a hacer?
vera se Lil Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica