REPËRTORIO AMERICANO 15. Dicen que ya es muerta.
La tierra inquiere con tesón su ofrenda.
Las rosas sin cesar lloran su pérdida.
Su fosa de esperar ya se ha cerrado.
Cunde el espanto entre la gente estulta. Calla.
Que nadie sepa que en mi sér está escondida!
18 Ayer, que era para mí una muerta y para los demás estaba viva, no me importaba su destino pues sabía, qu era el tiempo, su amor que caminaba.
Hoy, que ha muerto para él y para todos y es ella la que me aguarda, anhelaria que el tiempo no siguiera su ruta sin desmayo. Amo su inquietud de hoy como ayer amé la mía!
Tengo miedo de agotar la eternidad. Su amor es más grande aún y me detiene el horror de poseerla.
tú le provocaste mil veces sus esputos y le inoculaste tu melancolia. este frío que tú dejas en los corazones es el mismo frío glacial que sintió antes de su muerte.
Por eso, lluvia, cuando tú te acercas, revives en mi espiritu todos sus dolores y me la traes nuevo, doliente y llorosa.
25 Oh Amada!
La más doliente, la más perfecta amada que en la tierra hubo, dime, puedo llamarte ya: amada mia.
sin que el fauno se enfade y sin que, el azul se enturbie?
Responde.
Yo no guardo un solo resquemor a tu pasado, y en nombre del dolor y del martirio que consumió tu ser, yo te bendigo. Pero responde.
Que sea tu voz solemnizada en ultratumba la que surja para decirlo al viento y a los sauces que lo vieron ayer pasar contigo.
Que sea tu voz. Que seas tú misma quien lo diga o lo calle. que a mí me está vedado hacerlo y la eternidad es muda. 20 elegimos, para terminar, de los poemas restantes, estos versos representativos: Descansa en paz. Ya eres muerta.
Descansa en paz. Ya eres mía!
Es tanto lo que se ha identificado su espíritu conmigo, que a ratos me parece que no es muerta. y a veces, cuando toco mi sien adolorida no sé si es con mi mano o con la de ella.
Si voy al jardín, al instante las rosas se deshojan para alfombrar mi paso, que es su paso; entro a mi habitación y allí es ella sombra de mi sombra.
Si la llamo, el eco de mi voz es su voz que me responde, y cuando pienso o duermo, es ella el silencio mismo que a mi ser rodea. Por qué no ha de estar, aqui o endonde quiera que se me ponga a mí que este. qué llamarla, a qué buscarla. si cada vez que lo he querido en el desdoblamiento de mi ser yo la he encontrado!
Este poema, nos dice Avelino, tuvo su génesis antes de las fantasías publicadas en: Fantaseos y que los lectores del REPERTORIO han podido leer en las notas marginales que publiqué acerca de aquel libro. Pareciera que Avelino estima estos Cantos sobre aquellos Fantaseos, en mi sentir, sin embargo, aquellos Fantaseus están insuperados.
RAFAEL ESTRADA Costa Rica Junio 18 de 1926.
23 Oh! lluvia de las tardes, profundamente tétrica, que vienes, lentamente, como por ella enviada, a lastimar mi herida.
Tengo miedo de tu amable complacencia. Con qué fin me la recuerdas, tú, que la mortificaste tanto?
Por ti tuvo su quebranto más premura, La oblación (En el aniversario de la muerte de Mart)
us mejillas, enipalidecidas por la medi de la acción. Pensó que lo mejor de él ya estaba dado, el Estimulo, pero su anhelo combustion de anhelos, no estaban hechas genial de totalidad le hizo desear también al violento resol de la manigua. Sus manos el Ejemplo.
transparentes de artista, para el verso y Salvadas todas las distancias entre lo dipara el gesto eran, que no para la rienda.
vino y lo humano, nadie recuerda tanto a El sombrero de yarey debió punzarle la Cristo como Marti. Fué un Imitador sin alta frente como una corona de espinas. quererlo, por cuanto habia de evangélico en Pesábale demasiado la cabeza toda para el él. Se podria escribir su Vida, Pasión y dificil equilibrio del montar, y sobre la inMuerte con un paralelismo episodico casi quietud nerviosa del corcel. todo su cuer exacto. También el disputó con los doctopecillo era otro manojo de nervios inconres, increpó a los mercaderes del templo, gruente y extrano.
dijo rin sermón de la Montaña. Pero en la Aquello fué una voluntariosa contrariación muerte, sobre todo, la semejanza. culmina de la naturaleza. Por eso tuvo tanto de sa más allá de todas las apariencias de divercrificio, de martirio, de oblación de sí mismo. sidad. En su escala insular y humana, Dos El hombre de tribuna y gabinete el Após Rios tiene un poco el mismo significado tol quiso rematar su vida con la parábola que el Gólgota. Es también la muerte sin necesidad ostensible, la muerte evitable, pero deseada; la exaltación de la voluntad evangélica hasta el heroismo.
La manigua debió de ensombrecerse algo cuando cayó. Los que le acompañaban, acaso sintieron entonces por primera vez, agudamente, desgarradoramente, la responsabilidad de su compañía: algo asi como la inculpación que debieron hacerse los discípulos de no haber preservado al Maestro. Mas como no lo vieron caido, fino y pequeño en la áspera maleza, la desaparición debió asumir para ellos una solemnidad casí mística.
Sólo allá, en la fila española, Sandoval pudo decir noblemente como el centurión, en presencia de su cadáver. Verdaderamente, este fué un hombre justo. JORGE MANACH Habana, junio de 1920. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica