Feminism

152 REPERTORIO AMERICANO) Maria Eugenia; sobrecoge la responsabilidad de poner fin a este acto en el que acabamos de es.
cuchar voces tan elocuentes y conmovedoras. Qué podría decir yo ahora que fuese digno de esas voces y de la inteligente atención de este auditorio? Sólo me queda dejar hablar sencillamente a mi corazón.
María Eugenia Vaz Ferreira se fué de la vida inesperadamente, sin que muchos de sus amigos pudiésemos acompañar sus restos hasta la tumba. Triste destino el suyo! Siempre es gran desgracia morir joven cuando se ha nacido con dones de excepción que podrían aún deparar el tiempo mediante. los mejores frutos de oro para las cosechas del espíritu. ese es el caso de María Eugenia. Murió en plena juventud; su, barco. encalló en las sombrías costas, de la muerte cuando aún lle: vaba las velas ampliamente des plegadas, abiertas como alas al viento de la tarde, antes de la hora crepuscular en que los barqueros buscan el refugio de las ensenadas tranquilas y dejan caer lacias las lonas de los mástiles como brazos fatigados a lo largo del cuerpo. Antes de morir del todo, unos meses antes, la habia apartado de nosotros esa ola siniestra que bate a intervalos el cerebro de ciertos elegidos procurando el instante de abandono o de cansancio que le permita arrebatar traidoramente un espíritu hacia los abismos de la inconsciencia, donde se disuelve y exongue la personalidad. eso es, sin duda, más triste todavía, si ha de ser irreniediable y definitivo, que la misma erte total. Pero no pensemos que ésta ha de ser saludada como una liberación o tolerada como una terminación prevista y hasta deseable, cuando lo que consideramos es la desaparición, en una u otra forma, de un bello espiritu, fecundo y fulgurante, y esa desaparición significa uma desgracia muy grande para todos nosotros, porque empobréce nuestra vida y apaga un astro en nuestro firmamento.
En la historia literaria del Uruguay, María Eugenia Vaz Ferreira ocupa un sitio que 110 puede serle disputado por nadie. Es cronológicamente nuestra primera poetisa. Es la primera voz femenina que se alza en nuestro medio con un claro timbre del lirismo noble y puro, dora, hicieron flamear ell son de guerra los estandartes suntuosos del modernismo, adop(l ersión taquigrafica del discurso tando la paternidad de Rubén del doctor EMILIO FRIGONI en la Universidad de Montivideo. Dario, de Verlaine, de Samain, de Laforgue y siguiendo las huellas del argentino Lugones, altos númenes que en el cerebro de Herrera y Reissig se transfiguraban como metales preciosos en un crisol de alquimia y salían transformados en sustancia de nuestro poeta, en un nuevo metal para la impresión de su propio sello característico. Otros, acaso los más jóvenes, hacían su obra sin enrolarse en capilla alguna, perorenovando, también de verdad el espíritu y los modos de nues.
tra poesía. Entre éstos, María Eugenia Vaz Ferreira, diestra amazona de Pegaso, Walkyria delicada y soberbia, hacia oir su canto de juventud; y casi en seguida, otra gran poetisa, una adolescente genial, Delmira Agustini, se lanzaba tras ella en un vuelo magnifico que fué asombro y maravilla de las al. mas espectadoras.
Delmira Agustini en una como embriaguez de sinceridad femenina, desnudó por completo su alma amorosa y produjo en los ojos atónitos el deslumbramiento de Friné, sagrada e intangible en la sublime impudicia de su belleza sin velos. Ella se atrevió a decir con estupenda exaltación lo que las poetisas habian callado hasta entonces. Ella realizó en el campo de la poesia una revolución política, una afirMaría Eugenia Vaz Ferreira mación enérgica de feminismo Apunte original de CARLOS CASTELLANOS literario por la cual quedó proclamado el derecho de la mujer a, por último, un viejo número de Pegaso. Cuando tenga a expresar, como el hombre, las espacio, dediquelo a Afaria Eugenia Vaz Ferreira, la sormás reconditas inquietudes de prenulonte poetisa uruguaya: ahi van versos de ella y, entre su vida sentimental, los estreotros homenajes, un discurso de Emilio Frugoni que me llama la atención porque, después de haber hablado con elomecimientos reales de su sengio pleno de Maria Eugenia y de Delmira Agustini, cuando sibilidad y de su carne, la conparecía no quedarle nada que decir sobre ninguna otra poe.
fisa del Uruguay, halle frases maravillosas para Juana de fesión de sus vitales dichas de Ibarbourou. PEDRO HENRIQUEZ URCSA. Fragmento de carta al amor y de la turbación aluciEditor del Rep. Am. nante de sus sentidos. Ella grito todo eso con una crultante osadia y una fuerza inesperada.
tan distinto del acento balbu aunque no con más conciencia Pero injusto seria desconocer ciente y opaco de quienes haceri artistica, otras jóvenes musas que, precediéndola, Maria Euversos sin poesia. Antes que nacionales. Surgió cuando tras genia Vaz Ferreira habia dicho ella, otras mujeres hubo, muy Zorrilla de San Martín y Roxlo, su palabra de mujer iniciando pocas, que cantaron, pero sin cuyo estro romántico, reaccio esa tendencia a la sinceridad conseguir poner en el coro de nando sobre la chatura anterior, de la emoción femenina, que la poetas de su tiempo, una nota marca una época brillante de la otra habia de llevar a las más.
saliente e inconfundible. Ella poesía uruguaya, una nueva ge intensas expresiones con el arrehizo oir por primera vez en la neración de poetas venía a re bato erótico de su estro. Ade.
lirica nacional un hondo y des novar formas y ritmos. Hubo en más. quién podía aventajarla nudo grito de mujer, abriendo esa generación quienes, rodean en hondura reflexiva de pensala senda por donde habrían de do la destacada figura de He miento poético y, en trascenlanzarse con más audacia y más rrera y Reissig, el mayor de dencia espiritual, a ella que haavasallador impulso instintivo, todos en edad y potencia crea(Pasa a la pagina 151. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica