Bourgeoisie

REPERTORIO AMERICANO 309 Página lírica de Edmundo Velasquez Anfora alejandrina una vid El sol, tu augusto padre, te da calor y vida filtrando en tus entrañas locuras deliciosas, y por ti Anacreonte de barba florecida interpretaba el hondo misterio de las cosas, De miradas ardientes y de pezuña hendida, una tropa de faunos de curvas voluptuosas, danza cabe tu sombra la danza enardecida que entre las carnes tejen ansias pecaminosas.
Un dia Noé el experto piloto y gran patriarca, navegante primero de la primera barca, se embriagó con tu zumo que es olvido y descanso. quién sabe si bulla en los globos obscuros de las uvas que forman tus racimos maduros, la sangre redentora de Jesucristo el Manso.
Naturaleza toda por ti se enjoya y canta joh mujer turbadora digna de un griego coro!
y en su flauta de cañas suena Pan un sonoro motivo dionisiaco que a las ninfas encanta.
Tiene tu andar el ritmo de la risa pagana de Grecia, y la preclara euritmia de una rosa tu faz que besará primavera mañana. Por tu alma comprensiva te mandan hoy los hados estas catorce líneas como suma armoniosa de tus siete virtudes y tus siete pecados.
Su retrato Elogio del agua Es dulce, es mansa, es frágil y de gracia está llena; tiene claras miradas y en ensueños se abisma; y es cual una muchacha que en su inconsciencia misma llorara a un tiempo y riera de ventura y de pena.
Muestra sus senos albos y al pudor es ajena siendo casta; se enjoya por la virtud del prisma cuando el sol la traspasa, y tiene ese carisma de ser a todas horas cordial, sencilla y buena.
Sufre, padece y gime cuando es aprisionada y en los cántaros duerme; sufre porque la aurora le roba sus estrellas. en la noche callada, Al resudar en gotas, brillante y dolorida del tinajón de barro, se percibe que llora cual una Magdalena sensual y arrepentida Una egregia cabeza de medallón antiguo; en sus pupilas negras hondo abismo inquietante; bajo el carbón del pelo rizada y. fascinante su tez adquiere un mate ligeramente ambiguo.
Tan sólo sobre el rosa juvenil de su boca se advierte una forzada sonrisa de alegría; y en sus manos traslúcidas y largas se diría que el añil de sus venas urdimbre rara evaca.
La gracia de su porte le presta un noble encanto; sus palabras cordiales hablan de un desencanto y su gran displicencia denuncia hondos dolores.
Tiene un aire romántico y un gesto dolorido, y es su mirar doliente el mirar abstraido de aquellas reinas tristes que sufrieron de amores.
Juan Ponce de León Cosas de la parroquia El Cura de mi pueblo que no admite los goces ni el baile, en entredicho me ha puesto a padecer, porque cincelo versos, porque discuto a voces a Kant, a Schopenhauer, a Nietzche y a Voltaire.
Me vigila el Alcalde con sus tres policiales porque soy un peligro para la paz rural, y el burgués de soslayo detrás de los cristales de sus lentes me acecha como a un raro animal.
En deletéreos climas esa gente ha pensado donde acabe mi vida como gandul penado; y mientras a esa gente pongo oidos de inglés, Mis hermanas cigarras de los troncos asidas, con favordón de flautas cual orquestas unidas se burlan del Alcalde, del Cura y del burgués.
Tres luengos años tristes de una amarga zozobra, Ponce de León anduvo perdido entre la mar; de súbito se anima, la esperanza recobra, y al hallar tierra extraña prorrumpe a sollozar. Gracias te sean bien dadas, oh mi San Juan bendito porque he visto algo nuevo bajo la luz solar.
el viejo castellano murmuro azás contrito al ver ante las proras la Florida brotar. agobiado y tremante alza a Dios hondas preces, y ante tanta ventura, después de mil reveses como a un pájaro preso le latió el corazón. cuenta la leyenda que de placer henchido, le rodaron las lágrimas por el caudal florido de su barba de plata y murió de emoción.
Bogotá Bogotá entristecida, de gracias señoriales y maneras antiguas, escucha mi canción: sólo puedo ofrendarte mis versos pastorales y las palpitaciones que da mi corazón.
Santa Fe melancólica, de encantos coloniales, onzalo de Jiménez bravo como un león, con la cruz de su acero de fulgores mortales te signo y tras el signo vibró su bendición.
Ciudad pagana y mistica; en tu extraño dualismo, pueril, frivola y sabia eres a un tiempo mismo; a una cruz y una daga culto rinde tu grey.
Mensaje lírico Mañana con el alba vendrá la primavera alegre y reventona con sus rosas de Francia, el corpiño florido con ducal elegancia, danzando por el bosque al sol que reverbera. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica