FascismViolence

345 REPERTORIO AMERICANO Musas itálicas Con Ada Negri según se dice, en la jerarquía. Yo no De regreso al hotel, mi querido sé qué vieja cristiana habla dentro amigo Suárez Barros comenta todavía (Viene de la página 344) de mi, recordando que el Fascio es el convencimiento fascista de Donna el hijo del Imperio romano, y que el Ada. Yo me he apartado ya de la obras, situaciones y otras zarandajas, Imperio, con estas mismas fuerzas, discusión política, y vengo recordando yo quedo pensando en la forma qué, la imposición, el poder militar y un el pasado, novelesco y doloroso de como una nube, el amor adquirió so Derecho sombreado por las armas, la escritora. Me acuerdo de su madre bre él, en la voz que tuvo el domi mató hace dos mil años, con brazo obrera, cuya mano mutilada. en una nador y en el acento que tuvo la judio, al mas Excelente de los homfábrica abrió la conciencia de la niña vencida, respondiendo.
bres, en una colina del Oriente. SiemEl penúltimo libro de poemas de pre, eternamente, la Fuerza matará a hacia la suerte de los pobres; me Ada Negri, fué publicado hace unos Jesucristo, al Espíritu, donde quiera acuerdo de la maestra primaria, que doce años a esta parte. Contiene, que aparezca.
pasa a ser más tarde, y que oyó en me digo, la voz del amor consciente, La conversación política no aluna hora. sobrenatural, como la de que acaso haya sido el último, una canza, afortunadamente, a malograr. San Pablo en el camino de Damasco, voz grave y rica, como la de un viejo la muy noble cordialidad del grupo. la voz de las madres del pueblo, que órgano, que cubre flautas y violas. Se tratan algunas cosas más, insig. decían. Tú que puedes, sé la garganta Es El libro de Mara. Poesia breve, nificantes y afectuosas. Después nos de nosotras! Escuchó y dió respuesta imperiosa y ardiente. Al revés de la despedimos, y yo agradezco la honra de caliente afirmación. Dentro del de Annunzio, no sé qué urgencia que me ha sido dispensada con tanta fascio o de cualquier institución, ella de entregar lo esencial le ha que largueza. Algo incompleto hubiera en mado toda ramazón retórica; apreta mis. buenas alegrias, sin esta tarde seguirá siendo, para los que la amadura de sales y quemadura de yodos. en que he recibido sobre mí el aliento mos, un pecho que existe para decir Vuelvo al plano de la conversación. de una vida superior, y, sobre todo, la defensa de los «humillados y ofenMi Cónsul ha aludido a los retratos la visión neta de una mujer latina en didos de la sala y, voluntariamente, lleva la grande. El Universal. México, charla al señor Mussolini. Ella se levanta, descuelga la fotografía de éste y me la alarga. Este hombre, digo mirando a la poetisa cariñosamente, para no lastimarla en su amistad. es muy grande (Véase la entrega 19 del tomo en curso. y ha creado una nueva atmósfera en Italia, y acaso en el mundo, mas yo Dos coronas viento. Llevas alegría o tristeza, conno lo admiro. Pienso que es verdad de Elena de Montenegro servas el perfume de un beso vivo para todos los tiempos, el que la o el tétrico olor de las flores de un violencia no crea nada estable o que, En la frente del monarca funeral. Ella no contesta, no tiene sus creaciones no están entre las la áurea corona rutila risas ni tiene lainentos.
cosas benditas.
con cegadores destellos Por las montañas y por las llanuAda Negri empieza la alabanza del de soberbias. pedrerías.
ras viaja noche y día, encantado ánque para ella es el italiano mayor.
Mucho brilla la corona, gel sin retorno, fragmento de alma Mi Cónsul, visiblemente dichoso, le que seduce y que fascina, lanzado a la ventura.
dice con voz calurosísima: y todos, al contemplarla Nadie le roba su secreto profundo. Convenzala, Donna Ada, concon admiración y envidia. Por qué. Quién sabe. Tal vez es vénzala, Donna Ada!
sólo ven el oro puro el horror de un adiós! desesperado, La admirada mujer me va hablando y las piedrezuelas ricas.
el grito de un corazón herido, la suave con una vehemencia muy digna de palidez de un rizo rubio; tal vez es Nadie ha visto otra corona ella, del estado de Italia al advenigota de sangre joven, vertida po miento del fascismo.
que ni deslumbra ni brilla; herida recién abierta; tal vez es llanto Se le debe, dice el aire respirabajo la corona regia, y plegaria de una alma solitaria que ciñendo la frente altiva, ble del orden, la solidez en que ahora sufre y que llora sin haber pecado.
hay una diadema oscura se asientan las instituciones. Tiene va. y va. y llega. Enmedio de Mussolini su ansia organizadora puesta que de noche, cual de día, la bruma, al anochecer, con frío, llega en cada uno de los aspectos de la oprime las regias sienes en silencio a la pequeña y austera vida italiana, trabajo, historia, literaproduciendo mil heridas. habitación de una mujer a quien el tura, todo. Añade a su juicio politico amor consume.
Desde Dios, todo monarca La mirada brilla, un rubor enciende su impresión personal del amigo. Yo ciñe corona de espinas! las mejillas y la frente, golpea con la escucho con profundo respeto, sin fuerza el corazón; la blanca mano que deje de contar, a mi vez, lo que Una carta convulsa se extiende hacia la carta yo he visto en mis siete meses de Italia y lo que se lee en la prensa para abrirla. No! pequeña mano temde Ada Negri blorosa, la hora es terrible, espera un de oposición. Es tan dificil que Ada Negri, mujer de Europa, comprenda Una carta blanca con orla negra minuto, un solo minuto aún, ávida los puntos de vista de una maestra que viene de lejos, atraviesa las ciu mano pequeña y temblorosa. de República, aún cuando ella sea dades y el océano, hecha de alas también la antigua maestra rural de como el pensamiento. Le murmuran 10. Pensamiento los cantos justicieros! Más difícil le las amplias olas del mar. Tu orla de Ana Vertuct Gentili fuese todavía comprender el por qué negra, es, tal vez, velo y tumba de un una católica, es decir, un individuo amor destruído. Ella calla y prosi La alegría es como un sol de incon agudo sentido de jerarquía, no gue su mudo camino.
vierno: se levanta muy tarde y traacepta el fascismo, sistema basado, Le preguntan las altas voces del monta muy temprano.
una Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica