3003 REPERTORIO AMERICANO Ahora vuelven sus restos a Bilbao. Meabe tuvo en vida en Bilbao. Pocos un profeta por un mundo mejor. El a su Bilbao, a su patria chica, en hombres habrán dejado en el círculo nos dice que fué en sus primeros póstuma repatriación, a ser sepulta de su intimidad un recuerdo más con años profundamente creyente. No dejó dos definitivamente en uno de los movido. La profunda sentimentalidad de serlo nunca. No hay sino seguir valles vecinos, cerca del mar, que el de Meabe desbordó sobre los cora el proceso de su crisis religiosa. La amaba, como hijo de la costa y como zones amigos y los dejó trémulos para cuenta él mismo en unas páginas verviejo marino. La villa que lo arrojó siempre. Yo no lo conocí, así que no daderamente patéticas. No languideció de sus entrañas vivientes, cuando su puedo adivinar su espiritu sino al hilo distraidamente su fe ni se desentendió fuerte personalidad turbaba su modo de sus escritos y de las conversacio de su primera religión esquivando rra mental y su laboriosa digestión nes de sus amigos, y sólo puedo evo todo dolor. La abandonó desgarráncconómica, recoge ahora sus huesos, car su presencia corpórea a través dose las entrañas. Iba a la aventura, tal vez arrepentida de su dureza y de dos obras de arte: el retrato que pensando, pensando, huyendo, huyenacaso orgullosa ya de haber sido le pintó Gustavo Maeztu. y el que le do, por los montes tan verdes de su cuna de tal hombre. Hace poco vol pintó Alberto Arrúe. En el de Maeztu tierra. Queria estar solo, porque los vian también a España los restos de aparece en pie, en mangas de camisa, hombres, y singularmente los llamados Ganivet Son muchos los españoles con la chaqueta echada sobre un hom doctos, no hacían sino aumentar el que viven o mueren en el destierro, bro, los brazos desnudos hasta el dolor de sus dudas. Pasaba los dias en el destierro material o en el des codo y en la cabeza una amplia boina. en el monte con un cacho de pan tierro ideal. Es destino de los mejores Al fondo se alzan las montañas de y se golpeaba de verdad el pecho españoles ha sido siempre ir por de su tierra, que tantas veces holló con con una piedra, y ponia a su alma lante del tiempo de su patria, vivir su planta ligera de andarín. En el de un asedio de cruces. Con leños tosexpatriados. real o espiritualmente. Arrue vemos a Meabe sentado, casi cos, hacía muchas cruces, las plantaba Pueden decir como el Papa Grego tumbado, en reposada y noble acti a su alrededor, y sitiado de esos leños rio VII. Amé la justicia y aborreci tud. En el cuadro gris refulge la blon pedía de rodillas la fe o la muerte.
la iniquidad Por eso muero en el da cabeza, tocada también, como en Una tarde descendió del monte y destierro. el de Maeztu, con halduda boina, llegó a su casa cansado, pero henTodavia no es Bilbao ni es Espa perdida la mirada en la lejania mari chido de alegría. En casa no habia na la patria con que soñaba Meabe. na. En los dos retratos la figura es nadie. Subió a su cuarto, los ojos se Pero ésta su tardia repatriación al de gran belleza. La mirada inquieta le cerraban de sueño, y se puso de pueblo que lo vió nacer es un sim y arrebatada en el de Gustavo: serena rodillas, como de costumbre, para rebolo de los cambios que se están y profunda en el de Alberto. Quien zar. se encontró con que no sabia produciendo en la conciencia espa se encara con estos dos retratos coma quien rezar. Sin einbargo, su obra, ñola. El entierro reciente de Pablo prende al punto que no se halla frente desde la primera hasta la última pá. Iglesias es otro símbolo. Los españo a la efigie de un hombre vulgar. Aque gina, no es sino una oración. He reles comenzamos a entender el ejemplo lla frente noble y amplia, aquellos cordado muchas veces leyendo a y la lengua de los muertos más dig: ojos azules, ensoñadores y profundos; Meabe y lo he dicho antes de ahonos de perennidad, de los que no aquellos bigotes, grandes y caidos ra aquel soneto de Unamuno que se flaqueron, de los que no se corrom. como los del hidalgo manchego, no titula La oración del ateo, y que pieron, de los que amaron la justicia, pueden ser de cualquiera. La figura empieza. Oye mi ruego tú, Dios que y aborrecieron la iniquidad, de los del chapelaundi irradia simpatía. no existes. Bajo las más absolutas que se abrasaron en fiebre de pasión Corresponden los fondos de esos negaciones de Meabe gime siempre humana y se dieron plenamente dos retratos a los dos polos delesun corazón henchido de religiosidad.
una causa impersonal. hablando de píritu de Meabe. En el de Maeztu, Como tantos otros creyentes, Meabe continuo con los grandes muertos, la tierra nativa tira de Meabe hacia fué a la negación de Dios por no incorporándolos a nuestra vida, como si con dulce y ancestral fatalidad. En poderse explicar el origen del mal.
se va haciendo con Meabe, gran es el de Arrúe, Meabe mira al mar, que Como San Agustín en el diálogo con critor y mayor hombre, es como los es la libertad y la aventura. Hombre el poeta, de Ramón Pérez de Ayala, supervivientes pueden mejor enten de sentimientos indos, egado Tomás Meabe podía preguntar al dedetse entre sí. Los pueblos más vitaa los suyos y a su tierra, se rasgó monio de su duda: les y más solidarios son los que más el alma para elevarse a sentimientos conviven con sus muertos ejempla más libres y generales. Como las ciEl origen del mal, een dónde hallarlo?
res. acaso cantando para los her güeñas, a quienes cantó, levantan el manos muertos, como la niña en el vuelo desde los campanarios comar Contra el mal, cuya inutilidad lepoema de Wordsworth, aprendemos canos para cruzar los aires, en trián vantaba en su alma oleadas de lirica también a querer mejor a los vivos, gulos solemnes, entre nubes tornen indignación, luchó denodadamente totosas, hacia cielos más clementes.
LUIS ARAQUISTAIN da su vida, hasta que, vencido en la Meabe, enamorado de la libertad, se desigual pelea, cayó muerto, como un elevó desde las creencias infantiles soldado valeroso, en el campo de (El Sol, Madrid. hacia cielos lejanos entre tormentas batalla que fué su propio espíritu.
intimas. Y, como las cigüueñas, se Más que por la profundidad o noavergonzaba de tener hermanos que vedad de sus ideas nos capta Meabe HICAB CABAN de ser inhumados en Bil no amaban la libertad y que prefe por el arrebato lirico de que estaba bao los restos de Tomás Meabe. rian emplear las alas en tímidos en poseido. Si fuera necesario clasificarlo No ha sido la ceremonia una repasayos de vuelo en torno al campana entre las categorias conocidas de ración de la villa nativa, como generio. Los hombres que como estas hombres, habría que meterlo en la son tan sólo rosamente pensaba Luis Araquistain. voladoras son y no de los profetas. Meabe es lo más Unicamente los socialistas y un gru merecían el desprecio de Meabe.
lejano que podemos imaginar de un po exiguo de escritores y artistas han Temperamento el de Meabe pro artista, lo más lejano que podemos seguido los despojos del perpetuo des fundamente religioso, no era capaz imaginar de eso que se llama un li: terrado. En ese grupo de escritores de pactos equívocos. Sensible, como terato. Y, sin embargo. qué soberano y artistas iban los pocos amigos que pocos, a la injusticia, clamaba, como artista y escritor fué Meabe! Su prosa Adivinas, mi torcedor. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica