3 10 REPERTORIO AMERICANO El descontento y la promesa; en busca de nuestra expresión Por Pedro Henríquez Ureña ropa, nutriéndose de imitación, sin ojos para el mundo que los rodeaba; olvidan que en cada generación se renuevan, desde hace cien años, el descontento y la promesa.
Existieron, si, existen todavía, los europeizantes, los que llegan a abandonar el esMaré grandes cosas: pañol para escribir en francés, o, por lo lo que son, no lo sé.
menos, escribiendo en nuestro propio idioma ajustan a moldes franceses su estilo y hasta AS gozar de independencia, no sólo política, piden a Francia sus ideas y, sus asuntos.
inscribimos, desde hace cien años, en sino filosófica y literaria. entre los jóO los hispanizantes, enfermos de locura nuestras banderas de revolución espiritual. venes a quienes arrastro consigo, en aquegramatical, hipnotizados por toda cosa de ¿Venceremos al descontento que inspira Ila generación argentina que fué voz contiEspaña que no haya sido transplantada a tantas rebeliones sucesivas. Cumpliremos nental, se hablaba siempre de «ciudadanía estos suelos.
la ambiciosa promesa?
en arte como en política» y de «literatura Apenas salimos de la espesa nube coloPero atrevámonos a dudar de todo. Estos que llevara los colores nacionales nial al sol quemante de la independencia, Nuestra literatura absorbio ávidamente crimenes son realmente insólitos e imperdosacudimos el espíritu de timidez y declara agua de todos los rios nativos: la naturanables. El criollismo cerrado, el afán namos señorio sobre el futuro. Mundo virgen, cionalista, el multiforme delirio en que coinleza; la vida del carnpo, sedentaria o nolibertad recién nacida, repúblicas en fer made; la tradición indigena; los recuerdos clden hombres y mujeres hasta de bandos mento, ardorosamente consagradas a la in de la época colonial; las hazañas de los lienemigos, es la única salud? Nuestra preomortal utopia: aquí habían de crearse nue bertadores; la agitación política del mocupación es de especie nueva. Rara vez la vas artes, poesía nueva. Nuestras tierras, mento. La inundación romántica duró muconocieron, por ejemplo, los romanos: para nuestra vida libre, pedian su expresión. cho, demasiado; como bajo pretexto de ellos, las artes, las letras, la filosofía de los inspiración y de espontaneidad protegió la griegos eran la norma; a la norma sacrifiLa independencia literaria caron, sin temblor ni queja, cualquier tradipereza, ahogó muchos gérmenes que espeEn 1823, antes de las jornadas de Junin raba nutrir. Cuando las aguas comenzaron ción nativa. El «carmen saturnium. su «very lyacucho, inconclusa todavía la indepen a bajar, no a los cuarenta dias bíblicos, sada criolla. tuvo que ceder el puesto al dencia política, Andrés Bello proclamaba la verso de pies cuantitativos; los brotes ausino a los cuarenta años, dejaron tras si independencia espiritual: la primera de sus tremendos herbazales, raros arbustos y dos tóctonos de diversión teatral quedaban aplasSilvas americanas, con la que simbólica. copudos árboles, resistentes como ombúes: tados bajo las ruedas del carro que traia ent habia de encabezar Juan Maria Gu el Facundo y, el Martin Fier de casa ajena la carga de argumentos y tiérrez nuestra primera grande antologia, la formas; hasta la leyenda nacional se retoEl descontento provoca al fin la insurrecAmérica poética, de 1846, es la alocución a caba, en la epopeya aristocrática, para ención necesaria: la generación que escandala poesia. maestra de los pueblos y los lazarla con Ilión; y si pocos escritores se lizó al vulgo, bajo el modesto nombre de reyes. para que abandone a Europa, que atrevian a cambiar de idioma (a pesar del modernista, se alza contra la pereza románes luz y miseria, y busque en esta orilla. tica y se impone severas y delicadas disciejemplo imperial de Marco Aurelio, cuya del Atlántico el aire salubre de que gusta plinas. Toma sus ejemplos en Europa, pero prosa griega no es mejor que la francesa su nativa rustiquez. La forma es clásica; la de nuestros amigos de hoy. el viaje a piensa en América. Es como una familia.
intención es revolucionaria. La segunda de decía uno de ella, el fascinador, el desAtenas, a la desmedrada Atenas de los las Silvas, tres años posterior, al cantar la lumbrante Martí. Principio por el rebusco tiempos de Augusto, tuvo el carácter ritual agricultura de la zona tórrida, mientras esde nuestros viajes a Paris, y el aconteciimitado y está ya en la elegancia suelta y cuda tras las pacíficas sombras imperiales miento se celebraba, como ahora con el concisa y en la expresión artística y sincera, de Horacio y de Virgilio el «retorno a la obligado banquete, con odas de despedida breve y tallada, del sentimiento personal y naturaleza. arma de los revolucionarios del como la de Horacio a la nave en que se del juicio criollo y directo. El juicio criollo!
siglo XVIII, esboza todo el programa «siglo embarco Virgilio. El alma romana halló exO bien. esa literatura se ha de ir a la xix» del engrandecimiento material, con la presión en la literatura, pero bajo preceptos que ensancha y revela, a la que saca de la cultura como ejercicio y corona. no es extraños, en medio de la imitación erigida corteza ensangrentada el almendro sano y aquel patriarca, creador de civilización, el en método de aprendizaje.
jugoso, a la que robustece y levanta el coúnico que se enciende en espíritu de inicia razón de América. Rubén Darío, que en Ni tampoco la Edad Media vió con verción y profecía: la hoguera anunciadora las palabras liminares de Prosas profanas güenza las imitaciones; al contrario, todos salta, como la de Agamenón, de cumbre en detestaba «la vida y el tiempo en que le los pueblos, a pesar de sus caracteristicas cumbre, y arde en el canto de victoria de tocó nacer. paralelamente fundaba la Reimborrables, aspiraban a aprender y aplicar Olmedo, en los gritos insurrectos de Here. vista de América, cuyo nombre es programa, las normas que daba la Francia del Norte dia, en las novelas y las campañas humaniy, con el tiempo se convertia en el autor para la canción de gesta, las leyes del trotarias y democráticas de Fernández de Lidel yambo contra Roosevelt, del Canto a lu var que dictaba Provenza para la poesia zardi, hasta en los cielitos y los diálogos Argentina, y del Viaje a Nicaragua. Rolírica: y unos cuantos temas iban y venian gauchescos de Bartolomé Hidalgo.
dó, el comentador entusiasta de Prosas de reino ci reino, de gente en gente: proeA los pocos años surge otra nueva ge. profanas, es quien luego declara, estudiando zas carolingias, historias célticas de amor neración, olvidadiza y descontenta. En Eu a Montalvo, que «sólo han sido grandes, en y de encantamiento, fantásticas tergiversaropa, oíamos decir, o en persona lo veiamos, América, aquellos que han desenvuelto porciones de la guerra de Troya y las conel romanticismo despertaba las voces de la palabra o por la acción un sentimiento quistas de Alejandro, cuentos del zorro, los pueblos. Nos parecieron absurdos nues americano. danzas macabras, misterios de Navidad y tros padres al cantar en odas clásicas la Ahora, treinta años después, hay de nuevo de Pasión, farsas carnavalescas. Aun el romántica aventura de nuestra independen en toda la América española juventudes in idioma ajeno se acogia con la moda literacia. El romanticismo nos abriria el camino quietas, que se irritan contra sus mayores ria: el gallego, en Casiilla, con la poesia de la verdad, nos enseñaría a completarnos. y ofrecen trabajar seriamente en busca de de amor; el francés, con la épica, en Italia; Asi lo pensaba Esteban Echeverría, escaso nuestra expresión genuina.
el provenzal, en regiones varias. Se peleaba, artista, salvo en uno que otro paisaje de sí, en favor del idioma propio, pero contra Traición y rebelión líneas rectas y masas escuetas, pero claro el latín moribundo, atrincherado en la Uniteorizante. El espíritu del siglo decia Los inquietos de aliora se quejan de que versidad y en la Iglesia, sin sangre de vida lleva hoy a las naciones a emanciparse, a los antepasados hayan vivido atentos a Eu real, sin el prestigio de las Cortes o de las. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica