2 10 REPERTORIO AMERICANO Armando Zegri se refiere a Recogimiento ¡Quién pudiera seguirte en el barro y yo, en cambio, a ellos, mala fantasia al que vuelves espíritu, luz y verdad! que hace de mis cuentos cátedra de llanto Te vas.
con su inculcar lento de melancolía.
Mujer, en desesperado sollozo Un cuartito de hotel.
New York, 14, setiembre, 1926. digo de mi debilidad.
Te vas.
Un cuartito de hotel lindo y desconocido: Sr. Rogelio Sotela ¡Maldigo la gracia doliente horizontes azules, focos esmerilados San José de que no consiguió liacerme amar!
en donde entramos juntos, absortos y turbados Estimado amigo: por el fiero imposible que habiamos vencido.
Hace varias semanas que recibí y lei su Te vas.
libro. No le escribí antes, con mayor oporÉl me beso en la boca. Yo le entregué rendido tunidad, debido a que cuando su obra llegó Cabellera rubia.
el cuerpo frágil dulce, de niño exterüado. Oh, reposo indecible después de lo pasado. a mis manos estaba yo convaleciendo, en la cama de un hospital, de una severa opera: Cabellera rubia. Oh, delicia inefable después de lo sufrido!
ción de apendicitis.
color de oro y azafrán. Yo no senti rubor de ini carne desnuda. Su libro me ha entusiasmado. Usted reiOjos ingentios, Me ahogaba la dicha como una mano ruda vindica al trópico. Quiero decir que por la claros ojos ingenuos de ingenuo estudiante y el cristal de mis ojos se enturbiaba de llanto, espontaneidad, por la transparencia, por la alemán mientras él, de rodillas, con sus besos furtivos, falta de oropeles el estilo de su obra merece Ademanes breves, abrasaba el marfil de mis pies sensitivos los mayores elogios. Gran parte de la litepalabra que se traba al hablar.
con la fiebre ardorosa de su boca de santo. ratura ibero americana de las «tierras solaEn su mirada pura res» se caracteriza por una continua exalque se extiende como un velo cuando quiere Niño tación pseudo lírica y exceso de palabras mirar, Pedacito de carne rubia vanas. Todavia no hemos dejado de ser del hay la dulzura de pliegues dé seda extendidos.
con hebras de sol en el rostro.
todo indigenas y se nos ocurre que para ¡Y hace palidecer su mirar!
Carrillos sonrosados como frutas, que una nariz humana sea bella hay neck Sus cabellos rubios tientan por lo infantiles a la caricia maternal pequeños pies inútiles que adoro, sariamente que colgarle una argolla. Me cuerpecito encendido de besos, gustaría analizar su obra, o más bien comeny mis manos la intentan manecitas con menudos hoyos, tarla o glosarla en una forma más extensa; pero se paraliza su afáu.
átomo azul caido entre mis manos pero ahora le escribo a la carrera y en Su palabra es sencilla, y que bebo a besos sonoros.
desorden. Quisiera también hablarle sobre pueril en su dificultad, Maravilla otorgada a mi vida, algunos detalles de su libro: porque hay y cuando quiero responderle no obedecen mis labios jamás.
única que colma mi asombro.
reflexiones, maneras de ver las cosas, maNiño que crece entre mis brazos nera de explicar ciertos fenómenos y modos Tiembla mi espiritu a su lado. Me ciega como un astro frente a mi rostro.
de expresión que revelan una personalidad conio el sol. No sabia que hubiera en mis entranas firme; personalidad que para mi era, casi ino lo puedo mirar!
desconocida.
Mi corazón se nubla todo sol, resplandor y oro!
Le agradezco su libro y le ruego que 110 cuando en el suyo intenta escrutar Mi pensar inocente. deje de mandarme otros. Créame que opino y veo aparecer en su mirada con sinceridad que a América le hace falta los fantasmas del más allá.
Mi pensar inocente se había gente que escriba con la sencillez que usMe pierdo en su Universo, y, pequenita, ruedo, aquilatado como agua de un lago.
ted escribe, que piense con la originalidad a sus pies, para no levantar. una sola palabra debia con que usted piensa, con la misma falta y aunque tienda la mano para alzarme producir en las aguas estrago!
de aparato y sobre todo que ponga en lo no lo logrará Mi virtud se dobló estremecida, que escriba la misma transparencia, sinceriiy he de quedar. con la frente en el polvo, mis silencios quedaron llorando.
dad y profundidad que hacen tan agradahundida en el polvo la faz!
Como copa de un árbol, mecida bles y valiosos sus escritos.
de ancho vicnto, he quedado temblando. Lo saluda muy cordialmente, Niños ¡La palabra del nombre de un hombre ARMANDO ZEGRI me cstrechó como fiera en sus brazos!
Consulado de Chile.
Los niños se agrupan en mi derredor.
Desatado huracán el tu nombre, New York, City.
Cuentos y más cuentos piden incansables.
Las niñas prefieren los cuentos de amor cómo ha roto mi olvido en pedazos!
y los niños otros cuentos más amables, UNIVERSITARIO y gustan así, de guerras y viajes, Encerrado en.
Organo de la Asociación Intelectual Americana de astucia, de ingenio y de oro escondido.
Encerrado en mi frágil pecho Eas niñas exigen descripción de trajes, En el afán de que los escritores de Amémi corazón palpita cansado.
rica castellana lleguen a un conocimiento y los niños que el ogro resulte vencido.
Yo estoy sumergida en mi lecho estima mutúos de todos sus valores intelecPara conseguir cuentos de mi boca para evocar mejor el pasado.
tuales, Universitario ofrece a todo abonado un una pequenita me ruega en voz queda, otro, con sus labios, mis dos manos toca, No te he visto ni te he sentido, cuarto de página para anunciar sus obras.
y otra, hecha un ovillo, a mis plantas rueda.
pero llenas todo mi ambiente: Universitario aspira a ser la tribuna libre percibe tu acento mi oido, de todos los americanos y ofrece igualUna, regalona, se trepa en mi halda y la más mimosa, acariciadora mi corazón andar te siente.
mente sus páginas a la colaboración de cuantos se adhieran al movimiento americon sus besos puros mi mejilla escalda No sé qué suelo estás pisando, insinuante ya y tentadora.
ni cuál aire estás respirando, cano (Latino Ibero Americano. Quiero un cuento nuevo. el mayor me grita. ni qué amor te tiene obsedido.
UNIVERSITARIO «Yo, Caperucita» dice una adorable, Pero mi pasión imbécil y terca, Revista trimestral. Square Caulaincourt.
y otra, dulce, agrega su piedad amable: te siente cerca, cerca, cerca. No, porque se comen a Caperucita. París XVIII Los niños me dan olvido y encanto iPese al espacio y al olvido!
Abono: Francia 20 frs. Extranjero 24 frs. Imprenta y Libreria Alsinu. San José de Costa Rica Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica