316 REPERTORIO AMERICANO aquella acción tan honrosa, dió orden expresa a sus soldados para que no lo matasen; sin embargo, ellos, al ver que haciendo piernas al caballo procuraba.
con repetidos golpes de lanza, acreditar, a costa de su vida, el aliento que lo metió, en el empeño, le dispararon algunos arcabucès, de que cayó luego muerto, con lástima y sentimiento de los mismos.
corsarios. Parte 1, Libro VII, Cap. pag. 611 de la Historia de la Provincia de Venezuela, escrita por José de Oviedo y Baños. Ed. de Caracas 1824. El héroe ha desafiado a los piratas ingleses. Ha defendido él solo a la ciudad.
Esto equivale a la transfiguración del soldado en Ejército, Esto significa introducir en el mundo de las realidades e introducirlas avant la lettre las locuras de Don Quijote.
El humilde guerrero ignorado muere una muerte de Romancero. Leonidas, de seguro. ha salido a recibirlo en el país de las sombras.
Su hazaña puede elevarse a símbolo: el heroísmo fiel a su propia sustancia heroica. puede asimismo darnos lección más modesta. saber: Inglaterra, rival de España, logra, en el curso de la Historia, supeditarla. Pero en la brega secular ha ocurrido a menudo lo que en el caso de Ledesma, el defensor de la ciudad inerine: de un lado, quinientos piratas, del otro lado, un héroe. BLANCO FOMBOXA Venezuelan.
Elogio de la sencillez Amo todo lo tuyo, porque todo lo tuyo es tan sencillo como el agua que corre; porque en todo: en tus modales, en tu resignación, en tus palabras, en el pudor ingenuo de tus manos y en la serenidad de tus miradas, hay el encanto puro, el misterioso encanto que da la sencillez, la gracia de la sinceridad que no se oculta y la naturaleza que no engaña.
Tú sencilla, yo fuerte, formaremos frente a la humanidad una muralla, y aprenderás entonces que la vida es humo, es polvo, es farsa, y que, contra la vida, solamente la sencillez y la humildad levantan la bandera del triunfo y el palio de una nueva aristocracia!
Bogotá, Colombia.
Elogio del amor secreto Yo sé que sufres mucho, sé que tienes en lo más ignorado de tu alma, una pena recóndita que nadie descubrirá jamás, porque la guardas como un tesoro; sé que en el silencio de tu alcoba, si sufres, te lo callas; y por eso te quiero, porque llevas sencillamente tu dolor, y enlazas a una bondad ingénita, un profundo desprecio por la humana zarabanda.
Nos quisimos. Fué sólo un instante, un relámpago en la oscuridad!
Yo parti, yo parti para siempre.
Ella mora a la orilla del mar.
Sin hacernos ninguna promesa. Cómo puede el cariño durar. Algo noble, velado, profundo, lo defiende del tiempo falaz.
Eres sencilla. y noble: solamente por eso, me esclavizas y me atas.
Ojos negros, muy negros, divinos; dos estrellas, dos fuentes de paz.
Nunca vieron los hombres dos ojos más colmados de serenidad!
No temas; yo soy fuerte y tengo el pecho acorazado contra la desgracia; cuando sufras, reclinate en mi hombro, mi espíritu te entiende y te idolatra y mi brazo, que sabe de amarguras, amparará tu juventud amarga y será a tu dolor como un escudo y a tu debilidad como una daga. verás que el Pesar, si nos persigue, al divisarme, volverá la espalda. Es pequeña. qué importa, si el alma su grandeza ino logra abarcar?
Es sencilla. qué importa, si sabe del amor la amargura calmar?
Nos amamos. Fué sólo un instante; del secreto en el cofre ideal, nuestro amor encerramos. y luego, arrojamos las llaves al mar!
SIMÓN LATINO No temas, ven a mi, sencilla, humilde; ven llena de piedad y de confianza. No ves? Yo soy muy joven; tú, una niña, debilísima, candida; yo vengo de los montes, de los montes que incendia el sol y azota la borrasca, del pico que da el trueno y de la selva donde hace nido el águila; yo llevo el poderio de un espiritu que ante nada ni nadie se acobarda y tú, la soberana fortaleza de la debilidad bella y sin mácula.
Bogotá, Colombia. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica