REPERTORIO AMERICANO 323 el mar.
ERNESTO RENÁ. La afable Ninon, da e informe de las almas. Las almas ridiculo. Elamor es funesto y delicioso.
al referirse a mí, ha esbozado el re flotan en los recintos perpetuos como Yo, maestro, he sido una enamorada.
trato de un catedrático de espiritu copos de bruma. Poseen en ese es PRIMERA MUJER. La historia del amor yerto, contenido, reflexivo, prudente, tado indeciso de soplo la aptitud de y de todos los amores está en la de corazón monótono y pausado como recordar, de revivir en lo eterno lo música de Beethoven. Beethoven es la máquina de un reloj. No me ex fugaz de los días sabrosos? El hom y será el músico sumo del amor. Por traña. Las almas son inaccesibles a bre no es más que la memoria de lo eso es tan triste y por eso hallamos las almas. Quién se animaría a decir: que sumó en su tránsito por la tierra. en su expresión melodiosa lo que la yo conozco la conciencia de este o Si no recuerda en el otro mundo lo vida no puede proporcionarnos. En de aquel hombre, yo conozco la con que su existencia enhebró de frívolo, sus sonatas se cierne un aliento, un ciencia de esta o de aquella mujer? de terrible, de perdurable, ya no es impetu que tiende a la alegria sagraMuchos han dejado escritas sus me su propia sucesión y, por lo tanto, da que buscó con desesperada consmorias. Nadie nos ha dejado sus con es otra vida, o sea la muerte, que tancia y que jamás aprisionó en sus fidencias. Nadie se ha expuesto al es el olvido completo. El mundo tiene notas. El amor es la aspiración a esa juicio de los demás en lo que está por eje prosiguió mi amiga una ley alegría cálida mística que confina separado de su existencia exterior. de inflexible perversidad. El Paraíso, en el éxtasis y en la gracia. Por eso PRIMERA MUJER. Nuestra vida pro que recoge. las almas meritorias, las su equivalente es la muerte, porque funda es imaginativa. Copia en sus disuelve en hálitos inconsistentes. El en ella acaba como agua del río en sobresaltos vanos las angustias que premio de los condenados es más forjamos en el sueño, en el sueño apetecible. Son conducidos, en el mol APOLODORO. Deduzco de lo que venenoso que nos rige mientras esta de de su cuerpo, a las calderas, a decimos que el mal no está en la mos despiertos. Es la aventura subli los plomos hirvientes, a la lluvia de muerte sino en el comienzo de la me y pueril cuyas líneas esfumadas chispas del Infierno. Al ser castiga muerte, que es la vida.
dibujamos con una complacencia mor dos por sus culpas, se les conserva ERNESTO RENÁN. No tengo un contificante. si no fuese asi, el hombre la personalidad que tuvieron en el cepto tan desolado. La vida es bella no hubiese llegado a las ideas y a bajo suelo al contraerlas. Se sobre cuando no rueda en el vacío. Hay la poesia: La vida es una obra de viven para el castigo. así la adúl. que nutrirla de recuerdos. He escrito arte. Qué es una obra de arte sino tera, la pecadora, por ejemplo, se obras para los demás; me he confeuna historia inventada de amor que eterniza por los siglos de los siglos, sado como filósofo, como pensador, corta la muerte?
renovando el goce prohibido, el mo como artista. Pero mi vida se lleno SEGUNDA MUJER. Los espíritus do mento incomparable que originó su con el recuerdo, el recuerdo que me lientes vinculan el amor con la muerte. condena. De esta manera me habló hizo temblar de plácida zozobra al Es la más espantosa y la más em aquella mujer dilecta entre todas las dialogar con ustedes sobre estas cuesbriagadora ilusión de la eternidad. mujeres tiones insolubles, que dejan en cada APOLODORO. La muerte estremece a NINón. En el recuerdo de la gente uno que las provoca una vaga. conlos mortales y nunca han logrado, al somos lo que fuimos en la vida.
goja.
aludir a su aproximación sigilosa, es APOLODORO. La buena ciencia se PRIMERA MUJER. Es lo que un amantremecernos con sus discursos. reduce quizá a vivir apresuradamente te no podría decir al arrimarse el ERNESTO Renán. La amiga de la y amar las cosas en su apariencia. momento en que uno ve velarse los cual les he hablado, ensombreció una Si esto es lo cierto, no tendria de objetos y el frío comienza a invadirle.
vez mi pensamiento contándome lo qué arrepentirme. Ninón habria SEGUNDA MUJER. Es el tibio consueque sentia al meditar en el fin. Con vivido la vida más envidiable. lo del enamorado, del que ha conoversábamos en la penumbra de su PRIMERA MUJER. Quién es capaz de cido la otra voluptuosidad, la volupsaloncillo azul. Creo que era azul. discernir entre lo cierto y lo incierto? tuosidad melancólica de crearse un Cuando la visitaba, el tiempo se me Cierto es aquello que creemos que culto y que, a veces, ignora la diviiba en mirarla con disimulo y recato, lo es porque asi lo imaginamos. nidad que lo origina.
en fijarla dentro de mí, en absorberia NINÓN. Lo cierto es lo que adula NINÓN. Esos razonamientos no me como un perfume. Dijome, pues, que a nuestros sentidos y halla su con sorprenden. Estoy acostumbrada al la muerte solía obsesionarla. Se des firmación al satisfacerlos. Por eso razonamiento. Si volviera a vivir, volpertaba a menudo y la sentía al lado creo que el amor es lo que yo prac vería a mi hotel de Paris a reir con suyo, como si la espiara y la aguar tiqué.
mis amigos, a entregarme aturdida y dara. No es para mi explicóme un ERNESTO RENÁN. Hablo como un delicadamente, no al amor, sino a los concepto, una idea. Es una realidad. hombre que no ha tenido juventud. amores.
Me acongoja y experimento la ho Me preocuparon en la adolescencia ERNESTO RENÁN. Si regresara no.
rrenda pesadilla de imaginarme fene temprana los trabajos. intelectuales. tengo deseos de ello al turbio trozo cida, con la coherencia punzante de Cuando la edad me permitió enten de tierra en que se congestiona la los recuerdos y con la certidumbre der abarcar el grande misterio, humanidad, reanudaría, probablemenestranguladora de que he cesado y habia perdido ya el aplomo con que te, mi existencia laboriosa y obstinanada de lo que fui, de lo que repre el joven y el amante dominan a la da. Sonreiria para el mundo con la sentó el anudamiento imponderable mujer. Por tal causa encerré la ri sonrisa que viene de Voltaire, mas de mi sensibilidad, prosigue más allá queza estéril de mi sentimiento en el en el crepúsculo seguiria frecuentande ese limite de niebla. Agregó: la pudoroso silencio de la adoración. do con paciente inutilidad a la exinmortalidad del alma es una reac No hay que confundir a los enamo quisita mujer, y seguiria contemplánción contra la muerte, una defensa rados y los amantes. El amante rea dola, temiéndola, embebeciéndome en contra aquello que es el definivo mu liza un deseo o se exalta en una su palabra, para no olvidar la suave tismo en torno del ser. Mas, los que vanidad. El enamorado cultiva un melodia de su voz ni el armonioso creen en esa inmortalidad la presen ideal. La mujer no lo prefiere. Elige donaire de su gesto. como en la tan como algo tan inaprensible y tan al amante y se enorgullece, a la vez. vida anterior, moriría sin que ella confuso que agrava a la muerte mis con el rendimiento un poco ridiculo supiese que mi vida ha sido doloroma con una especie de caricatura del enamorado.
samente grata, porque se la destiné siniestra de la vida. Es la vida dilui SEGU NDA MUJER. En el amor no hay en ofrenda. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica