154 REPERTORIO AMERICANO han o posada de postillones por los turcos, empeñados en asolar el magnífico edificio. Un excelente juez en arquitec.
tura, el francés se deleito la belleza de sus columnas, sus capiteles ricamente esculpidos, y los balcones de piedra complicadamente tallados que ornamentan sus fachadas. Habiendo visitado Constantinopla y visto los macilentos palacios de madera y mezcla levantados por los turcos sobre los restos de Bizancio, ridiculizaba estas construcciones precarias como erigidas por nómadas adve.
nedizos que se abrieron camino hacia Europa desde el Este, y observó asombrado que desde su salida de Venecia no habia encontrado un solo edificio que fuese digno de contemplarse y mucho menos de habitarse; asi es que Mogos hoaia le arrancó el primer grito de admiración. y lo declaró como el perfecto monumento construido l européenne.
Después del asesinato de su construc; tor, Mogoshoaia sufrió por muy largos años esa humillación de que nos habla con tanto sentimiento La Mottray y que HI COS Lienzo de pared esculpido (con una inscripción en caracteres cirílicos. Palacio Real de Potlogi, edificado bajo el reinado de Brancovan en 1698.
circulares del palacio, en las cúpulas y arquitrabes, modelos tales como se encuentran en Rávena en la tumba de Galla Plácida. Este arcaismo es una estructura levantada al simple esfuerzo por un principe del siglo xvii, es el mejor ejemplo imaginable del retardamiento de vigor creador impuesto a los rumanos por una opresión brutal. distancia remota de la tierra de su nacimiento, alejada de todas las fuentes de inspiración natural por salvajes enemigos, este pueblo notable continuó, sin embargo, manifestando su genio peculiar a través de la muralla de barbarie que lo rodeaba. La primavera veneciana les llegó tardíamente; pero les llegó, sin embargo. Después de tocar en la costa dálmata se desvaneció hasta llegar a la llanura del Danubio.
Cuando decimos adiós a Spalato, a Ragusa la bella, emprendemos un largo y fastidioso viaje antes de encontrar nada que nos recuerde a Venecia. Hay que llegar hasta los pantanos que rodean a Bucarest para encontrar en la logia del Palacio de Brancovan las mismas proporciones que encontramos en la Costa de Oro.
Mogoshoaia, con la esculpida piedra de sus balcones y la columnata de su terraza conmueve hondamente a todos los que aman el sol del Adriatico. La sola contemplación de una fachada del gran Canal reflejada en este estanque valaco induce a meditar sobre los destinos de esta raza latina separada del gran tronco étnico que es Roma, por el espacio, por el tiempo, y por todos los infortunios de su historia fiel en sus sueños al mundo que le dió vida y empeñada en reconstruir su hegemonía espiritual sobre los límites de su destruído imperio.
De todas las razas a lo largo del Bajo Danubio, sólo los rumanos no se sometieron pasivamente al yugo musulmán.
Sus principes reinantes fueron, hasta el siglo XVII, vasallos de nombre únicamente, y conservaron el poder de edificar, lo cual nunca hace una raza en cautiverio. En el siglo xvi su retardado florecimiento avanzó con dificultad. Brancovan, tantas veces vencedor en las armas, celebró sus triunfos erigiendo iglesias votivas y palacios.
Sus edificios tienen un triple carácter: romanos en virtud de sus muros macizos construídos de ladrillos livianos cubiertos en una gruesa capa de cal y canto; venecianos por sus balcones de piedra y orientación lacustre, y andaluces en las arcadas trilobuladas legadas por los moros a todos los latinos del Este. El palacio de Mogoshoaia representa la perfección de estos tres elementos, que, combinados tan lejos de sus lugares de origen, le dieron un maravi.
lloso aspecto, y el encanto sobrenatural de una visión. Residencia de primavera y verano, casa de placer para el soberano, situada apenas a tres millas de la capital, Mogoshoaia es el exponente del perfecto estilo rumano. En él armoniza la aspiración de toda la raza, moralmente recluida y abandonada sobre una pequeña isla latina sumergida en la chusma de pueblos sin arte. Representante de un poder de principes, alli permanece avanzado como una patente de nobleza para la nación.
La historia rumana sigue la misma ley que su arquitectura. Igualmente anacronica, sus páginas están rubricadas por mártires en los tiempos en que los martirios habian desaparecido del resto de Europa. Llevado Brancovan como prisionero de los turcos a Constantinopla, se le ordenó abjurar su cristianismo, y al rehusar su abjuración fué decapitado en presencia del sultán agosto 15 de 1714 en Punta Seraglio, después de haber sido compelido a ver caer las cabezas de sus jóvenes hijos ante sus propios ojos.
La Mottray, un viajero francés que se maravilló de la belleza de Mogoshoaia, dice gráficamente de cómo pasó una noche en el palacio transformado en un Tapiceria Funeraria del año 1600, procedente de los Tres Jcrarcas en Jassy. Este palio real es de terciopelo negro de Génova, bordado en oro y perlas.
deveras conmueve en un extranjero.
Pero la esposa del principe mártir, Marie Brancovan, una mujer de raras virtudes y carácter, había de conocer antes de terminar sus días, la dulzura de una venganza bien merecida. Como princesa que era del Santo Imperio Romano, trató de conseguir algo de valor práctico de su título ilusorio, del Emperador de Viena.
Conmoviendo el corazón del Khan de Crimea que la mantenía prisionera de orden del Sultan, llenó sus serrallos de su séquito, y las iglesias de Rumania repetian el eco de las oraciones piadosas que a todos inspiraba. No pasaron menos de quince años antes de que pudiera obtener sus fueros y recuperar sus inmensas haciendas. Me obsesiona la voluntad de esta moderna Niobe, que de Palacio de Mogoshoala. Trozo florido de talladura Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica