REPERTORIO AMERICANO 295 Prólogo de Alfonso Reyes a La Tierra del Faisán y del Venado, Mi querido Antonio Mediz Bolio: de Antonio Mediz Bolio «He pretendido me escribe Ud. hacer una «estilización del espíritu. Se acuerda Ud. de Madrid. Samaya, del concepto que tienen todavía liamos de la Cancillería por aquella los indios filtrado desde millares de empinada calle del Marqués de Viaños de sus orígenes, de su granllamagna, y, ya al llegar a la Castedeza pasada, de la vida, de la divillana, el aire y el sol, los árboles nidad, de la naturaleza, de la guerra, rojos de otoño, habían limpiado nuesdel amor, todo dicho con la mayor tro ánimo de toda preocupación ofiaproximación posible al genio de su cinesca: la nota que hubo que hacer idioma, y al estado de su ánimo en dos veces, la carta con sello de urel present Le repito, para explicargencia para alcanzar el vapor correo me, que he pensado el libro en maya del día tantos, la compostura del sillón y lo he escrito en castellano. He he.
giratorio que hay que cargar a la cho como un poeta indio que viviera partida de gastos de oficio, el escrien la actualidad. y sintiera, a su mabiente que debe poner al dia el renera peculiar, todas esas cosas suyas.
gistro. que se le ha confiado. Todas Los temas están sacados de la tradiestas pequeñas miserias parecian dición, de huellas de los antiguos libros, sueltas en el espacio claro, y sólo del alma misma de los indios, de sus conservábamos la conciencia abstracdanzas, de sus actuales supersticiones ta y superior, el alegre orgullo del (restos vagos de las grandes religiotrabajo cumplido. Al aire libre, las nes caidas) y, más que nada, de lo cosas recobran sus proporciones naque yo mismo he visto, oido, sentido turales. Nuestros recuerdos, como informulado que viene rodando de y podido penetrar en mi primera jusiempre, volvian a México.
siglo en siglo, en cuyas misteriosas ventud, pasada en medio de esas cosas «Yo sueño le decía yo a usted. conjugaciones de sonidos y, de cony de esos hombres. Todo ello me enmprender una serie de ensayos que. ceptos todos encontrásemos el remerodeó al nacer, y fui impresionado, habían de desarrollarse bajo esta didio a nuestras disidencias, la respuesta antes que por nada, por ese color, visa. En busca del alma nacional. a nuestras preguntas, la clave de la por esa melancolia del pasado muerto, La Visión de Anáhuac puede consiconcordia nacional!
que se hace sentir, sin sentir, en las ruinas de las ciudades y en la trisderarse como un primer capítulo de Ud. amigo Antonio, que tanto ha esta obra, en que yo procuraría in sentido y cantado el portento de la teza del hijo de las grandes razas terpretar y extraer la moraleja de fuerza española derrainada sobre nues desaparecidas, que tiene una continuestra terrible fábula histórica; bus tro suelo, me decía: nua evocación de lo que fue delante car el pulso de la patria en todos los Es verdad. Nos conformamos con de los ojos. Una poesía especialisima, autóctona, misteriosa y de fuenmomentos y en todos los hombres sabernos hijos del conflicto entre dos en que parece haberse intensificado; razas. Como a la mujer biblica, soletes reinotísimas hay en todo eso. Yo pedir a la brutalidad de los hechos mos decirle a la patria. Dos naciones he querido aprovecharla y he hecho este primer ensayo.
un sentido espiritual; descubrir la mi hay en tu seno. Se habla de la sión del hombre mexicano en la tie redención política del indio, pero no. De vez en cuando, en la exprerra, interrogando pertinazmente a to de su redención espiritual; quiero desión, en las imágenes, es posible que dos los fantasmas y las piedras de cir: de su incorporación, explicada y se encuentre cierta semejanza con lo nuestras tumbas y monumentos. Un aceptada, como elemento formativo oriental. Eso es precisamente porque pueblo se salva cuando logra vislum de nuestra alma actual. con ser esto todo lo prehistórico de América tiene bra mensaje que ha traido al mun una tarea indispensable y previa a la este sentido estético y religioso insedo, cuando logra electrizarse hacia un política, como lo es la idea con res parable del Oriente asiático, y quién polo, bien sea real o imaginario, por pecto a la acción. Todas esas voces sabe si no es el Oriente el que se que de lo uno y lo otro está tramada oscuras, de abuelos indios, que lloran parece a América, porque ella fué su la vida. La creación no es un juego en nuestro corazón, no han tenido raíz. De todos modos, el carácter es ocioso. Todo hecho esconde una se desahogo. Acaso la primera parte de asi, y así lo he dejado. creta elocuencia, y hay que apretarlo la obra consiste en recoger las tra Esto ha pretendido Ud. y esto ha con pasión para que suelte su jugo diciones indígenas, tales como real hecho con sentido y acierto, según jeroglífico. En busca del alma nacio mente han llegado a nosotros, entre las páginas que me ha sido dable nal! Esta seria mi constante prédica los cuentos y dichos que envolvian disfrutar de su libro inédito. Mi ena la juventud de mi pais. Esta inquie nuestra imaginación infantil.
horabuena muy calurosa. Asi quisiera tud desinteresada es lo único que aquí comenzaba Ud. a narrarme yo que, de cada rincón de la Repúpuede aprovecharnos y darnos con con ese don único para improvisar. blica, nos llegara la voz regional, desejos de conducta politica. Yo me niego un cuento, reduciéndolo a sus ele purada y «útil. En el concierto de a aceptar la historia como mera su mentos esenciales, de suerte que, sien todos esos matices, vibraria el iris perposición de azares mudos. Hay do ya literatura, conserve todavia la mexicano. Cuándo veré un libro que una voz que viene del fondo de nues ligereza y vitalidad de la charla sus reuna, por ejemplo, las tradiciones de tros dolores pasados; hay una invisi viejas historias de Yucatán, donde tal mi tierra (ya todas criollas, spáni.
bleave agorera que canta todavia: vez se han mezclado un poco los cas, porque en aquella parte del Norte «tíhuic, tihuic. por encima de nuestro estudios teosóficos.
nunca hubo una civilización indigena caos de rencores. Quién lograra sor De aqui data la idea del libro que hoy sedentaria. las historias poemadas de prender la voz solidaria, el oráculo ofrece Ud. a los lectores de América: guapos, valientes, contrabandistas; el Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica