122 REPERTORIO AMERICANO sas olas de pueblo, algunas di religión, un héroe sin espada. palabra, con el esfuerzo y con su vida debe, pues, convertirse visadas de rojo, seguían tras Un santo laico, un héroe civil. el ejemplo, el que sabe triun en gloria de España, que lo el lucero conductor.
Esta es, precisamente, la más far a fuerza de tenacidad y de produjo; en patrimonia común Apenas fallecido Pablo Igle rara especie de santos y de honradez por encima de todos de los hombres.
sias, ha hecho, su resurrección héroes, la especie de héroes y los desfallecimientos, de todos Hay que escribir pronto la en la conciencia, popular, sin de santos que todos los pueblos los obstáculos, de todas las ca «Vida de Pablo Iglesias. y no esperar al tercer día. Su vida y principalmente España lumnias: el santo laico, el héroe permitir que su memoria se pura, bumilde, luchadora, bene necesitan.
civil, un Pablo Iglesias, eso es amengüe o disfigure. Que no se ficiente, magnífica, ha sido Encerrarse en un convento, lo raro, convierta en vaga leyenda sin evocada, enaltecida. Palabras o irse al yermo a esperar la ¿Se dejará que la gran leccrédito la verdad de su gransentidas, palabras verdaderas, egoísta, salvación personal, y ción de esta vida vaya a per deza moral.
palabras justas, han hecho com no hacer mal a nadie ni tam derse. Se permitirá que sólo Hombres como Besteiro, como parecer como de golpe toda poco bien lo hemos visto a se conserve entre las tradicio Luis de Zulueta, como Fernando aquella existencia ejemplar, la menudo. Cansados estamos de nes de un solo grupo de homde los Ríos, nos deben una obra. entera, levantada minuto. zurdos violentos que arremeten bres? Los que fundan un par «Vida, de Pablo Iglesias. Una por, minuto, dia a dia, año tras contra todo, resuelven los pro tido o lo sirven perduran dentro «Vida» breve, clara, muy bien año. de aquella voluntad crea blemas a estocadas y, sin be de ese partido. Pero Pablo Igle escrita, para poner en las madora.
neficio para nadie, salvo para sias que estaba lejos de ser nos de los niños españoles de. Hemos podido admirar al Hér ellos, sacan las manos y la un hombre de genio no mereambos mundos y que se pueda cules en sus trabajos, al Cristo conciencia sucias de sangre. ce, sin embargo, ser reducido traducir y difundir en todas en::su, martirio, al San Pablo Pero el hombre de ideal defi a notabilidad de la Casa del las lenguas.
en su apostolado. todos con nido y generoso, el que trabaja Pueblo. BLANCO FOMBONA vienen en que ha muerto un por el bien de sus semejantes, Trabajando por las clases me(El Sol, Madrid. santo y un héroc.
el constructor de cada minuto, nesterosas de su país sirvió a cvičQué especie de santo. Qué el que guía los rebaños de España entera fué un beneNoticia. Más de cien mil personas concurrieron al enespecie de héroe? Un santo sin hombres, el que sirve con la factor humano, El ejemplo de tierro de Pablo Iglesias.
Dos artículos de José Carner inducción tentadora para prodigarse, ni luego exige respeto alguno. Deja que la hollemos en la cumbre, o en Tomados del Diario de Costa Rica. San José, un borde de carretera, o aún al pie de una casa en construcción. Con La hierba florecillas de color amarillo o malva idéntica buena voluntad otorga su sonse nos brindan para nuestros som. risa al prado alpino, que sólo cruzan. don JOAQUIN GARCÍA MONGC breros o para la cintura de las muje. las hadas y los gamos, y a la fealdad res; una abeja desperdigada motiva suburbana donde se agostará en veLa pobrecita gente que vive en las escenas de considerable agitación y rano, emitiendo una especial fragancasucas. ciudadanas puede go cuando uno se va, los grillos le dicen cia que no aprecian lo bastante los zar: en las tardes dominicales de una realmente adiós.
toscos individuos que poluyen el tabella mansión alfombrada, llena de Pero no constituyen el grande atrac piz viviente con desechos y envoltoblandos cojines, al modo oriental; puede tivo de aquella rusticación tales epi rios grasientos. La hierba tiene, con tenderse en el ocio: próspero, como sodios menudos, añadiduras pintores todo, sus aspiraciones. Le gustaria ser, si fuese rica puedė tejer idilios bucó cas a una emoción esencial. El grande de vez en cuando, acariciada por el licos sobre un fondo de naturaleza, atractivo es que os confundís con la sol que se filtra a través de las hojas como los enamorados de las óperas. hierba. Os volveis flexibles y humil. de un arbolillo. Le encantaría orlar la todo eso no cuesta un ochavo. Basta des como ella: la paz sedante os im cinta lustrosa de un regato. Pero si hallar un declive o una margen tapi pregna el espíritu. No pedis ia la vida: no lo consigue, no por eso deja de ząda de hierba en las afueras. Al pie más de lo que ella os entrega. Parece sonreir.
de unos baluartes o junto a un rio, que al quitaros el saco para emplearlo. Cuando os levantáis de la hierba en el estribo de una colina 0, posi guisa de almohada, os hayáis des porque las lucecillas de la ciudad, finablemente, en un semi despoblado de pojado de todo intimo prurito de mal mente plateadas, os llaman, sobrepóarrabal, columbrando aún la chimenea humor. Estábais algo peleados con nese al sentimiento por tener que de una fábrica, uno puede correr y ella y sin saber, cómo ni por qué, el. abandonar la hierba, un especial esyacer y sentarse, y merendar, y ace resentimiento se desvanece. Os creíais tado de ánimo. Sabéis que en la blanchar las transformaciones de la luz, objeto de una metódica malquerencia cura polvorienta del camino y junto desde el oro insoportable al cardeno de la suerte, y descubris, de golpe, a las tapias os esperan las pasiones piadoso, y acordarse de viejas melo la suavidad de la paciencia. Os resig y las preocupaciones de todos los dias inefables, y seguir fantásticamente náis a la pequeñez de vuestra vida, días. Volveréis a experimentar la inla orgullosa carrera de las nubes, y nota secundaria y casi invisible en la terior revuelta o la acidez en la boca.
acechar la aparición de la luna con armonía del mundo. El mismo tránsito Querréis obstinaros en vuestras maun renacimiento de infantiles alegrías. de la muerte se trueca, mentalmente, nías, no sabréis negaros la áspera La hierba es humilde y contemplaen cosa fácil: de yacer en la hierba satisfacción de refunfuñar. Pues bien, tiva, y nos proporciona juegos y es a yacer bajo la hierba, no hay más toda aquella categoría de fantasmas parcimientos serenadores. Bajo un rayo que un paso. El verde alegra los ojos gruñones y tempestuosos. con sus de sol viene la cochinilla a caer en del caballo y purifica el corazón del máscaras. y puñales y linternas sornuestra nuca, 0, episodio aún más hombre.
das, os causa, a su regreso, una esexcitante, en la de la amada; mecido Diríase por otra parte, que la hierba pecie de satisfacción. Cuando yaciais por el viento, un tallo esmeralda nos se da cuenta de su oficio. Entrégase en la hierba os parecía que la vida hace cosquillas: en. el oído; algunas con ánimo sencillo. No necesita una de todos los días no era vivir. Pero Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica