218 REPERTORIO AMERICANO El umbral encendido de un nuevo Renacimiento esos últimos años del siglo xv. que mundo, el género humano abandono, con el buque de Cristóbal Colón, sus antiguos dominios. Faltándole la tierra iba, bajo la transquila fe de las estrellas, con los ojos iluminados por una esperanza profética, hacia el misterio inexplorado, para satisfacer el ensueño impreciso y poderoso que llenaba su alma. Un viento: desconocido hinchaba la vela de la inteligencia humana y el Destino, queriendo renovar el precioso milagro de la Grecia antigua, arrojó sobre la onda ese desperdicio celeste: el genio de un hombre, y un mundo surgió, deslumbrante, de la espuma salada.
Desgraciadamente, el hombre europeo, llevando en su corazón, más allá de los mares, la llaga viva que lo hacía triste e inoportuno a él mismo, y no encontrando, bajo la claridad misteriosa de los astros nuevos, ningún bálsamo para curar su mal, no tardo en llenar la América con esas dificultades fiebrosas, esas necesidades sangrientas y esas ásperas codicias, que hacen de la existencia una fermentación del dolor. Entonces comenzó la vida de los Conquistadores, que fué un prodigio de cada día. En guerra perpetua con los indígenas y la naturaleza, hasta el punto que puede decirse que no hay un rincón del nuevo continente, que no haya sido regado con su sangre altanera o su altanero sudor, su victoria no pudo prolongarse sino por una tensión extrema de todos sus resortes. Su fuerza provenia de la reunión de todas sus fuerzas. si los Conquistadores fueron tan poderosos es porque realizaron, aunque rebajándolo a causa de su crueldad, el ideal de conquista que obsedía el alma de todos los hombres de aquella época.
Sin embargo, perdidos en el seno de una naturaleza exótica, no tardaron en ser modelados por ella y, como la falange macedoniana transportada en oriente, olvidaron su suelo natal. Los conquistadores se habían transformado en colonos.
La España, desconociendo, entonces, su rol de potencia civilizadora, encerró bajo siete llaves a esos recién aparecidos, arrebatándoles toda esperanza, todo porvenir y cercenándoles toda aspiración elevada. Privados por la falta de inmigración y de invasiones, de todo contacto con las razas extranjeras, y reducidos por la Metropoli a reformas tan minimas que todo progreso era imposible, ellos se vieron arrojados en el vacío social, que es el más espantoso de los vacíos, porque de él no puede salir ningún heroismo. Perdidos en los confines del mundo y secuestrados del resto de la especie humana, pasaron tres siglos en esa prisión. mientras que, en el aislamiento en que la América yacia sunida, el alma de las cosas no cesaba de buscar un eco en las ciudades nuevas, los hombres no cesaban de llamar hacia ellos, los espiritus, las y con una tendencia muy marcada a inspi.
rarse, sin perder el gusto de la cultura latina, de los métodos caros a las razas del Norte.
Lo que constituye la base esencial del formas, los genios que en aquella tierra espoder de esas jóvenes naciones y del rol taban sepultados y que no debían de resinmenso que ellas están llamadas a desemponder sino niucho más tarde, cuando la peñar en la humanidad futura, es que, perbagueta mágica de la libertad iba a hacerteneciendo todas a una misma unidad solos revivir de sus cenizas milenarias. Esos cial, hablando una misma lengua, teniendo pueblos eran como almas en pena que, para los mismos sentimientos, poseyendo costumorientarse a través de la noche profunda bres parecidas y parecidos intereses, están de su historia, no habían tenido más que destinadas a olvidar los puntos que las sesu instinto de salvación el cual les había paran, para no considerar más que aquellos servido de ciencia y de poesía y que llaque las unen. Porque, si hay algo que las maban con todas sus fuerzas al héroe desdivide, es precisamente el exceso mismo de tinado a revestirlas de gloria.
su analogia. Mientras más los hombres se De súbito, a comienzos del siglo xix, en parecen en el fondo, más tienden a probar los precisos momentos en que el hombre su individualidad y a hacer resaltar las apariencias que los separan. Hay una cierta aguardaba el milagro prometido por el sodulzura en descubrir en uno mismo genios plo inflamado de la Revolución Francesa, el familiares con los cuales uno concluye por continente americano se sintió movido por creerse solo en vivir en inteligencia, sael deseo de romper los muros que lo circundaban. Señalados con la marca de la cando, de un tal privilegio, una prueba in.
falible de superioridad. Sin embargo, es vieja España y animados, por consiguiente, precisamente esa soledad orgullosa la que del espíritu de las más altas aventuras, a debe de cesar, porque todos esos hijos de esos pueblos les bastó asentar sus pies en la duración, no forman más que una misma las épicas huellas de sus antepasados para familia, ya que entre ellos se completan y sembrar, en la bóveda viviente de la huse exaltan mutuamente. La luz de los unos manidad, una constelación de Repúblicas.
rebota sobre los otros y teniendo todos y Hasta ese momento, la América no había cada uno, conciencia de la tarea que les producido, frente a la Europa, más que una, está destinada, 110 hay una fibra que pueda oposición del hombre y de la naturaleza; ser sacudida en ese gran cuerpo, sin que pero, a medida que las tradiciones comentodas las otras no se estremezcan al mismo zaron a amasarse en ella y que el tipo de tiempo. Por otra parte, siendo todos hijos.
todas las razas fué en ella depositado, esos de una misma madre, ellos están unidos por países, creciendo con la hierba de las pamel secreto e indisoluble lazo de una comupas, desbordándose con el agua de los Amanidad de sangre y de ideas; lazo difícil de zonas y cubriendo con su rumor el rumor olvidar, como lo prueba el hecho de que de las cataratas, comenzaron a pasar y a hayan sido Chile y la Argentina los que repasar por el espíritu del viejo mundo como han inaugurado en el mundo, la era de la larvas que se agitaban apenas, pero que armonia, sometiendo sus litigios de frontehacían bastante ruido para turbarle el sueño.
ras, al recurso humano y salvador del ar.
Por mucho afán que las antiguas colonias bitraje.
españolas hayan puesto en libertarse, han Durante largo tiempo se creyó que en la llegado demasiado tarde en un mundo de naturaleza había tantos genios diversos como masiado viejo y todas han guardado un ca cosas. Ningún árbol, ningún río, ninguna rácter, a la vez, prematuro y atrasado de roca que no tuviese su demonio particular.
primavera artificial; pero, es preciso conve Todo era discordia y la armonía no estaba nir que sus incertidumbres, más fisiológicas en ninguna parte. Pero, lo que el hombre que morales, no tienen nada de atristante, se elevó de la idea de csos genios diferenni de doloroso. Desde luego, porque ellas tes a la idea de un solo genio presente en.
han tenido la salvaje ternura de la natura todas partes, el mundo, falsamenie dividido, leza, la cual las ha dotado de tierras ina. pareció entrar en el orden y en la paz ingotables, de extensiones que son la cuna mutable. Asi, si se arroja una mirada sobre de fortunas prodigiosas, de selvas virgenes la antigüedad, se ve que fuera de los muque constituyen una reserva de tesoros es. ros de la ciudad, todo es barbarie y muerte.
condidos y de montañas que son verdade En nuestros días, menos intensa en el seno ras cajas de hierro, pues encierran todos de cada pueblo, la vida se dilata hacia fuera.
los tesoros imaginables; y enseguida, por. Si se considera cada pais en particular, noque, habiendo venido al mundo en una época se encuentra más que fragmentos, esbozos, en que la humanidad, teniendo bastante ex discordancias, y el sentido, la intención periencia y sabiduría para liberarlas de los misma de ese pueblo, se escapa. Si por el duros aprendizajes, ha podido evitarles sit contrario, se considera el conjunto, todo glos de crrores, de tanteos, de retrocesos adquiere un sentido, una vida, una grandeza o de saltos en las ticieblas. Asi, nada les evidente.
ha impedido de ponerse, desde el primer Es la guerra de la Independencia quien instante, a la tarea formidable de fundar, le ha dado a la América su unidad moral; en esas lejanas comarcas, civilizaciones de son la industria y el comercio quienes la inspiración europea, tomando de cada na. han desenvuelto y es el arte quien parece ción de Europa lo que ella tiene de mejor destinado a consagrarla. ¿quién puede Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica