15 REPERTORIO AMERICANO ir hacia un idealisino superior no hay arte sin materia humana que citar a Goete, a Shakes. cho aún, o, para suprimir a estas que no sea la dolorosa autop que estilizar, Alcanzar la pureza peare, a Moliére sea atrever cosas del espíritu lo que les sia de la realidad pequeña que clásica por ausencia de humani una mirada inconsolable al pa concedía el romanticismo de tortura las páginas más soca dad es proclamar la conveniencia norama de la tradición. No hay. caprichosa inspiración, nadie ha vadas de un Proust o de un de luchar con fantasmas. actividad humana. también el merecido aún hacerla entre noJoyce. Que el intento más en«El genio, dice André Gide arte que cambie de un golpe sotros. Ya algo apunta aislacomiable de estas manifestacioOrtega y Gasset no recusará brusco y sin sentido. Podremos dos brotes en América. Algunes del arte actual estriba en la autoridad de este juicioso aceptar la muerte del arte, su nas páginas de Vasconcelos, alla escrupulosa realización de la maestro al que las soluciones desaparición. No aceptaremos gunas novelas breves de Eduarobra comenzada? También no del pasado no convencen nunnunca la existencia de un arte do Barrios, algunos poemas, más sotros la queremos pero no pen ca por sí solas el genio tiene. invertido, sin raíces, sin ramasque algunos poemas algunos samos que esta escrupulosa reaun gran cuidado: ser lo más solo flor y aroma.
versos de Capdevila, de López lización esté reñida en modo al humano que puede, Shakespea Una circunstancia favorece la Velarde son a guisa de precurguno con el respeto al arte, con re, Goethe, Moliére, Tolstoi. Por actitud de Ortega: buenas o sores, bien modestos por cierto, la trascendencia del arte.
un mecanismo admirable el que malas, existen ya manifestacio del nuevo arte que esperamos ¿Que, en el fondo, es un de escapa a la humanidad sólo nes concretas de las tendencias de América.
seo de clasicismo el que esconde consigue ser extraño, defectuo que descubre, en las cuales no ¿Cuándo cuajarán estas proese anhelo de depuración, de so, raro.
sólo se inserta gustoso él, sino mesas sin orden en la apretada momificación de lo humano has. Páginas más adelante, agreque sitúa el criterio literario almendra de la obra maestra?
ta el límite en que la silueta ga. Para no haberse rehusado incidental de la Revista de OG No lo sabemos. Estamos segu.
no es ya silueta viva sino des nada (o, como decia Nietzche, cidente. Lo que indica Ortega ros, no obstante de que esto carnado esqueleto? No importa. para no haber dicho no a nada)
y Gasset, no es, pues, una pro sucederá. Cuando suceda, siTambién podemos pretender a cuánta riqueza debio Goethe adi fecia. No es siquiera una preguiendo el ejemplo de los criun arte clásico sin que por ello vinar en su interior) Tocamos visión. La materia de las conticos de todas las épocas, los sea necesario acudir a mayor aquí el punto vulnerable de las clusiones que formula está en pensadores cambiarán los rumdeshumanización, unico medio doctrinas nuevas. Se necesita, libros, en estatuas, en cuadros.
bos de su estrategia y en vez que se nos propone de alcanzar en efecto, padecer una profun: lo cual no prueba el mérito de obtener conclusiones amemayor inteligencia. No sólo no da anemia artística para no pointrinseco de estas obras pero nazadoras, como las que Ortecreemos que este procedimiento. der digerir sino los materiales sí el acierto que tuvo, en perga obtiene al estudiar el arte de deshumanización sea el úni sutiles, el minimum de humani cibirlas, El Espectador.
inválido de hoy, edificarán con co, sino que lo estimamos el dad que Ortega exige a la obra Contra nuestra objeción está, lentitud, es decir, con segurimenos interesante. El placer es de arte. Caracteriza a las épo en cambio, el vacío estético en dad, el monumento de la esté tético emana. dice Ortega y cas de decadencia esta necesi que el mundo de hoy se agita.
tica futura.
Gasset del triunfo sobre lo huedad de sustituir los alimentos ¿Dónde existe esa obra eterna mano. Ahora bien, la fuerza del más ricos, los espléndidos ju sin pasado, nueva sin decadenJAIME TORRES BODET vencedor exige, para demos gos de la salud por el insípido cia, clásica sin deshumanización?
trarse, antes que nada, la lucha. caldo de la convalecencia. En ninguna parte, hoy. NuesAltamirano, ul. Mė.
No hay victoria sin enemigo y no se nos diga a este propósito tras generaciones no la han he xico, México.
María Eugenia.
misterio infinito y el sueño inviolado de los mausoleos. Recordemos sus cantos a la noche, y sobre todo este. Vicne de la pagina 132. HACIA LA NOCHE. bía sabido aliar, en algunas de sus composiciones más caracteristicas, cierta gravedad sentimental de estirpe germana con algo de Heine y de Gæthe a las líneas severas de una forma casi parnasiana?
Ella cantó gallarda y serena su admiración de mujer al varón fuerte que supiese clavarle en el pecho su oriflana de conquistador. Ya habéis oído el vigoroso soneto que tan magistralmente recitó hace un instante el doctor Prando.
Nadie, tampoco, ha dado conio ella la impresión atormentada de una inquietud profunda bajo la serena majestad de los contornos estatuarios. El Dr. Schinca nos ha recordado aqui, muy oportunamente, que había pensado titular Fuego y mármol su libro, este libro cuyos originales no dejó caer de suis manos celosas hasta que las aflojo la muerte; y ese titulo expresa bien la característica individual de su noble poesía. Noble poesia eso es por la elevación de los temas el Amor, la Belleza, el Verbo, la Noche, la Vida y la Muerte y por el tono austero, la dignidad clásica de las imágenes y la magistral aplicación del léxico, que sus manos pulsaban como un arpa, arrancándole sones graves y poderosos cuya vibración envuelve los sentidos y la muerte en una onda de sugestiones infinitas.
Su yoz, algo sombria, traduce angustias hondas, mientras los versos se alzan con cierta fuerza masculina, imponentes, augustos y terriblemente castos como las estatuas pensativas que velan con su sombra de eternidad el ¡Oh noche. yo tendria una palma futura, desplegada sobre el gran Desierto!
si tú me das por una sola noche tu corazón de terciopelo negro. yo, al compás de su morena sangre.
canto con las ondas beatas el sacro silencio.
Mi canto será vivo sólo por el deseo de serenar la cotidiana angustia. Oh noche! yo te quiero sin el fulgor de luminosos astros, sin marinos clamores, y sin la voz que finge. en los cráneos sonoros el rumor, de los vientos. Oh, dulce noche mia!¡oh, dulce noche!
Aunque el glorioso pájaro del alba rompa después mi lapidario ensueño, y un polvo de inquietud arda en mis cijos, y me seas de nuevo sólo una palma antigua, replegada sobre el gran Desierto.
res afanes y hallan en esa tor. tura una virtud y una razón de vivir. Ella podría, acaso por eso, suscribir en cierto modo y desde cierto punto de vista, aquellos versos de Giordano Bruno, el filósofo, poeta y mártir: Eli bench il fin bramato non consegna e tanto studio alma si dilegna basta che sia si nobilmente accesa.
Aunque no consiga el fin de seado y de tanto arder el alma se consuma, basta que sea tan noblemente encendida.
Pero. por qué se asocia en mi mente el recuerdo de Giordano Bruno al de María Eugenia? No es, como pudiera parecer, una aproximación fortuita de dos nombres en esta hora de solemne recordaçión. Yo tengo una razón especial, personalisima, muy mia, para introducir en este discurso la sombra de aquel grail mártir de la libertad de pensamiento. Es un episodio que vive en mi memoria como una estrella inapagable. Séame permitido relatarlo aqui. Gide, Los Limites del Arte, versión de Torres Bodet, Cultura México, 1920.
Por otra parte, era la suya de esas almas que sienten la voluptuosidad de sus punzado Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica